miércoles, 28 de octubre de 2009

El Parricidio Original

En el comienzo de los tiempos, según el Génesis, no había una consciencia del bien y del mal, no existía dualismo alguno que atormentara la mente del hombre. En la Biblia todo pecado es contra Dios, las escrituras comparan la relación Antiguo testamentaria entre Dios e Israel con el matrimonio, y la rebelión de Israel contra Dios con el adulterio.
Dios está enojado por el pecado humano, pero al mismo tiempo se aflige. Desde una primera mirada, pareciera ser que Dios castiga la desobediencia de Adán y Eva sólo por una simple desobediencia, pero hay algo que va mas allá, el pecado original representa el parricidio original, es el pecado cometido por los primeros padres de la humanidad al desobedecer el mandato divino de no comer del árbol del conocimiento del bien y del mal, fueron castigados con la expulsión del paraiso, desde ese momento, el hombre tendría que trabajar por su alimento, su casa y su vestido y la mujer, padecería con dolores sus partos y se sujetaría al hombre, pero, ¿en realidad que fue lo que el hombre descubrió al comer de este árbol prohibido? La palabra pecado, en el contexto bíblico, quiere decir quebrantamiento del pacto entre Dios y el hombre, es decir, se rompe la lealtad del hombre hacia Dios, existen otras visiones de este acontecimiento donde se sostiene que este quebrantamiento del pacto, más allá de hacer daño a Dios, se comete daño contra nosotros mismo, explico porque: al comer de este árbol de vida se desobedece una ley, antes de hacerlo, no existía un conocimiento definido, es decir, no había una consciencia de dualismo alguno, de lo que era bueno y de lo que no lo era, más allá de darse cuenta de su desnudez y tener conocimiento del deseo carnal, existe una consecuencia más profunda, algo más dañino para la existencia del hombre, esto es, la consciencia de la finitud, la sentencia de Dios fue “de muerte morirás” esta postura supone el conocimiento de la muerte, problema con el que ha peleado y el hombre desde entonces, el saber que algún día moriré no es una grata noticia, la desobediencia de Adán y Eva refleja el primer parricidio en la historia de la humanidad, el parricidio original trajo consigo, desde una óptica bíblica, un sinfín de problemas para la vida del hombre, problemas que hasta la fecha siguen haciendo mella dentro de la mente humana, pues ahora tenemos impresa la imagen de nuestra finitud, por tal motivo deseamos el contacto carnal, esta consciencia del deseo sexual nos hace generar la consciencia de nuestra muerte, con la desobediencia o el parricidio original aparece el sentimiento de culpa, los dos grandes demonios con los que ha tenido que cargar el hombre desde que lo es.

Por Javier Hernández Ruíz.

BABEL

El relato bíblico de la torre de Babel hace referencia a la separación del lenguaje en el antiguo testamento, Babel es el símbolo de la confusión ante la impotencia del hombre al no poder comunicarse con los demás. Tal separación del lenguaje es producto de la ira de Dios ante la soberbia y el orgullo del hombre al pretender llegar tan alto como El, Dios riega a los hombres por toda la tierra con distinta lengua, eso les impidió seguir con la construcción de la torre. La torre de Babel es una metáfora que representa el poder del lenguaje y justo el lenguaje es el corazón de la idolatría al pretender conocer su origen a través de objetos, la idea de la torre que llega al cielo es la idolatría de las palabras, la torre es una imagen única y determinada, algo con lo que el ser humano se sentía identificado “Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.” Génesis 11:4 es el lenguaje quien obliga al hombre a la búsqueda, pero es el hombre quien escoge el camino de su búsqueda, el lenguaje es sólo el síntoma no es causa del poder.
A diferencia de los griegos que buscaban lo perfecto e inmutable y acercaban al hombre a la perfección en su carácter de inmutable con la veneración de los conceptos y construcción de esculturas, la tradición judía niega esta posibilidad con el castigo de Dios al pretender apropiarse de un símbolo perfecto e inmutable con el cual había una identificación universal como lo fue la torre de Babel, la tradición judía está en contra de la veneración de los conceptos, se opondría totalmente al logos griego “He aquí que todos forman un solo pueblo y todos hablan una misma lengua, siendo este el principio de sus empresas. Nada les impedirá que lleven a cabo todo lo que se propongan. Pues bien, descendamos y allí mismo confundamos su lenguaje de modo que no se entiendan los unos con los otros” en este pasaje encontramos el punto exacto donde Dios demuestra que está en contra de la veneración, tenemos la renuncia por Dios de la determinación y vía la confusión otorga libertad al hombre.
En el génesis encontramos muchos de los castigos de Dios hacia el hombre por su intención de querer ser como Dios, Babel fue uno de ellos, hoy día no construimos torres para llegar al cielo, pero pareciera que la veneración a los conceptos sigue vigente, la internet pareciera ser análoga a la torre de Babel, pues, aunque la diversidad de lenguajes sigue existiendo, hoy no necesitamos tal herramienta para mirar el mundo desde una misma óptica, el mundo globalizado es una de las cosas que Dios quiso evitar con la separación del lenguaje y la separación del hombre, nuestra moderna Babel sigue en construcción y día a día se siguen acumulando nuevos ladrillos para llegar al cielo, a ver si algún día lo logramos, o tal vez baje Dios nuevamente para hacer la separación nuevamente.

Por Javier Hernández Ruíz.

martes, 27 de octubre de 2009

Alquimia, Hinduísmo y Misticismo : un acercamiento al psicoanálisis jungiano

Acaso no ha sido la acusación que se ha hecho a la razón simbólica de ser, justamente como el concepto lo indica, una modalidad de la Razón o especie de intelecto activo que propone relaciones estructurales en las distintas explicaciones, llámense ora argumentos, ora ideas u ora meditaciones que la Razón es capaz de formular, en particular, como elocubraciones prácticas.
Y es que podría llegarse a pensar que la razón simbólica opera a un nivel constituyente no solo de la experiencia empírica misma sino que el mismo pensamiento es estructurado en un cierto orden. Si Kant ha tenido razón, aunque sus conceptos de conocimiento, intuición y razón lleguen a tener una discontinuidad conceptual al leer la Crítica de la Razón Pura – como la ha entendido Schopenhauer -, y por ende su análisis del hombre como ser cuya razón se encuentra sujeta a las condiciones de posibilidad que las formas puras de la intuición disponen para así no ir más allá de la verdad que construye el sujeto como objeto, pueda ser considerado por Hegel como fallido debido a que él no se encontraba dispuesto a asumir una razón formal que fuese como un esqueleto desprovisto de carne y sangre; y a que hay una dialéctica de la conciencia y del devenir de la propia historia del Espíritu, que negarían tal abstracción formalista negando, a la vez, la posibilidad de que semejante construcción de la razón se resguarde de la erosión del movimiento.
A diferencia de mi lectura de Hegel, lo que pretendo rescatar de Kant es la noción de una estructura a priori, solo que en esta ocasión, anterior y necesariamente constituyente del pensamiento mismo. Insertarnos en una subjetividad construída o considerada de tal manera implicaría, también, preguntarnos por el inconsciente. Jung, un tanto fenomenológica y dudosamente, ha propuesto la existencia de una similitud entre ciertas estructuras oníricas y la alquimia. Deseo permanecer escéptico respecto a la cuestión de si es posible controlar o manipular la realidad (¿Realidad?) mediante la práctica de la alquimia o la oniromancia, y deseo también señalar al trabajo de Jung como un importante legado de la filosofía kantiana y hegeliana, y como un importante fenomenólogo de la religión.

Jung, en Psicología y alquimia, afirma “La vivencia de los opuestos nada tiene que ver con una comprensión intelectual ni con un querer identificarse. Habría que llamarla más bien un destino. Tal vivencia puede demostrar a uno la verdad de Cristo y a otro la verdad de Buda, y ello con una evidencia extrema. Sin la vivencia de los opuestos no existe experiencia de la totalidad, y por ende tampoco un acceso interior a las figuras sagradas. Por este motivo el cristianismo insiste, con razón en lo pecaminoso y en el pecado original, con la manifiesta intención de abrir en cada individuo, por lo menos desde afuera, ese abismo de la oposición universal. Desde luego que, frente a un intelecto en cierto modo despierto, este método fracasa, pues sencillamente ya no se cree en la doctrina, y además se la considera absurda[...]A pesar de que la comprensión de los opuestos es indispensable, prácticamente son pocos los que pueden soportarla[...]”

En efecto, partiendo de que el Selbst es un arquetipo de la conciencia (o ¿instancia psíquica?) que nos permite percibir la coincidentia oppositorum, el cristianismo resulta pernicioso para Jung pues establece una antinomia entre mal y bien cuando el Selbst mismo puede ser interpretado como algo bueno y malo al mismo tiempo. ¿Quizá es que el cristianismo se ha olvidado de la vieja doctrina estoica de considerar algunas cosas como neutras, o se niega a aprender la tolerancia que lo acercaría más a las condiciones religiosas y sociales que son consecuencia de la manera de entender la verdad revelada de la India en ese lugar?
A diferencia de Hegel, Jung tiene el conocimiento de un inconsciente que hace dialéctica con el consciente, siendo su dialéctica un proceso oscuro cuyas reglas se encuentran en el lógos del alma, siendo ese lógos algo profundo que la luz apolinea solo puede tocar en su superficie sin una manera clara de profundizar en él y, aun menos, de aprehenderle.

Desde mi interpretación, el camino del místico es el camino que busca reivindicar Jung. El Absoluto, así como el resultado del proceso de descondicionamiento que permite pensar al hombre a la Conciencia, esto es, de aprehender conscientemente al consciente en su juego dialéctico con lo inconsciente y viceversa, son dos cosas inefables – y mientras Kabir hace uso de las estructuras que la razón simbólica le permite utilizar, Jung echa mano del psicoanálisis con una muy particular lectura del fenómeno alquímico : también en la alquimia se busca reunir lo que se ha separado, y en tal lectura, no hay gran diferencia entre los resultados y varias de las operaciones realizadas por el psicoanálisis jungiano, los distintos Shaivismos, varios de los Vaishnavismos advaitas y el movimiento poético bhakta.

El discurso de los anteriores movimientos no es más que un reclamo por la unidad de lo diverso, que puede ser vista a través de distintas modalidades, a saber, una psicoanalítica, una meramente religiosa con matices místicos, y la última meramente mística con matices religiosos. Lo interesante del Hinduísmo, en general, frente al Cristianismo que habría que poner en relieve - además de lo ya expuesto por el psicoanalista rebelde – es que la conciencia arquetípica no solo hace uso del Selbst como condición de posibilidad de síntesis de lo diverso, sino que además, en el caso de la India desde los tiempos védicos, es que, si ese Selbst es de carácter universal, en el caso indio también parece servir para expresar una identidad del yo para, en y con lo Absoluto – y en el caso de los Shivaismos, que hacen de maayaa una función condicionante pero con una clara convicción en el juicio que han realizado, esto es, un juicio ontológico de que lo empírico es algo real en lo Real, el Selbst también identifica plenamente al ser interior (aatman singular y/o colectivo, jiiva) con el Ser (Shiva, Sambhu) aún en la diferencia causada por el velo.

lunes, 26 de octubre de 2009

LA LUCHA DE LA CARNE Y EL ESPIRITU

Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí…
Gálatas 5:17

En el libro octavo de sus Confesiones, San Agustín nos narra cuán difícil fue librarse de los apetitos carnales, sobre todo del deseo del coito, habiendo ya dejado atrás el ansia de gloria y riquezas.
Es esta una lucha intensa, e incluso “hay eunucos que se han mutilado a sí mismos por la gloria de los cielos”; pero dice San Agustín que el gozo del triunfo es mayor en proporción al peligro de la batalla.

La lucha entre la carne y el espíritu simboliza la batalla entre el bien y el mal. En el Enchiridion nos explica que lo que llamamos vicios en el alma no son sino privaciones del bien natural; en cuanto el hombre es una criatura de Dios la maldad es su defecto, el bien se encuentra en la obediencia a Dios mientras lo contrario sólo puede llevarnos a la miseria. El vicio, la maldad, es la corrupción de una naturaleza que fue creada buena, por Dios que es el bien supremo. El mal no existe en la naturaleza, y no se debe culpar a Dios por las fallas de sus criaturas. Aún el vicio que el hábito ha convertido en una segunda naturaleza tuvo su origen en la voluntad, ya que poseemos la capacidad mental de distinguir, a la luz del entendimiento, lo que es recto y lo que no[1] ; de esta voluntad perversa nace el apetito y al obedecerlo surge la costumbre.
En San Agustín luchan las dos voluntades, la carnal y la espiritual:

Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien…
Romanos 7:18

La victoria del Espíritu se revela en la imagen del monje Antonio, el abandono total de lo mundano para seguir a Dios:

Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.
Lucas 14:33

San Agustín se pregunta porqué el cuerpo se apresta a obedecer los mandatos del alma, mientras el alma misma no obedece lo que le dicta su propia naturaleza, esto es lo que llama enfermedad del alma, trasladando la lucha entre el bien y el mal a la propia mente; todo a causa del pecado que habita en nosotros por ser hijos de Adán.
El deseo de agradar a la parte superior (la eternidad, la verdad) y el deseo del bien temporal (inferior, la costumbre) tiran del alma en direcciones opuestas y la desgarran de dolor.
Al final, San Agustín opta por la castidad y la continencia, que no es estéril sino “madre de hijos nacidos de los gozos del Señor[2], se ensordece ante el clamor de sus inmundos miembros terrestres para no escucharlos hablar de deleites contra la ley del Señor. Su conversión es el abandono de las apetencias y esperanzas de este mundo, de los deseos de la carne:

Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
Romanos 8:6


[1]Cfr. La ciudad de Dios, Libro XII.
[2] Confesiones, Libro octavo, XI, 27.
MARIA MONTSERRAT RIOS

martes, 20 de octubre de 2009

La tentativa de una breve lectura mística del Cantar

Dios no aparece en el Cantar. Es como si se tratara de la noche oscura en la cual el creador abandona a su creación, o quizá hace como el demiurgo platónico el cual vuelve a su estado habitual. Sin embargo, usar el panopticón platónico para develar la Weltanschauung que nos podría permitir entrever el Cantar resaltaría los elementos masculinos. Después de todo Platón era griego y como podemos observar en su Banquete, un hombre sostiene relaciones interpersonales que son vistas como más ricas, racionales y virtuosas que con una mujer.
Así, una estación de la conciencia más loable desde la cual observar la razón simbólica encontrada en el texto sería una cosmovisión mística, o al menos más femenina, como la ofrecida por un San Juan de la Cruz. Sin embargo, mi intención no es la de trazar y limitar la analogía solamente con el cristianismo o catolicismo medieval, sino también con el hinduísmo.

La India, no obstante su estatuto político de extrema tolerancia, tiene la suerte de tener una sociedad en la cual la movilidad social es difícil debido a un rígido sistema de castas. No por nada se ha trazado una analogía entre el constructo social de la Europa medieval y la India – el criterio imperante recae en el hecho de que las cosas están dadas, tienen una realidad intrínseca (in se et per se) : es decir que hay un sustento metafísico o Realidad transhistórica, transempírica. Tal fundamento ontológico parece tener por consecuencia, en el plano concreto, la ya mencionada cuasi inmovilidad sociopolítica.
También podemos observar en la India un marcado machismo : lo peor que puede sucederle a una mujer es quedar viuda. Tal vez no por nada Xantipa propone argumentos emotivos (berrea) cuando Sócrates está a momentos de beber la cicuta. La mujer no participa en la guerra, no produce capital sino lo contrario. Solo puede servir para asegurar la decendencia.

Es aquí que el Cantar es curioso; no parece lo suficientemente levítico al no buscar sujetar el amor a reglas como lo desearía la obsesión compulsiva judáica : más bien parece más asemejarse a una estructura femenina.
Encontramos entre las metáforas poéticas símbolos que están en el imaginario del Cantar y en el imaginario del poeta bhakta Kabir : agua, fragancias, joyas, música y sonidos. Y es que lo que sucede en el Cantar está permitido pues sucede en el espacio de lo privado, espacio provisto de solo la suficiente luz para que los amantes se fundan. Es en ese espacio donde la subjetividad circunscrita al judaísmo puede cometer el terrible acto de degustar lo femenino.

De una manera análoga, Kabir al rebelarse contra la rigidez social y promover valores contraculturales, hace uso de casi los mismos símbolos.
Dios ya no se encuentra visible en el mundo, ya no puede ser la luz que, aunque no pensemos en ella, se encuentra ahí y nos permite ver lo que hay. Dios se ha escondido para que el hombre lo encuentre en su interior, en su subjetividad, en lo que en el hinduísmo se piensa como una visión interior del espacio interno de su corazón. Y es ahí donde se encuentra lo divino descondicionándose con el Otro.
La razón simbólica debe ser no interpretada desde sus claves masculinas, ahora ha de ser interpretada desde la noche. Y es que en la noche oscura los ojos ya no ven, pero los oídos escuchan y la nariz olfatea.

Así, aunque el Cantar no hable de Dios, todo huele a Él. Es por eso que sea una interpretación loable el ver en el texto la búsqueda de unión entre el ser individual y el Absoluto, aunque la ontoteológia cristiana oficial nos relate la existencia de un Ser totalmente escindido de su creación, justamente la veta mística radicaría en el rompimiento de tal supuesto. Dios está de algun modo en el mundo, es la belleza que hay alrededor de los amantes y se vuelve, a la par, la belleza personal de los amantes. No me atrevería a afirmar que Dios es el mundo, pero tal vez sea o esté en los amantes y, en particular, aflore en su unión. Si Dios es la unión de los amantes se parecería al Eros platónico, y acabaríamos en la necesidad de interpretar en una clave dualista a un acto que podría ser interpretado como Re-conocimiento en una clave monista. De ahí la problematización de que el ser individual vea su unión con el Absoluto en términos de unyo mystica : el alma es creación del Ser, pero no hay identidad entre el alma y tal Ser.
En el hinduísmo también yug o yuj es unión, pero es unión para el ser condicionado que aun no se vuelve consciente de que él mismo es el Ser.
Sin embargo, pretender interpretar al Cantar en una sola dirección es muy difícil. Se presenta una tendencía mística pero no queda claro si está operando desde el símbolo netamente femenino, en el cual los amantes se sumerjen en la experiencia del Amor como cuando uno se adentra al mar. También hay una tendencia no-mística pues la amante busca al otro para unírsele como si se encontrase fuera de su alcance, o como si fuese Dios fuera del mundo.

--- Carlos Montes

lunes, 19 de octubre de 2009

El deseo de los amantes

Karen Hernández Peralta, octubre del 2009.

Amor empieza por desasosiego,
solicitud, ardores y desvelos;
crece con riesgo, lances, y recelos
susténtase de llantos y de ruego.
Sor Juana Inés de la Cruz
Cantar de cantares de Salomón es una parte de la Biblia que resalta por su contenido. A diferencia de otras secciones de la Biblia esta historia está dedicada al amor mundano, al deseo mutuo entre dos amantes. Quizá lo que más sorprenda, no es precisamente el tema, sino la manera de tratarlo. El relato se mueve entre sinuosas insinuaciones eróticas que no son censuradas, más bien, este tinte erótico es lo que caracteriza al poema, “10. ¡Cuán lindos son tus amores! Más que el vino; olor de tus amores sobre todas las cosas aromáticas/ 11. Panal que destila tus labios, Esposa; miel y leche está en tu lengua, y el olor de tus arreos, como el olor del incienso.”[1] Y más adelante, la esposa: “17. Su paladar, dulzura; y todo él, deseo. Tal es mi Amado, y tal es mí querido, hijas de Jerusalén.”[2]

Ahora bien, la historia Cantar de cantares de Salomón es el conflicto de un deseo: los amantes, deseándose, no consiguen estar juntos. Sin embargo, dicho deseo, en vez de decrecer, aumenta. Esto, porque los amantes tienen las posibilidades y la voluntad de cumplirlo. Las limitaciones que se les presentan no son lo suficientemente insuperables para anular el deseo, al contrario, los adhiere con más fuerza a él. Hasta que por fin, éste se cumple.

El amor mutuo que sientes los amantes es completamente explícito en los siguientes versos:

9. Robaste mi corazón, hermana mía, Esposa; robaste mi corazón con uno de los tus ojos, en un sartal de tu cuello.
10. ¡Cuán lindos son tus amores! Más que el vino; olor de tus amores sobre todas las cosas aromáticas.
11. Panal que destila tus labios, Esposa; miel y leche está en tu lengua, y el olor de tus arreos, como el olor del incienso.
[3]

Y ella, por su parte, “Béseme de besos de su boca; que buenos [son] tus amores más que el vino.”[4]; “5. Esforzadme, rodeadme de vasos de vino; cercadme de manzanas, que enferma estoy de amor.”[5]

Pese a este fuerte sentimiento la acción no se concreta. Incluso, se desata el drama:

3. (ESPOSA:) Yo duermo, y el mi corazón vela. La voz de mi querido llama: Abre, hermana mía, compañera mía, paloma mía, perfecta mía, porque mi cabeza está llena de rocío, y mis cabellos de las gotas de la noche.
4. Desnúdeme mi vestidura; ¿cómo me la vestiré? Lavé mis pies; ¿cómo me los ensuciare?
5. Mi Amado metió la mano por el resquicio [de las puertas], y mis entrañas se estremecieron en mí.
6. Levanteme para abrir a mi Amado, y mis manos gotearon mirra, y mis dedos mirra que corre, sobre los goznes del aldaba.
7. Yo abrí a mi Amado, y mi Amado se había ido, y se había pasado, y mi ánima se me salió en el hablar de él. Busquele, y no le hallé; llamele, y no respondió.
8. Halláronme las guardas que rondan la ciudad; hiriéronme; tomáronme el mi manto, que sobre mí tenía, las guardas de los muros.
9. Yo os conjuro, hijas de Jerusalén, que si halláredes a mi querido me lo hagáis saber. Que soy enferma de amor.[6]

Las razones por las cuales los amantes no consiguen estar juntos no se manifiestan de manera tácita en el poema. Sin embargo, se intuye que son por situaciones externas a ellos. Al parecer, no lo bastante determinantes para alejarlos:

9. (ESPOSA:) Yo soy de mi Amado, y su deseo a mí.
10. (ESPOSA AL ESPOSO:) Ven, Amado mío, salgamos al campo, moremos en las granjas.
11. Levantémonos de mañana a las viñas; veamos si florece la vid, si se descubre la menuda uva, si brotan los granados. Allí te daré mis amores.
12. Las mandrágoras si dan olor; que todos los dulces frutos, así los nuevos como los viejos, Amado mío, los guardé para ti.[7]

El deseo se concreta y la historia se acerca a su fin.
La relación entre el deseo de los amantes, de un lado; y las condiciones ajenas a ellos, del otro, generan un tensión dialéctica. Tales condiciones en vez de suprimir el deseo lo alimentan: lo reafirman cuando lo niegan. De ahí que el deseo logre efectuarse.

[1]León, Luis de (1527-1591), Cantar de cantares de Salomón / Fray Luis de León; editor literario Javier San José Lera, Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2008, capítulo cuarto. Todas las citas del presente trabajo corresponden a esta edición.
[2] Capítulo quinto.
[3] Capítulo cuarto.
[4] Capítulo primero: 1.
[5] Capítulo segundo.
[6] Capítulo quinto.
[7] Capítulo séptimo.

El origen de la diferencia entre los sexos en el Génesis bíblico: una variación de la protofantasía freudiana de castración

Como parte del conjunto de nuevos conceptos desarrollados por Sigmund Freud en los albores del siglo XX a raíz de la práctica clínica que bautizó como 'psicoanálisis', se encuentra el interesantísimo concepto de protofantasías o fantasías originarias [Urphantasien]. Las protofantasías son estructuras típicas de las fantasías del sujeto que el psicoanálisis reconoce como fundantes y organizadoras de la vida de la fantasía, independientemente de las experiencias personales de los sujetos.
Entre las protofantasías freudianas, una de las más interesantes, y de la que me serviré aquí quizás con demasiada laxitud, es la fantasía de castración. Dentro de la teoría freudiana, el tema de la castración es muy complejo y está relacionado con otros conceptos centralísimos como el Edipo, el Falo, el deseo y el goce y por supuesto, la madre. Sin embargo, lo que me interesa en este texto de la protofantasía de castración es que, como han pensado algunos intérpretes de Freud, la fantasía de castración responde a la interrogante sobre la diferencia entre los sexos.
En Génesis2.25 dice: “Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban”. Es este estado idílico Adán y Eva pueden estar desnudos sin avergonzarse porque aún no conocen “el bien y el mal” (léase diferencia entre los sexos). Aquí no hay diferencia entre los sexos puesto que los sujetos suponen que todos los cuerpos están erotizados del mismo modo (no se avergonzaban); a esta suposición es a lo que el psicoanálisis se refiere cuando habla de 'Falo': es la premisa universal del pene. En este mismo estado se encuentra el pequeño Hans, paciente de Freud, cuando sueña que puede verle 'la cosita' a su madre.
Lo terrible, como ya sabemos, sucede después. En 3.4-5 dice: “Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comais de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal”. Y entonces mira Eva el arbol y lo encuentra codiciable y toma su fruto y come de él y los mismo hace Adán. “Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos”. (3.7).
¿Por qué están ligados hasta confundirse el conocimiento del bien y del mal con la vergüenza frente a la desnudez del otro en estos pasajes? Si entendemos estos pasajes en términos de la castración freudiana podemos encontrar cierta coherencia.. Para Bernard: “La fantasía de castración sería el rastro del hiato que separa los pares de categorías”.
Lo que Adán y Eva debían conocer cuando comieran el fruto era lo que Dios sabía; y sin embargo lo que conocen inmediatamente es la vergüenza por la desnudez. ¿Por qué? Porque el dualismo es primigeniamente construido como la diferencia de los sexos y esta tiene un caracter particular entendida de esta manera: es el conocimiento de que hay algo que sobra porque falta. Hay, entre Adán y Eva un pene que sobra, porque ya no es la premisa universal de la fase fálica, sino el pene que Eva no tiene y que Adán puede no tener. Por eso, en términos de Lacan la castración se caracteriza como que “no hay relación sexual”; porque la diferencia entre lo sexos está marcada de por una falta que sobra.

miércoles, 14 de octubre de 2009

SOBRE EL EVANGELIO DE TOMAS

SOBRE EL EVANGELIO DE TOMAS

“La Iglesia tiene sólo cuatro evangelios, los herejes muchísimos, entre ellos uno
que se ha escrito según los egipcios, otro según los doce apóstoles. Basílides se atrevió
a escribir un evangelio y ponerlo bajo su nombre… Conozco cierto evangelio que se
llama según Tomás y según Matías; y leemos otros muchos…”.
Orígenes, (185-254 d.C.)

En el Imperio Romano se toleraba la autonomía religiosa y cultural de los pueblos sometidos, de ahí la variedad de sectas, corrientes y escuelas de pensamiento.

Las enseñanzas de Jesús el Nazareno, en un principio transmitidas de manera oral, pronto necesitaron de una fijación escrita, a medida que moría la primera generación de apóstoles y el mismo Evangelio se dispersaba por el mundo.

Los evangelios canónicos (de canon, regla, modelo o norma en griego) son los que se tuvieron y reconocieron como inspirados, considerados “palabra de Dios viva”; escritos en el siglo I por los apóstoles o sus discípulos directos (Marcos, Mateo, Lucas y Juan).

En cuanto a los llamados evangelios apócrifos (que en griego significa oculto, escondido, pero también tiene la connotación de algo “supuesto”, “fingido” o “falso”) se refieren a las enseñanzas que no corresponden a la ortodoxia de la fe predicada por los apóstoles.
Con el tiempo, a estos se agregaron los llamados evangelios gnósticos, dirigidos a grupos reducidos de iniciados, quienes serían depositarios de conocimientos esotéricos con una fuerte influencia de filosofías originarias de Oriente Medio.

Fueron los padres de la Iglesia quienes comenzaron a aplicar el término apócrifo a las obras que se consideraban heréticas, es decir, contrarias a la fe. De ahí que estos evangelios sean refutados por la Iglesia desde su aparición a partir de la segunda mitad del siglo II.

Generalmente, los llamados evangelios apócrifos se ocupan de una sola etapa o elemento de la vida de Jesús; se pueden clasificar en cuatro grupos:

Evangelios de la infancia
Evangelios de dicho (entre los que se encuentra el de Tomás)
Evangelios de la pasión y resurrección, y
Diálogos del resucitado.

Las enseñanzas que se conservaron de esta manera tienen un marcado carácter esotérico y casi ninguna relación con el Jesús terrenal. Un grupo de estos evangelios, escritos o elaborados por grupos gnósticos, fueron encontrados en 1945 en Nag Hammadi en las ruinas de un antiguo monasterio copto.
Recordemos que en el gnosticismo se sincretizan doctrinas persas e hindúes con otras procedentes de escuelas filosóficas griegas, e incluso elementos de la tradición judía, se buscaba un conocimiento no de tipo intelectual sino espiritual o intuitivo; con el objeto de alcanzar la propia naturaleza divina y eterna “encerrada” en la cárcel del cuerpo.
Para los gnósticos, Jesús no es el Hijo de Dios, sino un principio cósmico, un maestro de sabiduría.

En cuanto al Evangelio de Tomás, se le data a finales del siglo IV d.C., y es más bien un conjunto de dichos y parábolas usadas por la secta de los maniqueos. En éste, el Reino de Dios sería un estado espiritual que el gnóstico alcanza mediante un conocimiento profundo de sí mismo y del universo; la salvación, en todo caso, será un acto de conocimiento, no de fe ni de acatamiento del mensaje de Cristo.
El Evangelio de Tomás se encuentra a la fecha en el museo de El Cairo.

Los evangelios apócrifos llegaron a influir en el arte, en historias populares, en mucha menor medida en la liturgia, pero nunca llegaron a ser considerados en el Canon.

Merece también mencionarse el Evangelio de Judas, que ya era refutado por San Ireneo en su obra Adversus Haereses, y que es atribuido a la secta gnóstica de los cainitas:

“…y dicen que Judas el traidor fue el único que conoció todas estas cosas exactamente, porque sólo él entre todos conoció la verdad para llevar a cabo el misterio de la traición, por la cual quedaron destruidos todos los seres terrenos y celestiales. Para ello muestran un libro de su invención, que llaman el “Evangelio de Judas”…”
(Adversus Haereses ,4.1.4; 31,1)
MARIA MONTSERRAT RIOS

martes, 13 de octubre de 2009

Los choques de la visión


I

Caminar sin rumbo, es sin duda una forma de buscar una dirección que se desconoce hasta ese momento. El simple hecho o asentimiento de iniciar la acción o detenerla, nos conlleva a la idea necesaria de tener siempre que plantear y determinar la dirección y el sentido de nuestro actuar y pensar. Somos incapaces de actuar sin concebir de antemano, de que con ello produciremos un efecto que aunque no sabes cuál sea, repercutirá en nosotros. La psique se forma y moldea con cada acto realizado, la correspondencia de idea-objeto comienza, y con esto la construcción de expectativas, apreciaciones, usos, prácticas o costumbres, empiezan a forjarse y a dirigir nuestra forma de dirigirnos en el inmenso plano en que nos encontramos.

Toda tradición humana se enfoca a satisfacer ésta expectativa. El sólo hecho de tratar de explicar cualquier fenómeno natural que se presente ante nosotros, en primera, provoca un sentimiento de perturbación, por aquello que me es ajeno, en donde no me reconozco y tomo por amenaza, es quizá en este momento cuando más que nunca, necesitamos de un otro reconocible, que nos ampare o simplemente que nos ayude a enfrentar dichos sentimientos de fobos. La colectividad nos brinda seguridad, y con ella el desarrollo e intercambio de creencias e ideas. La religiosidad sólo nace cuando se esta en interacción con otros.

Sin embargo, los seres humanos como seres creativos y distribuidos de manera desigual en el mundo, concibe y proporciona para sus cuerpos colectivos, una visión del mundo, una valoración de su ser inmerso en él. Lo sagrado y lo divino no parte del encuentro fortuito de los hombres, sino de la necesidad de cercanía que requieren para sobrellevar, la tarea de forjar un sentido al sin sentido del mundo. Apariencia o realidad expresa, el mito será el heredero de ésta primaria concepción.

Vivir insertados en un mundo pre-construido (porque nunca está del todo construido; reconstruyéndose y reafirmándose en su constitución más elemental), nos hacen rechazar y olvidar, muchas veces la cuestión de indagar el porqué de aquello en lo que creemos y el porqué lo hacemos.

La visión del pueblo hebreo (de los que hablan ivrít), será el promotor de gran parte de la concepción de un mundo supraterreno, que cobra relevancia al fijarse en la miserable condición humana. Hay un comentario de Alejandra Cukar e Igor Zabaleta, en donde viajan a las raíces más profundas y secretas de la tradición judaica, en las que se toca la memoria del pasado, la riqueza (o carencia) de su léxico pero la ambigüedad presente en sus declaraciones más piadosas; exponiendo que el judaísmo no fue ni es al parecer un monoteísmo, sino un henoteísmo que ha evolucionado hasta perfeccionarse internamente, llevando al poder a un solo dios, carente de todo parentesco, poder compartido o envidia que otros dioses pudieran tenerle. Las tribus más solitarias y carentes de un abrigo sobrenatural, se identifican con este dios solitario, a través de sus historias, mitos y costumbres. Son nómadas, tribus que se alían y forma una unión bajo los líderes familiares tribales. Aquí en donde la tradición de Abraham, Yitzhak y Ya’kov adquieren sentidos si consentimos que son la vivencia colectiva idealizada, sólo por tratar de asegurar algo que no le pertenece: el sentido correcto de interpretar su destino presente.

La visión, cualquier visión de cualquier pueblo, contiene choques y paradojas internas que tratan de mantener un dualismo, una dicotomía entre lo indestructible y reconocible dentro y fuera de nosotros, con lo que efectivamente caduca y no es posible aprehender. De las confrontaciones entre una visión y otra, no se crea el mundo, ni el sentido propiamente de éste, no es una cuestión maniquea; los enfrentamientos de visiones dotan al intelecto humano el tratar de estimular su creatividad, par construirse así mismo. Dandose sentido propio, otorga a su existencia el poder de hacer frente a es inmencidad que nos revasa, y que podemos llamar orden.
Ahora, seguiré con la herencia del pensamiento judío ligado de mala manera con el cristianismo (en todas sus formas), nos ha dejado no sólo desde una disyuntiva mal entendidad, sino que además nos ha trasmitido nuevos problemas a la concepción propia del ser humano....
Por David Z. Castillo

lunes, 12 de octubre de 2009

Narración esquematizadora

Por Manuel Martínez

Según la lectura que propuso el Dr. Ignacio Díaz de la Serna en la cátedra “escenarios del deseo” (sem 2009-2) de la novela de Roberto Calasso titulada La ruina de Kasch,la narración antecede al mito en gran medida. La novela trata básicamente de la leyenda del cataclismo del mencionado reino africano, que como parte de un ritual cosmogónico el pueblo sacrificaba al rey cuando los astros alcanzaban determinadas posiciones celestiales. Dicho sacrificio era necesario para darle estabilidad al mundo pues era la marca de inicio y conclusión del ciclo cósmico. En otras palabras, el tiempo era medido en función del sacrificio del rey. Es claro que si no hubiera dicho sacrificio se perdería el cómputo del tiempo.

A ese reino llegó un día un extranjero llamado Far-limas, un excepcional narrador que se hace amigo del rey en turno, Akaft. Éste a diferencia de sus predecesores no desea morir (primer conato de ruptura). A su vez Far-limas se enamora de la hermana del rey, Saly, la cual, como parte del ritual, también será sacrificada con otro mancebo, pues ambos representan a la humanidad. Ella pide a Far-limas que impida el sacrificio. Éste lo hace contando una de sus historias embriagadoras al pueblo y en especial a los sacerdotes, quienes al escucharlo se olvidaron de escrutar el cielo. Al romperse el orden cósmico, los papeles se invierten, ya no son los sacerdotes quienes eligen al rey, y por consiguiente, deciden sobre la vida y la muerte de los hombres, ahora el rey es quien lo decide.

Con la llegada de Far-limas se inició la ruina del antiguo orden de Kasch, basado en el sacrificio. Pero el nuevo orden, que había abolido la ejecución ritual del rey, no tardó en desmoronarse. De éste segundo sólo quedaron las historias de Far-limas, del primero sólo las referencias que se hacen desde las historias, inclusive, sólo se hace referencia al momento de la ruptura.

Cave mencionar que dicha novela está configurada con citas textuales de libros científicos, de historia, de filosofía, de doctrinas religiosas, entre otros. Por lo cual se presume que dicho mito es proto-narrativo, es decir, que es una muestra del carácter trascendental de la narración en todas las culturas.

Ahora bien, ¿cómo se articula con el tema del curso?

En función de la esquematización del lenguaje, específicamente de la narración, que necesita indudablemente una estructura dualista.

Si lo vemos detenidamente, el nuevo reino que inicia con la llegada de Far-limas es le reino del nomos, de la cultura, del relato, de la disociación de lo sagrado y lo profano, en suma del simulacro. Mientras que el antiguo orden era el reino de la sangre, del sacrificio, de la purificación. En el reino del simulacro la palabra es siempre una sustitución, pues sustituye por signos, símbolos al cuerpo ensangrentado.

No obstante la palabra al esquematizar la existencia, e imponer la cotidianidad como el ámbito de lo profano, también tiene el poder de elevarnos a lo sagrado, pues tiene el poder de purificar; al decir hace “como si…”

En otros términos suprimir la sangre de lo cotidiano la incluye en lo extraordinario, en lo sagrado. En ese ámbito de lo no-dicho, no-realizado, del no-ser.

Mantener la disociación es mantenernos en el ámbito del simulacro, no obstante, mantener la simulación como la única verdad, es la manera que tenemos de existir pues no hay manera de regresar al estado pre-narrativo. Ya que desde el relato el ámbito de lo sagrado es terrorífico: misterium tremendum, pero también fascinante, mirium, beatitud. Es decir, el reino de la sangre es asequible merced a la narración, lo buscamos porque es fascinante y terrorífico, por lo cual insoportable en la cotidianidad. Es restringido al ámbito de lo extraordinario, a pesar que nos acompañe como elemento constitutivo.

El Génesis: ambiente de relaciones dialécticas

Karen Hernández Peralta, octubre del 2009

El Génesis: ambiente de relaciones dialécticas

En los primeros capítulos de El Génesis es posible encontrar ciertas relaciones dialécticas, entendidas éstas como relaciones reciprocas entre opuestos. Aquí me ocuparé brevemente sólo de cuatro: 1. Los elementos que forman al mundo; 2. La relación varón- mujer; 3. El entendimiento y la carencia de éste; y 4. La inmortalidad y la mortalidad.

El mundo presenta una división desde el inicio de su creación: hay una clara distinción valorativa entre los elementos que lo conforman. El creador del mundo, para los judíos, Dios, comenzó a hacer tales diferencias valorativas desde el primer día de la creación, “Al ver Dios que la luz era buena, la separó de la oscuridad y la llamó ʽdíaʼ, y a la oscuridad la llamó ʽnocheʼ. De este modo se completó el primer día.”
[1] Es posible notar con la anterior referencia la oposición originaria entre los binomios luz, oscuridad; día, noche; bueno, malo, que constituyen al mundo. Pero no sólo esto, dichos binomios operan dependiendo uno del otro, pues, por ejemplo, sin la oscuridad la luz no sería tal. Así pues, es una relación donde los elementos es cuestión dialogan entre sí desde sus diferencias.

Ahora bien, en El Génesis se plantea una relación bastante singular entre el varón y la mujer: el varón es el origen de la mujer. Como es bastante sabido Eva fue creada de las costillas de Adán. Este hecho no es meramente ocasional. Podemos decir en este contexto que la mujer tiene un estatus ontológico menor al del varón. Lo anterior representa la preeminencia originaria del varón ante la mujer en la religión cristiana. Por ello Adán dice lo siguiente, “¡Ésta sí que es de mi propia carne y de mis propios huesos! Se va a llamar ʽmujerʼ porque Dios la sacó del hombre.”
[2]

Cabe mencionar que la relación entre el varón y la mujer no parece propiamente dialéctica, sino más bien de dependencia. El varón fue creado sin la necesidad de la mujer, mientras ésta requiere forzosamente de aquél para existir.

Por otro lado, es interesante resaltar que si bien Adán y Eva permanecían en el Edén, en el llamado Paraíso, ello no implicaba que tuvieran entendimiento. Al contrario, justamente el pecado de desobedecer a Dios comiendo el fruto del árbol prohibido es apelar un tanto a la obtención de conocimiento, “La mujer vio que el fruto del árbol era hermoso, y le dieron ganas de comerlo y llegar a tener entendimiento.”
[3] Incluso, comer la manzana les permitió a Adán y a Eva tener conciencia de su condición, “En ese momento se les abrieron los ojos y los dos se dieron cuenta que estaban desnudos.”[4]

De lo anterior resulta la relación entre conocimiento e ignorancia, por un lado, y el pecado y la obediencia por el otro. Parece que el pecado es análogo al conocimiento y la obediencia una suerte de ignorancia. Asimismo, la falta de entendimiento se da en el Edén y su contrario, el conocimiento, se da fuera de éste.

Una relación más entre opuestos es mortal, inmortal. Al parecer, una vez que Adán y Eva comieron el fruto prohibido algo que los diferenciaba de Dios era su finitud, “Ahora el hombre se ha vuelto como unos de nosotros, pues sabe lo que es bueno y lo que es malo. No vaya a tomar también del fruto del árbol de la vida, y lo coma y viva para siempre.”
[5] Por ello Dios decidió proteger el árbol de la vida para que nadie, incluido ellos, comieran del fruto, “Después de haber sacado al hombre [del Edén], puso al oriente del jardín unos seres alados y una espada ardiente que daba vueltas hacía todos lados, para evitar que nadie llegara al árbol de la vida.”[6] De esta manera la inmortalidad es una característica que se reserva Dios para sí mismo, en tanto la mortalidad es una cualidad de Adán y Eva. Es preciso recordar, cualidad adquirida por el pecado original.

A su vez, Adán y Eva no pueden tener el entendimiento y la vida eterna al mismo tiempo. La vida eterna la tenían en el Edén, pero no el entendimiento; conocían la diferencia entre el bien y el mal a costa de su inmoralidad.

Así pues, la exposición anterior sólo es una muestra de las relaciones dialécticas que se plantean en El Génesis. Lo anterior, nos permite afirmar que la religión cristiana guarda, en un cierto sentido, una dialéctica dentro de sí.

[1] Dios habla Hoy. La Biblia, México: Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1. 2. Todas las citas del siguiente trabajo corresponden a esta edición.
[2] 2.22
[3] 3. 6
[4] 3. 7
[5] 3. 22
[6] 3. 24

jueves, 8 de octubre de 2009

BEBER DE TU SANGRE

El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
Juan 6:54

En el cristianismo, la Eucaristía es el nuevo pacto que Jesús establece en su cuerpo y sangre, completando el que había hecho Moisés.
Comer del cuerpo (pan) y beber la sangre (vino) de Cristo en la Cena del Señor nos remite a un origen pagano, donde las cenas en memoria de los muertos eran comunes, y no prevalecía la prohibición judía de beber sangre:

No comeréis cosa alguna con sangre, no seréis agoreros, ni adivinos.
Levítico 19:26.

El propósito de la Eucaristía es proclamar la muerte de Jesús hasta su regreso, a la manera en que los griegos constituían sociedades para reunirse a la mesa en memoria de los que habían fallecido y beber en honor a algún dios. Compartir los alimentos fue un rasgo significativo en el ministerio de Jesús, quien se acompañaba de los rechazados como parte de su mensaje de perdón e inclusión.
Desde los inicios del cristianismo existe la creencia de que esta institución incluye un mandato para continuar la celebración, como una anticipación en esta vida del gozo que habrá en el banquete del reino de Dios. Edward Carpenter propuso a principios del siglo XX que la Eucaristía tiene su origen en una práctica mundialmente extendida de memorial o sacrificio donde el vino simboliza la sangre.

En la última Cena, Jesús se refiere al vino como equivalente a la sangre de un animal derramada en sacrificio, y al compartir el pan afirma que su valor es el de la carne sacrificada, en contraste a los ritos de la Pascua judía, como se describen en el capítulo 12 del Éxodo: La pascua judía conmemora la salvación del pueblo elegido de Dios, los israelitas, quienes fueron librados de morir a través de la sangre de los corderos. La muerte de Jesús sería la culminación del sacrificio que la Pascua anunciaba.

La ceremonia judía del Qiddush involucra una copa de vino, que se santifica recitando una plegaria de acción de gracias y después se distribuye entre los presentes. En otras ocasiones especiales, la bendición se recita sobre una copa de vino especial llamada “la copa de bendición”. Al final de la plegaria primero el líder y después todos los presentes beben de la copa.

Considerando que los habitantes de Corinto en Grecia fueron evangelizados por Pablo aproximadamente en el año 51 o 52 nos encontramos con una congregación de conversos paganos, no judíos, integrando los elementos del deipnon o symposium.
En la primera epístola que Pablo les dirige los exhorta a celebrar la Eucaristía de la manera correcta, ya que de otra forma tendrán que responder por el cuerpo y la sangre del Señor:

Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí.
1 Corintios 11:29.

Las prácticas helénicas fueron adoptadas por los judíos tras las conquistas de Alejandro Magno. Para el siglo 2 a. C. Jesus Ben Sirach describe los festines judíos con notables paralelos con la práctica helénica. Entre los griegos, una libación ritual o servir el vino en sacrificio, seguido de una bendición, era el preámbulo al symposion: el compartir el pan y el vino servía como el acto fundamental de la creación ritual del cuerpo (comunidad).

En los cultos mistéricos se honraba a jóvenes dioses nacidos de un padre divino y una madre mortal, resucitados después de una muerte heroica; los celebrantes compartían una comida comunal en la que simbólicamente se comía la carne y se bebía la sangre de su dios. Se conocían como misterios porque los adeptos hacían votos de nunca revelar sus ritos a los no iniciados:

Let none eat or drink of your Eucharist but such as have been baptized into the name of the Lord, for of a truth the Lord hath said concerning this, Give not that which is holy unto dogs.
Didache, s. II d.C.

Tal vez el culto mistérico más trascendente es el culto a Dionisio, arquetipo del dios de la Epifanía: “el dios que viene”. Los misterios dionisiacos se relacionaban con los misterios órficos, y podrían haber sido una influencia para el gnosticismo.
Se le conocía también como el liberador (Eleutherios), porque libraba a sus seguidores de su ser normal por medio de la locura, el éxtasis o el vino. Otras apelaciones incluyen Adoneus (“gobernante”), Aesymnetes (“señor”), y Erikryptos (completamente oculto):

En el mundo estaba…pero el mundo no le conoció.
Juan 1:10.

Se solía representar a Dionisio vestido con una piel de zorra, como símbolo de nueva vida; otros símbolos asociados con él incluyen la serpiente, el toro y la hiedra. Su vinculación con el toro viene del mito en el cual Dionisio es asesinado en la forma de un becerro y comido por los Titanes, Zeus los ahuyenta con sus rayos pero sólo logra salvar su corazón el cual usa para recrearlo en el vientre de Semele. En otras versiones, Zeus le da a comer el corazón a Semele y de este modo ella queda preñada. Su muerte y renacimiento eran objeto de reverencia mística.

En otros mitos se atribuye a Dioniso la facultad de transformarse en león o de convertir los mástiles y los remos de una embarcación en serpientes:

He aquí el león de la tribu de Judá…
Apocalipsis 5:5

Y echó Aarón su vara delante de Faraón y de sus siervos, y se hizo culebra.
Éxodo 7:10

El simbolismo del vino y la importancia que tiene en la mitología que rodea a Dionisio y a Jesús es uno de varios paralelismos significativos: Ambos representan al dios que muere, son parcialmente humanos y nacidos de vírgenes, incluso podríamos hallar un antecedente de la noción cristiana de transubstanciación en la religión dionisiaca.
Según James Frazer, tanto Dionisio como Jesús representan la deidad de la vida-muerte-resurrección. (Véase la obra del mitógrafo Karl Kerenyi: Dionysos: Archetipal Image of Indestructible Life).

lunes, 5 de octubre de 2009

Evangelio de Tomás

32 Éstos son los dichos secretos que Jesús el Viviente ha dicho y ha escrito Dídimo Judas Tomás.

1. Y ha dicho: El que encuentre la interpretación (hermeneia) de estos dichos no gustará la muerte.
2. Jesús dijo: Que no cese el que busca en su búsqueda hasta que encuentre y cuando encuentre se turbará y cuando se turbe se maravillará y reinará sobre el Todo.
3. Jesús dijo: Si os dicen vuestro guías: Mirad, el Reino está en el cielo, entonces los pájaros del cielo os precederán. Si os dicen: está en el mar (thálassa), entonces los peces os precederán. Pero el Reino está dentro de vosotros y está fuera de vosotros. Cuando os lleguéis a conocer, entonces seréis conocidos y sabréis que vosotros sois 33 los hijos del Padre Viviente. Pero si vosotros no os conocéis, entonces vosotros estáis en pobreza y vosotros sois la pobreza.
4. Jesús dijo: No tardará en preguntar el hombre anciano de días a un niño pequeño de siete días por el lugar (tópos) de la Vida y vivirá. Porque hay muchos que serán los últimos. Y llegarán a ser uno sólo.
5. Jesús dijo: Conoce al que está delante de ti y lo que te queda oculto será descubierto. Porque no hay nada oculto que no sea revelado.
6. Le preguntaron sus discípulos (mathetés) diciéndole: ¿Quieres que ayunemos (nesteúein) y de qué modo hemos de orar, daremos limosna (eleemosýne) y qué hemos de observar (paratereîn) en cuestión de alimentos?
Jesús dijo: no mintáis y no hagáis lo que detestáis; pues todo queda descubierto ante el cielo. Porque no hay nada oculto que no sea revelado y no hay nada velado que se mantenga sin ser descubierto.
7. Jesús dijo: Feliz (makários) aquel león al que el hombre coma y el león llegue a hacerse hombre y maldito aquel hombre al que el león coma y el león llegue a hacerse hombre.
8. Y ha dicho: El hombre es semejante a un pescador inteligente arrojó su red al mar (thálassa) y la sacó del mar (thálassa) llena de peces pequeños. Debajo de ellos encontró un pez grande y hermoso el pescador inteligente. Arrojó todos los peces pequeños fuera a[l f]ondo 34 del mar (thálassa) y escogió el pez grande sin (khôrís) pesar. El que tenga oídos para oír que oiga.
9. Jesús dijo: Mirad, el sembrador salió, llenó su mano y arrojó [las semillas]. Unas cayeron sobre el camino. Unas layeron sobre el camino. Vinieron los pájaros y las cogieron. Otras cayeron sobre la roca (petra) y no arraigaron en la tierra ni hicieron subir espina al cielo. Y otras cayeron sobre espinas que sofocaron la semilla y el gusano las comió. Y otras cayeron sobre buena tierra, que dio buen fruto (karpós) hacia el cielo. Produjo setenta por medida y ciento veinte por medida.
10. Jesús dijo: He arrojado fuego sobre el mundo (kósmos) y, mira, lo conservo hasta que se alumbre.
11. Jesús dijo: Este cielo pasará (parágein) y que está por encima de él pasará y los que están muertos no viven y los que vive no morirán. Los días que comíais algo muerto hacíais de ello algo vivo. Cuando lleguéis a estar en la luz ¿qué es lo que haréis? El día que erais uno llegasteis a ser dos. Pero cuando lleguéis a ser dos ¿qué es lo que haréis?
12. Los discípulos (mathetés) dijeron a Jesús: Sabemos que tú nos dejarás. ¿Quién es el que será grande sobre nosotros?
Jesús dijo: Dondequiera que hayáis ido, os dirigiréis a Santiago el justo (díkaios) este por quien fueron hechos el cielo y la tierra.
13. Jesús dijo a sus discípulos (mathetés): Hacedme una comparación y decidme ¿a quién me asemejo?
Simón Pedro le dijo: Te semejas a un ángel (ággelos) justo (díkaios).
Mateo le dijo 35 Te asemejas a un filosofo (philósophos) sabio.
Tomas dijo: Maestro mi boca no será capaz en absoluto de que no diga a quien te asemejas.
Jesús dijo: Yo no soy tu maestro, puesto que has bebido y te has embriagado del pozo (pegé) que bulle, que yo mismo he excavado.
Y lo tomó, se separó (anachoreîn) y le dijo tres palabras. Cuando Tomás volvió a sus compañeros le preguntaron: ¿qué te ha dicho Jesús?
Tomas le dijo: Si yo os dijera una de las palabras que me ha dicho, cogerías piedras para arrojarlas contra mí y saldría fuego de las piedras que os consumiría.
14. Jesús le dijo: Si ayunais (nesteúein) os engendrareis pecado y si rezais seréis condenados (katakrínein) y si dais limosna (eleemosýne) haréis mal (kakón) a vuestro espiritus (pneûma). Y si entráis en cualquier tierra y recorreis las comarcas (chôra), si os reciben (paradéchestai) comed lo que os pongan. Curad (therapeúein) los enfermos que haya entre ellos. Porque lo que entre en cuestra boca no os mancillará, sino que lo que salga de vuestra boca eso es lo que os mancillará.
15. Jesús dijo: Cuando veáis al que nació no de la mujer, postraos sobre vuestro rostro y adoradle: ése es vuestro Padre.
16. Jesús dijo: Acaso piensen los hombres que he venido a poner paz (eiréne) en el mundo (kósmos) y no saben que he venido a poner divisiones sobre la tierra, fuego, espada, guerra (pólemos). Porque habr[á] cinco 36 en una casa: tres estarán contra dos y dos contra tres: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre y se mantendrán entre sí como si fuesen solitarios (monachós) .
17. Jesús dijo: Os daré lo que ojo no ha visto y lo que oído no ha escuchado y lo que mano no ha tocado ni ha subido a corazón de hombre.
18. Los discípulos (mathetés) dijeron a Jesús: Dinos cuál será nuestro fin.
Jesús dijo: ¿Habéis descubierto ya el comienzo (arkhé) para que busquéis el fin? Donde está el comienzo allí estará el fin. Feliz (makários) el que se sitúe en el comienzo (arkhé), pues conocerá el fin y no le gustará la muerte.
19. Jesús dijo: Feliz (makários) el que era antes de llegar a ser. Si os haceis mis discípulos (mathetés) y escuchais mis palabras, estas piedras os servirán (diakoneîn). Por qué teneis cinco arboles en el paraíso (parádeisos) que no se mueve ni en verano ni en invierno ni caen sus hojas. El que los conozca no gustará la muerte.
20. Los discípulos (mathetés) dijeron a Jesús: Dínos, el Reino de los cielos ¿a quién se asemeja?
Les dijo: Se asemeja a un grano de mostaza, que es pequeño entre todas las semillas; pero cuando cae en la tierra labrada produce una gran rama y llega a ser abrigo de las aves del cielo.
21. Dijo María a Jesús: ¿A quién se parecen tus discípulos? (mathetés).
Él dijo: Son semejantes 37 a niños pequeños, [ins]talados en un campo que no es suyo. Cuando vengan los dueños del campo dirán: <>. Ellos se desnudan en su presencia para dejárselo y devolverles su campo. Por eso digo: Si sabe el dueño de la casa que viene el ladrón, vigilará hasta que venga y no le dejará hacer una entrada a la casa de su reino para llevarse sus bienes (skeûos). Vosotros, pues, vigilad frente al mundo (kósmos). Ceñíos vuestras cinturas con gran fuerza (dýnamis), no sea que los ladrones (lestés) encuentren acceso para llegar a vosotros, una vez que descubran la ventaja (chreía) con la que contáis. Que haya entre vosotros un hombre experimentado (epistemôn) que cuando el fruto (karpós) madure venga de prisa, teniendo su hoz en la mano, y lo corte. El que tenga oídos para oír que oiga.
22. Jesús vio a unos pequeños que mamaban. Dijo a sus discípulos (mathetés): Estos pequeños que maman son semejantes a los que entran en el Reino.
Le dijeron: Entonces, ¿haciéndonos pequeños entraremos en el Reino?
Jesús les dijo: Cuando hagáis de los dos uno y hagáis lo de dentro como lo de fuera y lo de fuera como lo de dentro y lo de arriba como lo de debajo de modo que hagáis lo masculino y lo femenino en uno solo, a fin de que lo masculino no sea masculino ni lo femenino sea femenino; cuando hagáis ojos en lugar de un ojo y una mano en lugar de una mano y un pie en lugar de un pie, una imagen (eikón) en lugar de una imagen, entonces entrareis [en el reino].
23. 38 Jesús dijo: Yo os escogeré, uno entre mil y dos de entre diez mil y se mantendrán uno solo.
24. Sus discípulos (mathetés) dijeron: Muéstranos el lugar (tópos) en el que estás, puesto que nos es necesario (anágke) buscarlo.
Él les dijo: El que tenga oídos para oír que oiga. Hay luz dentro de un hombre de luz y él ilumina al cosmos (kósmos) entero. Si él no ilumina, hay tiniebla.
25. Jesús ha dicho: Ama a tu hermano como a tu alma (psyché), guárdalo (terein) como a la pupila de tus ojos.
26. Jesús dijo: Ves la mota en el ojo de tu hermano pero no ves la astilla en tu ojo. Cuando saques la astilla fuera de tu ojo, entonces verás claramente para sacar fuera la mota del ojo de tu hermano
27. (Jesús dijo): Si no ayunáis (nesteúein) del mundo no encontrareis el Reino. Si no hacéis el sábado (sábbaton) un sábado, no veréis al Padre.
28. Jesús dijo: Me he mantenido en medio del mundo y me he manifestado a ellos en carne (sárks). los he encontrado a todos ebrios. No he encontrado a ninguno de ellos sediento, y mi alma (psyché) y mi alma se ha apenado por los hijos de los hombres, pues están ciego de corazón y no ven claramente que han venido al mundo (kósmos) vacios. Buscan de nuevo salir del mundo vacios; pero ahora están ebrios. Cuando vomiten su vino, entonces se convertirán (metanoeîen).
29. Jesús dijo: Si la carne (sárks) se hizo por el espíritu (pneûma), es una maravilla; pero si el espíritu se hizo por el cuerpo (sôma), es una maravilla de maravillas. Sin embargo, yo me maravillo 39 de esto: cóm[o es]ta gran riqueza quedó en esta pobreza.
30. Jesús dijo: Donde hay tres dioses, allí hay algunos dioses. Donde hay dos o uno, yo estoy con él.
31. Jesús dijo: No hay profeta (phrophétes) aceptado en su pueblo, ni medico que cure (therapeûein) a los que le conocen.
32. Jesús dijo: Una ciudad (pólis) construida sobre una montaña elevada y fortificada fuertemente, no cae ni puede quedar oculta.
33. Jesús dijo: Lo que tú oigas con tu oreja y con la otra oreja proclámalo sobre vuestros tejados. Porque nadie enciende una lámpara ni la pone bajo un modio ni la pone en un lugar escondido, sino que suele ponerla sobre un candelero (lychnía) para que cada uno entre y los que salgan vean su luz.
34. Jesús dijo: Si un ciego guía a otro ciego, los dos caen al fondo de un pozo.
35. Jesús dijo: No es posible que uno entre a la casa del fuerte y lo tome por fuerza a no ser que lo ate sus manos. Entonces saqueará la casa.
36. Jesús dijo: No os preocupéis de la mañana a la tarde y de la tarde a la mañana por lo que habéis de vestir.
37. Sus discípulos (mathetés) dijeron: ¿Qué día te revelaras a nosotros y que día te veremos?
Jesús dijo: Cuando os desnudéis y no os avergoncéis y toméis vuestros vestidos y los pongáis bajo vuestros pies como los niños pequeños y los pisoteéis, enton[ces veréis 40 a]l Hijo del Viviente y no temeréis.
38. Jesús dijo: Muchas veces habéis deseado (epithymeîn) oír estas palabras que yo os digo y no tenéis otro de quien oírlas. Vendrán días en que me buscareis y no me encontrareis.
39. Jesús dijo: Los fariseos (pharisaîos) y los escribas (grammateús) han recibido las llaves del conocimientos (gnosis) y las han escondido. Ni han entrado Los fariseos (pharisaîos) y los escribas (grammateús) ni a los que quieren entrar les han dejado; pero vosotros sed prudentes (phrónimos) como las serpientes e inocentes (akéraios) como las palomas.
40. Jesús dijo: Una vid ha sido plantada fuera del Padre y, al no estar firme, será arrancada de raíz y destruida.
41. Jesús dijo: al que tenga en su mano, se le dará, y al que no tenga, lo poco que tenga le será quitado.
42. Jesús dijo: Estad de paso (parágein).
43. Sus discípulos (mathetés) le dijeron: ¿Quién eres tú que nos dices estas cosas?
(Jesús dijo): ¿Por lo que os digo, no sabéis quién soy yo? Pero habéis llegado a ser como los judíos (ioudaîos): aman el árbol, odian su fruto (karpós) y aman el fruto, odian el árbol.
44. Jesús dijo: Al que blasfeme contra el Padre, le será perdonado y al que blasfeme contra el Hijo, le será perdonado; pero al que blasfeme contra el espíritu (pneûma) Santo no le será perdonado ni en la tierra ni en el cielo.
45. Jesús dijo: No se cosechan racimos de los espinos ni se coge higos de la maleza, po[rque ] no dan fruto (karpós). [Un] hombre [bu]eno (agathós) saca 41 algo bueno d[e] su tesoro. Un hombre ma[lo] (kakós) saca maldades (ponêron) de su mal tesoro, que está en su corazón, y dice maldades porque de la abundancia del corazón saca maldades.
46. Jesús dijo: Desde Adán hasta Juan el Bautista (baptistés), entre los nacidos de mujeres, no hay quien sea más alto que Juan el Bautista para que sus ojos no se rompan. Pero yo digo: el que de vosotros se haga pequeño conocerá el Reino y será más alto que Juan.
47. Jesús dijo: No es posible que un hombre monte dos caballos, que tense dos arcos, y no es posible que un siervo sirva a dos señores, o bien honrará (timân) a uno y ofrendará (hybrízein) a otro. Ningún hombre bebe vino añejo y en seguida desea (epithymeîn) beber vino de nuevo. Y no se mete vino nuevo en odres (askós) viejos para que no se desgarren, ni se mete vino añejo en odres nuevos, no sea que se pierda. No se cose retazo viejo en un vestido nuevo, puesto que se haría un desgarrón.
48. Jesús dijo: Si dos hacen paz (eiréne) entre ellos en esta misma casa, dirán al monte: lánzate fuera y se lanzará.
49. Jesús dijo: Felices (makários) sois los solitarios (monachós) y los elegidos, porque encontrareis el Reino; ya que habéis salido de él, de nuevo iréis allí.
50. Jesús dijo: Si os preguntan ¿de dónde venís? Decidles: Hemos salido de la Luz, de donde la Luz ha procedido de sí misma, se ha mantenido 42 y se ha revelado en sus imágenes (eikón). Si os preguntan: ¿Quiénes sois?, decid: somos sus hijos y somos los elegidos del Padre Viviente. Si os preguntan ¿Cuál es el signo de vuestro Padre en vosotros?, decidles: Es un movimiento y un reposo (anápausis).
51. Sus discípulos (mathetés) le dijeron: ¿Qué día tendrá lugar el reposo de los muertos y qué día vendrá el mundo (kósmos) nuevo?
Les dijo: Lo que esperáis ha llegado, pero vosotros no lo conocéis.
52. Sus discípulos (mathetés) le dijeron: Veinticuatro profetas (prophêtês) hablaron en Israel y todos hablaron de ti.
Les dijo: Habéis dejado al viviente que está ante vosotros y habéis hablado de los muertos.
53. Sus discípulos (mathetés) le dijeron: ¿La circuncisión es provechosa (opheleîn) o no?
Les dijo: Si fuera provechosa sus padres los engendrarían de sus madres circuncisos; pero la verdadera circuncisión en espíritu (pneûma) ha hallado entera utilidad.
54. Jesús dijo: Felices (makários) los pobres porque vuestro es el Reino de los cielos.
55. Jesús dijo: El que no odie a su padre ni a su madre, no podrá ser mi discípulo, y el que [no] odie a sus hermanos y a sus hermanas y [no] cargue su luz (staurós) como yo, no será digno (áxios) de mí.
56. Jesús dijo: El que ha conocido el mundo (kósmos) ha encontrado un cadáver (ptôma) y el que ha encontrado un cadáver el mundo no es digno de él.
57. Jesús dijo: El Reino del Padre es semejante a un hombre que poseía [buena] semilla. Su enemigo vino de noche 43 y sembró cizaña (zizánion) entre la [b]uena sem[illa.]. el hombre no les dejó arrancar la cizaña. Les dijo: No sea que vayáis a arrancar la cizaña y arranquéis con ella el trigo. Ya que el día de la cosecha aparecerá la cizaña, se arranca y se quema.
58. Jesús dijo: Feliz (makários) el hombre que ha sufrido. Ha encontrado la vida.
59. Jesús dijo: Contemplad al Viviente mientras (ôs) vivís, no sea que muráis y busquéis verle y no seáis capaces de verle.
60. Vieron a un samaritano que llevaba un cordero camino de Judea. Dijo a sus discípulos (mathetés): (¿Qué hace) éste con el
61. L
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64. Jesús dijo: Un hombre tenía huéspedes y, una vez preparada la cena (deîpnon), envió a su criado para que invitase a los huéspedes. Fue el primero y le dijo: Mi señor te invita. Él dijo: Tengo un asunto de dinero con comerciantes (émporos), que viene a mí por la tarde. Iré para darles órdenes. Me excuso (paraiteîsthai) de la cena. Fue a otro y le dijo: Mi señor te invita, él le dijo: Mi amigo va a casarse y yo soy el que ha de preparar el banquete (depnon). No podre ir. Me excuso de la cena. Fue a otro y le dijo: Mi señor te invita. Él le dijo: He comprado una alquería (kôme) y me voy a recibir las rentas. No podré ir. Me excuso. Vio el siervo dijo a su señor: Los que invitaste a la cena se han excusado. El señor dijo a su siervo: Ve afuera a los camino, trae a los que encuentres para que cenen. Los comerciantes y negociantes no (entrará]n en los lugares (tópos) de mi Padre.
65. 45 Él dijo: Un hombre honr[ad]o (chrestós) [te]nía un viñedo. Lo arrendó a unos [ca]mpesinos para que lo trabajaran y recibir su fruto (karpós) de ellos. Envió a su siervo para que los campesinos le diesen el fruto del viñedo. Ellos echaron mano del siervo y lo golpearon. Poco más y lo matan. El siervo fue y lo dijo a su señor. Su señor dijo: Acaso no lo conocieron. Envió a otro siervo. Los campesinos golpearon al otro. Entonces el señor envió a su hijo. Él dijo: Acaso respetarán a mi hijo. Aquellos campesinos en cuanto conocieron que era el heredero (kleronómos) del viñedo, lo cogieron y le dieron muerte. El que tenga oídos que oiga.
66. Jesús dijo: Mostradme esa piedra que rechazaron los constructores. Es la piedra angular.
67. Jesús dijo: El que conoce el Todo, si está privado (del conocimiento de sí mismo), está privado del Todo.
68. Jesús dijo: Felices (makários) vosotros si os odian y os persiguen (diókein). No se encontrará lugar (tópos) allí donde os hayan perseguido.
69. Jesús dijo: Felices son esos que han sido perseguidos en su corazón. Ellos son los que han conocido al Padre de verdad. Felices los hambrientos, pues será saciado el vientre que desea.
70. Jesús dijo: Cuando engendréis lo que está en vosotros, esto que tenéis os salvará, pero si no lo tenéis en [vo]sotros, esto que tenéis en vosotros es lo que os [dará m]uerte.
71. Jesús dijo: Des[truiré esta] casa y nadie podrá edificarla [ de nuevo].
72. 46 [Un hombre] le [dijo]: Di a mis hermanos que repartan los bienes de mi padre conmigo.
Él le dijo: Oh hombre, ¿Quién me ha establecido como repartidor?
Se volvió a sus discípulos y les dijo: ¿Acaso soy un repartidor?
73. Jesús dijo: La cosecha ciertamente es grande, pero los trabajadores (ergátes), pocos. Rogad, pues, al señor para que mande trabajadores.
74. Él dijo: Señor, ah muchos alrededor del pozo, pero ninguno en el pozo.
75. Jesús dijo: Hay muchos que están junto a la puerta, pero los solitarios (monachós) son los que entraran en la cámara nupcial.
76. Jesús dijo: El Reino del Padre es semejante a un hombre mercader, que poseía mercancía (phortíon), y encontró una perla (margarítes). El tal mercader era avispado, vendió la mercancía y se compró la perla excepcional. Vosotros también buscaos el tesoro que no perezca, que dure allí donde la polilla no se acerque para comerlo y (donde) el gusano no lo destruya.
77. Jesús dijo: Yo soy la Luz. La que está por encima de todos. Yo soy el Todo. El Todo provino de mí y el Todo ha llegado a mí. Llegad a un madero. yo estoy allí. Levantad la piedra y me encontrareis allí.
78. Jesús dijo ¿Por qué salisteis al campo? ¿Para ver una caña agitada por el viento? ¿O para ver un ho[mbre] (que lleva) encima [ve]stidos delicados? [Mirad vuestros] reyes y vuestros magnates (megistános) 47 son los que (llevan) encima [vestidos] delicados y no pod[rán] conocer la verdad.
79. Una mujer de la multitud dijo: Bendito los que han oído la palabra (lógos) del Padre y la han observado. Porque habrá días en verdad que diréis: Bendito aquel vientre que no estuvo preñado y aquellos pechos que no dieron de mamar.
80. Jesús dijo: El que ha conocido el mundo (kósmos), ha encontrado el cuerpo (sôma), y el que ha encontrado al cuerpo, el mundo no es digno de él.
81. Jesús dijo: El que se haya hecho rico, que se haga rey, y el que tiene algún poder (dýnamis), que renuncie (arneîsthai).
82. Jesús dijo, El que está cerca de mí, está cerca del fuego, y el que está lejos de mí, está lejos del Reino.
83. Jesús dijo Las imágenes (eikôn) se han revelado al hombre y la luz que hay en ellas se oculta en la imagen de la luz del Padre. Se manifestara y su imagen (quedará) oculta por su luz.
84. Jesús dijo: Cuando veis lo que os asemeja, os alegráis, pero cuando veáis vuestras imágenes, que llegaron a ser en vuestro comienzo, (que) ni mueren ni se revelan, ¿Cuánto soportareis?
85. Adán llegó a ser por un gran poder (dýamis) y una gran riqueza y no ha llegado a ser digno de vosotros. Porque si hubiera sido digno (áxios) no [habría] gu[stado] la muerte.
86. Jesús dijo: [Las zorras 48 tien]en s[us madrigueras] y los pájaros poseen [su]s nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar su cabeza y poner[se] a descansar.
87. Jesús dijo: Miserable (talaíporon) e[s] el cuerpo (sôma) que depende de un cuerpo y m[i]serable (talaíporos) es el alma (psyché) que depende de estos dos.
88. Jesús dijo: Los mensajeros (ággelos) y los profetas (phrophétes) vienen a vosotros y os darán lo que es vuestro, y vosotros también dadles a ellos lo que está en vuestras manos y decíos: ¿Qué día vendrán y recibirán lo suyo?
89. Jesús dijo: ¿Por qué laváis lo exterior de la copa (potérion)? ¿No entendéis (noeîn) que el que fabricó su interior también fabricó su exterior?
90. Jesús dijo: Venid a mí que mi yugo es suave (chrestós) y mi señorío es amable y encontrareis reposo (anápausis) para vosotros.
91. Le dijeron: Dinos quién eres para que creamos (pisteúein) en ti.
Les dijo: ¿Sondeais (peirázein) la faz del cielo y de la tierra y al que tenéis delante no lo conocéis y no sabéis sondear este tiempo (kairós).
92. Jesús dijo: Buscad y hallareis, pero lo que me preguntasteis en aquellos días y no os dije entonces, ahora deseo decirlo y no lo andáis buscando.
93. No deis lo santo a los perros, para que no lo arrojen al estercolero (kopría), ni arrojéis las perlas (margarítes) a los cerdos, no sea que hagan […].
94. Jesús [dijo]: El que busca encontrará, [y al que llame a]dentro, le abrirán.
95. [Ha dicho Jesús:] Si tenéis dinero, 49 no deis a interés, sino dad[…] a aqu[el] de quien no recibiréis.
96. Jesús [dijo]: El Reino del Padre se asemej[a a una mujer] que cogió un poco de levadur[a], la [escondió] en la masa e hizo unos gran[des] panes. El que tenga oídos [que] oiga.
97. Jesús [dijo]: El Reino del [Padre es] semejante a una mujer que llevaba una ja[rra] llena de harina. Mientras andaba [por un] camino largo, las asas de la ja[rra] se quebraran. La harina se fue vaciando [e]n el camino. Ella no lo sabía, (pues) no había notado molestia. Al entrar en su casa puso la jarra en el suelo y la encontró vacía.
98. Jesús dijo: El Reino del Padre es semejante a un hombre que quiso matar a un hombre importante (megistânos).
99. Los discípulos le dijeron: Tus hermanos y tu madre están ahí fuera.
Les dijo: Los que están en estos lugares hacen la voluntad de mi Padre, éstos son mis hermanos y mi madre. Ellos son los que entraran en el Reino de mi Padre.
100. Mostraron a Jesús una (moneda) de oro y le dijeron: Los agentes del César nos reclaman los impuestos.
Él les dijo: Dad lo del Cesar al Cesar. Dad lo de Dios a Dios y lo que es mío dádmelo vosotros.
101. El que n[o] odie a su pa[dre] y a su madre como yo, no podrá ser mi d[iscípul]o (mathetés) y el que [no] ame a s[u padre] y a su madre como yo, no podrá ser m[i] d[iscípul]o porque mi madre me ha [engendrado], 50 pero [mi madre] verdadera me ha dado la vida.
102. Jesús dijo: ¡Ay de los fariseos (pharistaîos)!, porque son semejantes [a] un perro que se echa a dormir sobre el pesebre de los [b]ueyes, pues ni come n[i d]eja que coman los bueyes.
103. Jesús dijo: F[eli]z (makários) aquel hombre que conoce p[or qué] pares (méros) penetran los ladrones (lestés), de mo[do que se] alzará y reunirá su […] y se ceñirá su cintura [an]tes de que entren.
104. [Le] dijeron: Ven para que oremos hoy y ayunemos (nesteúein).
Jesús dijo: ¿Pues qué pecado he cometido o en qué he sido vencido? Solo cuando el esposo (nýmphios) salga de la cámara nupcial (nýmphôn), entonces ¡que se ayune y que se ore!
105. Jesús dijo: Al que conozca al padre y a la madre lo llamarán hijo de prostituta (pórne).
106. Cuando hagáis los dos uno, llegareis a ser hijos de hombre. Y si decís: Monte, arráncate, se arrancará.
107. Jesús dijo: El reino es semejante a un hombre pastor que tenía cien ovejas. Una de ellas se perdió: era la mayor. Él dejó las noventa y nueve y fue en búsqueda de la una hasta que la encontró. Habiéndose cansado dijo a la oveja: Te quiero más que a las noventa y nueve.
108. Jesús dijo: El que beba de mi boca llegará a ser como yo. Yo también llegaré a ser como él y las cosas ocultas serán reveladas.
109. Jesús dijo: El Reino de Dios es semejante a un hombre que ten[ía] un tesoro escon[dido cuya] existencia no conocía y [después de] que murió, lo dejó a su [hijo. El] hijo tampoco lo conoc[ía]. Se hizo cargo 51 de aquel campo y [lo v]endió. Y el que lo compró, vino y al labrarlo [encontró] el tesoro y comenzó (árchesthai) a dar dinero a interés a [quienes] quiso.
110. Jesús dijo: El que ha encontrado [al] mundo (kósmos) y se ha hecho rico, que renuncie (arneîsthai) al mundo.
111. Jesús dijo: Lo cielos y la tierra se enrollaran delante de vosotros y el que vive del Viviente no verá muerte ni (temor) porque Jesús dice: El que se encuentra a sí mismo, el mundo (kósmos) no es digno de él.
112. Jesús dijo: ¡Ay de la carne (sárks) que depende del alma (Psyché)! ¡Ay del alma que depende de la carne!
113. Sus discípulos le dijeron: ¿Qué día vendrá el Reino?
(Jesús dijo:) No vendrá en una expectativa, ni dirán: Mirad aquí o mirad allá: Sino que el Reino del Padre esta difundido sobre la tierra y los hombres no lo ven.
114. Simón Pedro les dijo: Que María salga de entre nosotros porque las mujeres no son dignas de la vida.
Jesús dijo: Mirad, yo la impulsaré a hacerse varón, A fin de que llegue a ser también un espíritu (pneûma) viviente semejante a vosotros los varones, porque cualquier mujer que se haga varón, entrará en el Reino de los cielos.

El evangelio (euaggélion) según (katá) Tomás.

domingo, 4 de octubre de 2009

textos biblicos

Reporte correspondiente al libro de JOB.
En el texto bíblico encontramos una representación de la tragedia al género humano caracterizada en JOB, se presenta al personaje como participe de una condición prospera, un punto importante a destacar en JOB es su devoción y respeto que siente por el creador.
Me parece que el aspecto fundamental de este libro consiste precisamente en destacar la energía vital del personaje para sopesar las pruebas que le impone el creador, y por otra parte la caracterización de la divinidad como una entidad capaz de implantar dolor a los seres humanos.
Un tópico importante del texto reside en el planteamiento de la imposibilidad humana para comprender la fuerza divina, la inmensa restricción cognitiva del hombre para modelar un razonamiento que de cuenta del origen, naturaleza y finalidad del cosmos lo obliga a crear representaciones de la eternidad atribuyéndoles voluntad como en el caso del DIOS presentado en este texto, un DIOS que responde al reclamo de JOB haciendo explicita la superioridad ontológica que lo caracteriza ¿tiene el hombre derecho a cuestionar el comportamiento de la divinidad, la cual dio origen al tiempo y a la existencia de las cosas? Según este libro ¡no!, para esta concepción teológica de la existencia, la virtud del hombre consiste en resistir con devoción las inclemencias con las que DIOS puede azotar a los seres humanos.
Tras exponer brevemente algunos de los problemas que plantea el texto, intentaré dar cuenta del tema que nos ocupa en el presente estudio, el dualismo.
Dentro del relato bíblico encuentro un planteamiento ético impresiónate el cual apela a un orden completamente distinto del que puede experimentar la sensibilidad humana, se tiene la esperanza de una tierra prometida , aquí se debe de seguir cierto comportamiento basado en reglas de convivencia entre hombres y devoción al DIOS que nos dio la oportunidad de experimentar la existencia ,resulta menester entonces; adoptar una forma de estar en el mundo la cual permita a nuestra alma reservar un lugar en el cielo.
En el libro sagrado se presenta una interpretación de la existencia, se esta hablando sobre cierto origen el cual encuentra su núcleo en la voluntad divina, hay una dimensión ética a este respecto, bondad o malicia, de esta manera los actos del ser humano tienen eco en el tiempo y son estudiados por un vigía eterno (DIOS).
El ejemplo mas fuerte que encuentro en el texto correspondiente al dualismo consiste en la idea de trascendencia existencial, realmente no morimos, hay un lugar en el que nuestra condición orgánica mudara a una estructura ontológica distinta (alma) para incorporarse al placer por la bondad o al sufrimiento por la malicia con la que nos comportemos en esta tierra.
Arroyo Ramírez Arturo.

una ventana al deseo.

¿Puedo hablar de muerte mientras vivo?
J.Saramago

Una ventana al deseo.
Gilgamesh, aquel personaje que es participe de una circunstancia existencial óptima y privilegiada respecto al resto de los habitantes de la ciudad, se ve inmerso en un caótico e indescifrable camino de sospecha ante lo desconocido, decide luchar contra la muerte y burlar al destino para sospesar así la perdida de Enkidú su estimado acompañante ,la encarnación del deseo.
El poema nos relata la manifestación de una civilización entorno a una cosmovisión respaldada en la valoración de la experiencia humana, dejando abierta la aporía que plantea nuestra ignorancia para entender la totalidad del cosmos, dando paso de esta manera a “la angustia por la muerte”
En Gilgamesh el sueño juega un papel importante como la única vía para establecer un dialogo con el destino, es aquí precisamente; fuera de la experiencia sensible en donde nuestro personaje encuentra revelaciones premonitorias que lo conectan con el devenir de las cosas.
Un aspecto digno de mención lo encontramos al hacer explicita una de las mas bellas metáforas que plantea el poema “el secreto de la inmortalidad” el hombre reconoce su finitud y fuera de esta finitud lo demás resulta ser un misterio, debe de haber algo eterno que a su vez de cuenta de la finalidad de nuestra condición corpórea la cual culmina con la muerte, he aquí pues la manifestación del paradigma dualista que caracteriza ala existencia humana.
Conforme Gilgamesh transita por los versos del poema, deja entrever ecos de la transformación de su personalidad por la pasión que en ella despierta Enkidú abriendo así “una ventana al deseo” en donde el hombre es capaza de reivindicar sus objetivos con el único propósito de satisfacer la ausencia generada tras la perdida del objeto amado (Enkidú).
A manera de conclusión planteare un par de preguntas:
¿En donde reside la necesidad de modelar la existencia en términos dualistas?
¿Será acaso que no soportamos la realidad sin la esperanza en la existencia de entidades eternas?
¿Por qué se recurre ala epopeya para describir lo inexpresable, lo desconocido, la angustia por la muerte?
Espero que esta primer entrada este presentada en tiempo y forma adecuados.

Arroyo Ramírez Arturo.

jueves, 1 de octubre de 2009

LOS HIJOS DE LA SERPIENTE

LOS HIJOS DE LA SERPIENTE

The Sons of the Serpent still sing their songs

Of the Garden of Eden where they once belonged
Electric Hellfire Club, The Sons of the Serpent

En varias mitologías, una serpiente o un par de ellas vive o se encuentra enroscada alrededor de un Árbol de la Vida en un jardín divino: Es el caso del Génesis en la Torá y el Viejo Testamento bíblico. En la mitología griega Ladón guarda las manzanas de oro del jardín de las Hespérides, mientras Nidhogg Nagar, el dragón de la mitología nórdica, se alimenta de las raíces del Árbol del Mundo.
En Fiji, Ratumaibulu era un dios serpiente que reinaba en el inframundo y hacía florecer los árboles frutales.
Buda se sentó a meditar bajo el árbol de la Iluminación (Bodhi) y, al levantarse una tormenta, Mucalinda, el poderoso rey de las serpientes, surgió de las profundidades de la tierra y lo envolvió en siete anillos durante siete días para que no despertara de su éxtasis.
En la mitología maya hallamos el Árbol del Mundo, junto con la serpiente que simboliza el renacer.

Es curioso el papel antagonista que desempeña la serpiente, tanto en la epopeya de Gilgamesh como en el Génesis bíblico.
Ningizzida, ancestro de Gilgamesh, era a veces representado como una serpiente con cabeza humana. Cuando éste busca la planta de la vida una serpiente se la arranca, terminando así con su sueño de inmortalidad.

En el aspecto simbólico, la serpiente representa valores negativos, como por ejemplo el engaño, que pudiera asociarse con su característica lengua bífida: la verdad es una, la bifurcación simboliza la separación y la multiplicidad de la mentira. La serpiente engaña a Eva para que coma del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal:

Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.
Génesis 3:4-5

In the garden of good and evil where the world began
The serpent shared his secret and gave a gift to man
Into the ears of Adam's wife he whispered and he hissed
She turned toward the future and met the serpent's kiss
Electric Hellfire Club, The Sons of the Serpent

En el arte medieval cristiano, se representa a la serpiente del Edén con forma femenina, para enfatizar su carácter de seductora y su relación con Eva.
La serpiente en el libro de Génesis parece mostrarse solamente como una criatura engañosa (trickster, a semejanza del dios Loki de la mitología nórdica, quien es padre de Jormungandr la serpiente marina) aunque en el libro de la Revelación (Apocalipsis) se implica su identidad como Satanás:

Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.
Apocalipsis 12:9

Desde esta perspectiva la maldición de Dios en Génesis 3:14, donde las referencias a “arrastrarse en el polvo” simbolizarían su derrota y humillación final.

These keepers of the faith all wise and learned
They wield their power as Sons of the Serpent
Electric Hellfire Club, The Sons of the Serpent
Sin embargo existe también una valoración positiva en cuanto a la inteligencia y astucia de la serpiente:

Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho.
Génesis 3:1
He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes y sencillos como palomas.
Mateo 10:16

También en el Antiguo Testamento, hay una interesante referencia a las serpientes como instrumentos de la ira de Jehová para castigar a su pueblo:

Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel.
Números 21:6

El pueblo le pide entonces a Moisés orar para que Jehová los perdone, y el Señor le ordena hacer una serpiente de bronce y ponerla sobre un asta, para que los que sean mordidos la miren y no mueran: vemos aquí las propiedades ctónicas asociadas a la serpiente, probablemente debido a su hábitat en la tierra, entre las raíces de las plantas, se le relaciona con la medicina e incluso la inmortalidad o el renacimiento (cambio de piel). En la mitología griega Asclepio hiere a una serpiente, y al observar cómo otra le trae hierbas medicinales aprende a derrotar a la muerte. Zeus entonces lo fulmina con uno de sus rayos, para evitar que la raza humana se vuelva inmortal.

La vara de Moisés se transforma en una serpiente, para que Faraón pueda ver que habla en nombre de Jehová cuando pide la libertad de su pueblo:

Por esto creerán que se te ha aparecido Jehová, el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.
Éxodo 4:5

Curiosa también la comparación que hace Jesús en el Nuevo Testamento, refiriéndose a sí mismo como un objeto de fe provisto por la divinidad:

Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Juan 3:14-15

Pero también,

He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones…
Lucas 10:19

¿Es la serpiente portadora de inmortalidad y sabiduría, Satanás mismo que causa la caída y la expulsión del Edén, amiga o enemiga?

From the darkened ages of iron and stone
To the black millenium yet unknown
Heretics once called Satan's Servants
Exist today as Sons of the Serpent!
Electric Hellfire Club, The Sons of the Serpent


Maria Montserrat Ríos.