martes, 14 de septiembre de 2010

Resumen y análisis del libro de Job

Este libro –muy probablemente escrito por Moisés– sigue siendo tema de análisis y discusión tanto para la religión como para la filosofía, ya que a primera vista, trata sobre el sufrimiento del justo.

Cabe destacar que en el libro de Job aparece por primera vez la figura de Satanás, haciendo aún más interesanto todo lo que se relata en él.

Explicaré de forma breve lo que relata este libro añadiendo algunas citas para que la localización sea más fácil y mantenerme un poco al margen de lo que dice.

Job era un hombre residente de Uz, que a pesar no ser israelita, siempre fue un hombre recto, justo, temeroso de Dios y apartado del mal (Job 1:1). Era un hombre de gran prestigio en aquella ciudad, respetado por ancianos y príncipes (Job 29).

Satanás se presenta ante Dios y desafía la integridad de Job, pero Dios que confiaba en su integridad y era consciente de que podía recompensarlo, permitió que Satanás lo probase hasta el límite sin dejar que lo matase (Job 1:13-19).

Cuando Job pierde su ganado, siervos e hijos, toma una postura en la cual no le atribuye ninguna culpa a Dios por sus males (Job 1:20-22).

El papel desempeñado por la esposa de Job y sus 3 amigos, puede considerarse como algo “inicuo”, ya que estos trataban de quebrar la postura leal de Job para con Dios. A diferencia de Elihú que justifica el que Dios use aflicción hacia Job, al mismo tiempo que ensalzaba la posición de Dios y que éste estaba con él (Job 36).

Cuando Job se encuentra ya en un estado muy lastimoso, Satanás se da cuenta de que él en verdad es fiel a Dios, a pesar de todo lo que la ha ocurrido. Cuando la integridad de Job queda manifiesta, Dios procede a bendecirlo y multiplicarle todo aquello que había perdido (Job 42).

Analizando estos pasajes de una forma sencilla, concluyo que el libro de Job es para la comunidad religiosa un claro ejemplo de “paciencia y aguante”. Para los no religiosos, este libro es una muestra de que Dios hará y permitirá lo necesario –cueste lo que cueste– para demostrar su soberanía.

A lo largo de la lectura me surgieron preguntas como: ¿Por qué tiene que demostrar Dios su soberanía? ¿Cuál es el verdadero fin entre Dios y Satanás? ¿Qué somos para Dios? ¿Por qué ya no se manifiesta Dios en la actualidad? Para trabajar estas preguntas, se necesita de conocimientos diversos que nos darán un panorama más amplio y así poder dar una posible respuesta a cada una de ellas.

Bibliografía
- Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, La Torre del Vigía, A.R.

Francisco Javier Fuentes García

sábado, 11 de septiembre de 2010

Gathas

Los Gathas.

El mazdeísmo es una religión que tiene como texto sagrado a los Gathas, un texto persa escrito en gáthico (código lingüístico especial, lengua sacerdotal) que forma parte de los Avesta (códigos rituales-morales). Son monoteístas, Ahura Mazda es el nombre de su deidad, el es el gran protector de la comunidad persa.
El revelador de esta “verdad” es un personaje histórico: Zaratustra. El es un ser humano que libera en términos éticos. Desarrolla una filosofía ética basada en los principios del bien y el mal; esto es recuperado por la religión cristiana, que lo desarrolla aún más, de hecho, algunos piensan que el cristianismo es la realización del mazdeísmo. Existen muchas posibles relaciones entre el mazdeísmo y otras religiones, como por ejemplo, una jerarquización de los seres superiores como en la angelología judía, quienes probablemente recuperan esta idea original del mazdeísmo.
En los Gathas se describe como Zaratustra es enviado por Ahura Mazda, a petición de Gush Urbam, a liberar a los animales de la muerte. Existía en ese entonces una creencia en que los sacrificios para los dioses eran necesarios; Zaratustra interrumpe el sacrificio animal, con el chamanismo, y rige la vida espiritual con la ética. Zaratustra pone fin a la indiferencia moral, da un orden simbólico nuevo con valencias más éticas que sagradas, crea una forma civilizada de religión.
El mazdeísmo es una cultura de la culpa y la retribución. La ética es un producto de las culturas dualistas. Lo bueno y lo malo dan una lógica polarizada. Zaratustra se convierte en un salvador que libera en términos éticos. Para Zaratustra el hombre que realiza obras buenas, es el hombre que será bendecido con la felicidad y el malo pagara con su infelicidad.

Daniel Martínez Moreno

viernes, 10 de septiembre de 2010

Dios como autoconciencia

DIOS COMO AUTOCONCIENCIA.
San Agustín en su obra “Confesiones”, muestra a Dios como una mirada necesaria para que se pueda conocer el hombre, para poder acercarse o de ser posible llegar a la respuesta de ¿Quién soy yo?, tomando de fundamento el tiempo, porque somos tiempo, lo que nos lleva a hacer afección, ser capaces de asimilar nuestro pasado, ser aceptados nosotros individualmente.
Dios como este movimiento estable en el mundo, en la existencia. Lograr este proceso de exteriorización, poder vernos desde el interior para reconocer lo externo. Entre todos estos planteamientos el que a mi parecer es fundamental en el libro Confesiones, es el de la memoria.
Asumir esa autoconciencia, este autoconocimiento, que puede ser visto desde el pasado, recurrir a la memoria para lograr esta individualización, mediante a la memoria lograr esa eternidad, conforme a la luz, encontrada en la razón.
San Agustín, hace toda una crítica respecto a la forma en que se manejaba la iglesia cristiana, es notoria os aspectos que pueden determinar la época en la que vive el autor, además de cuando surge su interés por la filosofía no busca aplicarlo de una manera tan solo “terrenal” y efímera, sino en la búsqueda de encontrar el camino mediante la sabiduría para el encuentro con Dios.
El alma para San Agustín es en donde el hombre siente, es donde se acumula la memoria, pero a la vez el alma es demasiado estrecha para poder contenerse en si misma, el alma “espera, atiende y recuerda”.
La contemplación de un hombre que se reconoce y es capaz de dejar de lado los vicios del juego como de la carne, son conductas necesarias para lograr este conocimiento, para así poder ser visto con los ojos de Dios.

Textos III
Carla Rios.

Cantar De Los Cantares

Cuando esos dos seres se encuentran, ¿qué pasa entonces? Dios no manda nada para lo que aun no estés listo y por lo que a mí respecta en tan bello poema como lo es el Cantar De Los Cantares comenzamos con una alabanza hacia el Dios.

Después de eso el poema desarrolla el deseo de una chica hacia la búsqueda del amor y comienza a existir ese reconocimiento habido de una chica al darse cuenta que es mujer y comenzar a fijarse en la otra parte que la complementa un hombre se nota a si misma bella, codiciada y cotizada pero que pasa no cualquiera puede ser el que la tenga ella solo busca a quien ama su alma tal y como lo dice en el libro (Cnt. 1:7) pero debe de tener paciencia en su momento va a encontrar a su ser amado debe de seguir su camino ya lo ha de encontrar .

El la encuentra a ella él la descubre comienza el alago la seducción por parte de él, Hermosos son tus mejillas entre los pendientes, tu cuello entre los collares (Cnt. 1:10).

Ella entonces lo alaba a él glorificándolo y sobre todo protegiéndolo, mencionándolo como <<...un manojito de mirra que reposa entre mis pechos>>, porque lo menciono como protección todo ser humano cuando pretende dar seguridad y protección a alguien simple y sencillamente lo acerca a su pecho así como una madre a su hijo.

Siguiendo en el texto se mencionan uno al otro la diferencia k encuentran el uno y el otro entre la muchedumbre se reconocen cm los amantes que son. La vida juntos la seducción el amor vuelto piel y ahora ella esperándolo a que el regrese a su regazo a su lado es que ella está enferma de amor y solo quiere algo para resistir la pena de no tenerlo con ella. La primavera ha llegado y es momento el vuelve y ella sabe bien que él es suyo y ella de él.

Ella sale a buscarlo al no encontrarlo en su lecho, pregunta a los guardias y al fin es hallado aquel que ama su alma lo encuentra y no cesa hasta llevarlo a casa y entonces el amor toma forma de cuerpo de calor de deseo ella es amada y el también. ¡Cuán hermosos son tus amores, hermana, esposa mía! ¡Cuánto mejores que el vino tus amores, y el olor de tus ungüentos que todas las especies aromáticas! (Cnt.4:10)

el la visita pero ella no alcanza a abrir a tiempo entonces él desaparece y ella lo busca desesperada lo llama, lo busca desesperada pero ya no hay respuesta alguna, ella es lastimada entonces por los guardias de la ciudad que la encuentran, pero ella conjura a las doncellas de Jerusalén para que le hagan saber a su amado que está enferma de amor por él, entonces comienza la más bella descripción a mi punto de vista de todo el poema el amor que se derrama de ella hacia el al decirles cm es su amado que el bello y se distingue entre miles.

Ellas la cuestionan que a donde se ha ido su amado para ayudarla a encontrarlas k no se dan cuanta si ella lo supiera no pediría tal ayuda. El esta tan enamorado de ella y ella de él comienza un momento pleno y erótico en donde él la describe y quiere comérsela como buen frito que es ella para él. Ella solo sabe entregarse a su amado complacerlo para hacerlo muy feliz (Cant.7:10).

Ella busca la seducción de él para entregarle sus amores embriagándolo solo quiere entregarse a el que él la lleve en la piel y el corazón y que él no mire a otra mujer.

Es que este amor tan fuerte no es para menos bien lo dice el mismo texto si se dieran todos los bienes por este amor se haría menos a ese hombre. Al final ella solo le pide que apresure su regreso.

Hermoso poema total entrega de ambos uno para el otro tal y como debe de ser el amor y sobre todo la unión de una pareja sustentándola en respeto y adoración en amor del uno al otro, sin faltas ni desamores con la paciencia y la espera el tiempo para madurar una relación y llevarla al final de los tiempos.

Juarez Contreras Cinthia*

La religión civilizada de Zarathustra

Raciel Sánchez Rivas
Textos filosóficos III

La religión civilizada de Zarathustra.

La entrada de Zarathustra[1] en la historia de las religiones representa la inclusión de la ética frente a lo sagrado. De igual modo implanta una forma civilizada de la religión. La predicación de su doctrina se conserva en sus gathas[2] métricos, donde se aprecia un culto monoteísta hacia Ahura Mazda y tal parece que por primera vez en la historia religiosa, un dualismo ético que contrapone la verdad (Asha) y la mentira (Druj).
Zarathustra se opone a las costumbres sacras de la antigua Persia, se erige como detractor de la ingesta de carne bóvida, aboga por las bestias usando como instrumento de combate el argumento ético. Ruega a Ahura Mazda le enseñe a labrar los campos y a mantener el cuidado de las bestias, ya que Kine (el alma del ganado) ha llorado por el abuso sacrificial y rapacidad de los malvados; "A vosotros (oh Ahura y Asha) clama el alma de Kine... ¿Para quien me creasteis? ¿ A imágen de quien me modelasteis? Siento que me invade la ira, la violencia, el azote de la desolación, una insolencia audaz y un empuje arrebatador. Vosotros son los únicos que me proporcionaís el pasto. Por mi parte os ruego me enseñeís cómo (labrar) bien los campos (¡mi única esperanza de bienestar y de prosperidad)"[3]. Esta petición tiene de trasfondo la inauguración de un sedentarismo que repercutirá tiempo después en el ejercicio de una vasta producción agricultora en Persia. La comunidad aldeana semi-nómada se vestirá de urbanidad.
El Mazdeísmo propicia con la inyección ético-dualista al sistema de costumbres, un nuevo tipo de organización civil menos propensa a la auto-destrucción. Pues el acto de sacrificar al ganado (favorable como medio de transporte y para la labranza de los campos) con el objeto de expiar las culpas individuales, lo reprueba Zarathustra, considerándolo obra de la “mala inteligencia” en oposición al uso de la “buena inteligencia”.
El efecto de obrar acorde a la buena o mala inteligencia, es o la buena vida o la vida mala. La lógica es simple, quien actúa en relación con el primer ámbito, goza. Por lo contrario, sufre. En los Gathas, ésta doble inteligencia brota de dos espiritus primitivos contrarios entre sí, los cuales habiendo terminado la creación y esencia de la vida bosquejaron sus reinos donde tendría residencia el ser humano dependiendo de sus obras y acciones.
No es descomunal encontrar en religiones posteriores, como el Judaísmo y su desplazamiento en Cristianismo, por mencionar las más cercanas al contexto histórico y cultural del país, analogías a la estructura bipartita del sistema ético mazdeísta. Las nociones de bueno y malo, infierno y cielo, verdad y mentira, orden y caos, bienestar y sufrimiento, demonio frente a divinidad, tienen desde entonces un énfasis distinguido en ésta última doctrina.
Así mismo, el hecho de encontrar con Zarathustra una adoración monoteísta, evadiendo el politeísmo arcaico, permite una expansión en el umbral que tiene como vista el desarrollo de las religiones a través del tiempo, es decir, posibilita una visión más panorámica del desarrollo religioso a través de los siglos, especialmente en cuanto a su arquitectura. Además nos lleva a cuestionarnos si el monoteísmo y sobre todo un sistema simbólico especificamente dual, son condiciones necesarias para el ordenamiento religioso de una sociedad cualquiera. ¿Es acaso el dualismo, un peso que la tradición ha impuesto en la espalda de las generaciones venideras -incluyendo la nuestra- y éstas deben cargar sin objeción alguna? o ¿Resulta ser, dicho sistema simbólico, una especie de liberación del hombre frente al caos?
Sea cual fuere la respuesta, no hay duda de que la aportación ético-dualista como sistema de representación simbólico al campo de las religiones, realizada por el elegido de Ahura Mazda, constituye si no el inicio, puesto que todo origen es contingente, al menos el impulso de toda religión sedentaria, organizada y establecida en la civitas, quiero decir, civilizada.
[1] Forma castellanizada del griego Ζωροάστρης (Zoroastro)
[2] Término sánscrito que significa “verso” o “himno”
[3] Los Gathas, Yasna XXIX, parte 1.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Comparación del dualismo con los mitos cíclicos

Juárez Soltero José Roberto

Al considerar la ética como producto de un periodo dualista, firmemente enlazado con la constitución de la civilización, podemos preguntarnos sobre otras culturas no dualista y ver si realmente no hay ética. Sin tener una verdadera respuesta, podemos partir considerando al dualismo no como un momento histórico, sino como un acompañante a lo largo de todos los periodos humanos. Paul Ricoeur considera al hombre entre lo finito y lo infinito, su argumento, que pone al hombre de mediador entre este dualismo se basa en el hecho de que el hombre sólo tiene un punto de vista, como punto individual y finito, y después un intento de superación en el nombramiento de lo que aparece, rompiendo lo finito . Sin ir más lejos, es posible ver al hombre como constituido dualistamente, que no es una interpretación de un dualismo ontológicamente real, ni mera proyección psíquica, sería en todo caso un aspecto ontico.
Sí consideramos un dualismo intrínseco, la diferencia entre los mitos y las sociedades que describen, radica en la forma en la que se enfrenta al dualismo. En la caverna de Lascaux un chaman que tiene cabeza de pájaro está tendido en el suelo con una erección, a su lado un bisonte con una lanza atravesada en el vientre deja ver sus viseras, el bisonte y el chaman están muriendo. Esta pintura que data del paleolítico tiene cierta idea de la justicia, no en el sentido moral, sino en el de ordenamiento, equilibrio, justo pago, la vida se paga con vida, y una noción “lúdica” de lo sagrado, la muerte asumida con una erección. Existe un gozo macabro en el ordenamiento del cosmos, y de cierta forma pone a la luz la noción de un ordenamiento cíclico. Este rito, que se puede interpretar como un rito para la caza, ya tiene la concepción de un dualismo de la vida y de la muerte, y una concepción cíclica de la misma.
El dualismo de vida y muerte no es cultural, la forma en como se le da sentido a esta dualidad es lo cultural. De una o de otra forma, esta dualidad tiene que tomar algún sentido y esto es un aspecto ético.
Ricoeur Paul, Finitud y culpabilidad. Versión descargable de internet, http://www.libroos.es/ Pág. 11, 29.
Hacia el año de 13.500. Georges Bataille. Las lágrimas de Eros. Tusquets. Barcelona 2002 Pág. 55
Lo ético en los mitos cíclicos es lo correspondiente en lo profano del ordenamiento universal, lo ético como aquí se toma, es la buena vida, que desde cualquier cosmogonía sería no resistirse a este orden. La diferencia entre lo moral y lo ético, desde este punto de vista, es la elección frente a la aceptación. En los mitos de la aceptación del orden, el orden también contempla lo sagrado y terrible. Estos mitos tienen la característica de ser cíclicos y en parte trágicos, todo acabara destruyéndose para repetirse, es trágico por inevitable pero el sentido de renovación redime lo trágico del mito . En el “Canto del Señor” hin¬dú, el Bhagavad Gita, el Dios se revela como completo, con sus miles de caras, el héroe Arjuna se espanta al ver sus caras de muerte, de guerra y de caos. El viaje iniciático de Arjuna es el descubrimiento de la otra parte, de la parte oscura que puede complementar el cosmos. En el Dios no hay dualismo, hay dualismo desde la perspectiva del héroe, el viaje iniciático desde cierta interpretación es el de superar el dualismo, el cual rompe el viejo esquema y puede crear uno nuevo.
En este tipo de mitos existe un orden completo no dependiente de mis acciones, el viaje iniciático es en todo caso el aceptar la muerte , y en el mismo momento la apertura para una vida inmortal, no del lado del individuo, pero si del ciclo. No hay moral, tanto no hay bueno ni malo, porque todo es parte del ciclo, por lo que mis acciones no tienen ninguna importancia. El viaje iniciático a la parte oscura revela esta apertura. “El mito es sólo lo penúltimo, lo último es esa amplitud, ese vacío o ser, por encima de las categorías, en el cual la mente debe sumergirse sola y ser disuelta” . Esto es la negación a la verdad inmediata, en todo caso, la aceptación del ciclo completo, lo único verdadero es el ciclo, lo demás son verdades históricas, transitorias y en devenir, la verdad es este silencio.
En la epopeya de Gilgamesh, no guio mi interpretación de que el viaje iniciático sea una aceptación de la muerte. Puede más bien parecer la renuncia a esta otra parte de Gilgamesh, la parte salvaje que es rechazada por la civilización. Lo que necesita la civilización como proyecto es una finalidad. El orden no existe, el orden se construye y se gana, en este sentido hay que tomar partido. Sí la epopeya de Gilgamesh habla sobre como mantener la civilización o incluso de su fundación, es evidentemente amargo el paso que olvida la parte sagrada, salvaje, oscura y caótica del mundo, llorar siete días la muerte de

Campbell Joseph. El héroe de las mil caras. Fondo de cultura, México DF. 1959 Pág. 152
Ídem Pág. 15
Ídem Pág. 146

Enkidu , y saber que solamente puedes existir dentro del mundo civilizado bajo la renuncia del orden completo, y que sólo puedes vivir en una pequeña parte, en lo humano, lo civilizado.
En cierto sentido la epopeya de Gimbladech es muy poco ética, (sí se mira con los ojos de los mitos cíclicos) a comparación de los mitos en donde la finalidad es la complementación del ciclo, sólo se puede ser ético sí estás unido con el mundo, es decir, sí tu eres parte del mundo completo. Sí estas dividido con el mundo, hay moral, existe el otro y la justificación para dañarlo, para mantener o alcanzar un orden que no se encuentra en este mundo, un orden que es construido o ganado, en un dualismo moral hay elección .
Un mito chino dice que Dios caminaba, y que en su camino creaba; montañas, ríos, animales, etc. Un día decidió crear a una mujer y su hijo del barro, el Dios les dio vida y la mujer pregunto – mi destino será vivir para siempre o desaparecer- el Dios contesto que no lo había pensado y tomando un pedazo de hueso dijo – sí el hueso flota en el agua morirás por tres días y al cuarto renacerás, sí se hunde morirás para siempre. Aventó el hueso y floto, pero la mujer tomó una piedra y repitió lo que dijo el Dios – si flota moriré por tres días y al cuarto renaceré, sí se hunde moriré para siempre. Así (dice el mito) el hombre quedo condenado a ser mortal y a quererse entre ellos. Lo curioso del mito es la sentencia ética, quererse entre ellos por ser mortales, posiblemente contra el terrible azar y a falta de sentido en mundo. La pregunta sigue en cuestión ¿La ética sólo existe en el dualismo o cada consideración del cosmos contiene un sentido ético? Al depender en gran medida del significado que le demos a la palabra ética, y considerando tal significado como un producto histórico, lo que conlleva es negar cualquier ética como trascendente o incluso trascendental, y desfragmentar la cosmogonía y cualquier sentido de verdad sobre la que se levanta descubriéndola como histórica, siendo incluso nuestra actitud una acción ética sustentada sobre alguna ontología, aunque no sea fuerte. Para escapar de esto (acaso) sería prudente verlo desde una perspectiva materialista.
Sí el paso de lo nómada a lo sedentario es un posible inicio de la moral dualista, la moral dualista no estaría sustentada en una cosmogonía, por el contraría las necesidades

• Epopeya de Gildamesh. Versión descargable www.historiaantigua.es/descargas/files/La%20Epopeya%20de%20Gilgamesh.pdf • Pág. 16

Ricoeur Paul, Finitud y culpabilidad. Versión descargable de internet, http://www.libroos.es/ Pág.8,9

estarían modelando el orden. El orden especifico del trabajo y su mantenimiento no es único de la civilización que conocemos, es constante en cualquier cultura, sin embargo y sin justificación documentada, puedo pensar en la posibilidad de la necesidad de la defensa del territorio (al poseerlo) y con ello la guerra y un estado fuertemente jerárquico. Se necesita una justificación por parte el sistema simbólico- mítico para la guerra, un porque arriesgar la vida que tenga sentido. La justificación podría ser la separación, la elección dentro de está y los ritos que garantizan la existencia del mal y del bien. Un sistema cíclico de ética no dualista, no condenaría la guerra pero tampoco la justificaría, lo ético de esta clase de mitos es la aceptación del mundo, aun con sus partes dolorosas y oscuras. Concluyendo, lo que intenta ver este ensayo, es la posibilidad de enlazar la ontología propia de cada pueblo a su ética, y de poner en cuestión la ética del dualismo con otras éticas y no sólo descubriendo su formación cultural-histórica y su carácter contingente, ya que en esta corriente lo sagrado se queda fuera del proyecto de civilización, lo cual puede ponerse en duda, al revisar otras construcciones éticas.

Bibliografía.

Ricoeur Paul, Finitud y culpabilidad. Versión descargable de internet, http://www.libroos.es/
Georges Bataille. Las lágrimas de Eros. Tusquets. Barcelona 2002

Campbell Joseph. El héroe de las mil caras. Fondo de cultura, México DF. 1959

Epopeya de Gildamesh. Versión descargable internet. www.historiaantigua.es/descargas/files/La%20Epopeya%20de%20Gilgamesh.pdf

Gilgamesh.


LA LEYENDA DE GILGAMESH.


Éste texto trata sobre todo de la cuestión del amor, la desobediencia a lo divino, lo cual lleva a la tragedia, el fondo de la cruda realidad de la muerte, sobre el destino, la inmortalidad, el fracaso y la resignación de todo esto.
Gilgamesh es un semidiós, un hombre sabio, dotado de una altura mucho mayor a la de un hombre normal, hombre fuerte y vigoroso, con una gran arrogancia, él es el gobernante, dictador, de Uruk.
En general había muchas quejas por parte de los ciudadanos de Uruk por la forma de gobernar de Gilgamesh; entonces los dioses deciden crear un doble de Gilgamesh que le iguale en fuerza y en sabiduría para que éste lo pueda enfrentar y Uruk deje de ser una ciudad gobernada por un dictador arrogante. Así crean a Enkidu, quién es el dios del inframundo, hijo del caos, parecido a una bestia en cuerpo y vive como tal, se alimenta de hierba y agua.
Shamhat, que es una prostituta, es la mujer designada para iniciar a Enkidu. Después de siete días en los cuales han estado juntos, Enkidu deja de ser una bestia, se transforma su cuerpo, se descubre del pelo que le tapaba el cuerpo, es un hombre de fuerza y vigoroso, (hermoso), se vuelve sabio y civilizado. Y es así como emprende el camino hacia Uruk para enfrentar a Gilgamesh.
Enkidu y Gilgamesh al enfrentarse, comienzan un romance; lo cual hace que Enkidu venza a Gilgamesh en fuerza por haber sido seducido. Se enamoran y comienzan a hacer lo que quieren, ya que no hay nadie que se atreve a enfrentarlos, porque nadie los puede igualar en fuerza.
En su romance hacen caso omiso a los designios divinos, empiezan a desobedecer las órdenes divinas, pero la que los lleva a la tragedia se desencadena cuando matan al Toro del Cielo, y a Humbaba (quien era un dios demonio, guardián de los bosques), enviados por los dioses para castigar a Gigamesh y a Enkidu por romper con las normas divinas. Al quebrantar Gilgamesh y Enkidu lo establecido por los dioses esto los lleva a la Tragedia, es entonces cuando ellos dos deben enfrentarse a la enfermedad que le llega a Enkidu, quien muere y regresa de nuevo al inframundo, lo cual era su destino ya que Enkidu es hijo del caos; así la enfermedad resulta ser su retorno al inframundo.
Gilgamesh no soporta la muerte de Enkidu, esta parte del texto presenta una desesperación de Gilgamesh al no aceptar la muerte de su amado; en su desesperación quiere morir para estar con él, pero al pensar en la muerte empieza a temer de ella, y entonces ya no quiere morir y empieza su búsqueda hacia la inmortalidad. Emprende un viaje en busca de Utnapishtiml, quién es un sobreviviente de un diluvio y obtuvo la inmortalidad por “Don Divino”; Gilgamesh le pide que le revele el secreto de la inmortalidad para que el mismo pueda ser inmortal de igual modo.
Utnapishtiml le revela el secreto de su inmortalidad, la cual no le serviría a Gilgamesh ya que tendría que esperar otro diluvio para poder obtener la inmortalidad como a él le fue concedida. Pero le revela otro secreto de los dioses para obtener la inmortalidad, el cual consiste en que al comer una planta logrará su objetivo. Gilgamesh tomó la planta, se la lleva a Uruk en donde la comerá y volverá al estado de su juventud. En un descuido una serpiente comió la planta, fue entonces cuando Gilgamesh observó como la serpiente mudó de piel. Al ver esto Gilgamesh se le ve deslizar sus lágrimas por el rostro. Se siente fracasado en su intento para lograr la inmortalidad, así que sólo le queda resignarse y regresa ya siendo un hombre sabio para gobernar Uruk.
• Como se puede ver en el texto, existe un sistema dualista entre el mundo que es el nuestro, imperfecto, y el mundo divino. El mundo imperfecto es el mundo de Gilgamesh en el cual existe el sufrimiento; el mundo Divino del cuál es de donde viene Enkidu es un mundo en donde no hay sufrimiento, en donde hay inmortalidad. El texto resulta ser un texto Trágico, al romper estos dos protagonistas lo establecido por los dioses.
• La muerte de Enkidu es el destino a dónde debe volver, ya que es el dios del inframundo, su destino es regresar al caos. A la muerte de Enkidu, Gilgamesh no soporta la idea de estar sin su amado y mucho menos la idea de morir, pero al fracasar en sus intentos por alcanzar la inmortalidad, acepta resignarse y se vuelve un hombre sabio y regresa de nuevo a su vida de gobernante en Uruk.

Dualismo en la Epopeya de Gilgamesh

Gilgamesh, es un relato que trata el tema del dualismo. El dualismo es algo de suma imporntancia, tanto en el mazdeísmo como en otras culturas, religiones y filosofías, y esto resulta porque existe desde hace muchísimos años, la creencia de que el universo está creado por opuestos, como la Luz y la Obscuridad; el Bien y en Mal, en lo que corresponde a la moral; el Día y la Noche; Vida y Muerte; Frío y Calor; Hombre y Mujer. Así mismo, los seres humanos están constituídos por la dualidad, el hombre tiene la libertad de actuar como tanto bien como mal, y pareciera que esta libertad de actuar en cuanto al bien se logra gracias a la sabiduría. Para los chinos también s importante el dualismo como dos fuerzas que rigen el universo y la vida humana, es este caso, el yin y el yang.
Gilgamesh y Enkidú son dos opuestos, forman un dualismo. Lo curioso de este relato es que, Enkidú proviene de la obscuridad, por tanto, Gilgamesh tiene que provenir de la luz, y a pesar de esto Enkidú parece más humano que Gilgamesh, quien es rey de Uruk y tiene prácticamente esclavizado a su pueblo. Enkidú en cambio, vive en el bosque, protege a los animales de los cazadores y convive en armonía con ellos. Parecería que Enkidú está más encaminado al bien de lo que lo esá Gilgamesh. ¿Por qué entonces mandan los dioses a Enkidú que priviene de la obscuridad a que lleve una enseñanza a un ser de luz, como lo es Gilgamesh, un ser que ya debería ser bueno por su origen? Parece ser que la respuesta a esto es que los seres humanos tenemos la dualidad en nuestro interior, nunca somos totalmente bueno ni totalmente malos, somos una combinación dualista, a pesar de que Gilgamesh no es totalmente humano, pues es hijo de u rey y una diosa, se podría pensar que es solamente un tercio humano, y esto puede pensarse por el hecho de que es tres veces más grande que un humano. Ni Enkidú es humano, pues proviene del abismo, es creado por los dioses, por Enki, dios del Caos.
¿De dónde surge pues este dualismo?Parece ser que la resuesta consiste en la misma experiencia humana, del conocimiento de lo sensible, al darse cuenta que existe el frío, pero también hay el calor, y que se conoce el frío porque se conoce el calor y viceversa, al darse cuenta de que si el humano nace, necesariamente llega un momento en que muere. Gracias a la experiencia conoce que el universo está regido por ciclos.
La sabiduría es necesaria para que el ser humano aprenda a vivir con su natural y original dualismo. Resulta curioso que en el relato sea Enkidú, quien proviene del caos, el que eduque a Gilgamesh y lo encamine al bien, a ser un buen gobernante. Enkidú inicia a Gilgamesh en el camino del aprendizaje y de la sabiduría, es la amistad y el amor a Enkidú lo que provoca un cambio en Gilgamesh. Esto hace pensar en que los opuestos no son totalmente contrarios entre ellos, el mal puede tener en sí mismo al bien, y al revés.
Otro dato interesante, analizando la epopeya de Gilgamesh, es que Enkidú finalmente enferma y regresa al caos, de donde proviene, y Gilgamesh, después de su largo viaje, durante el cual a su vuelta a la ciudad de Uruk, se ha convertido en un hombre sabio, regresa, de algún modo, a la Luz y al Bien, pues en su vejez y sabiduría deja de ser un dictador para gobernar de fomra justa. Y de hecho, una de las principales cosas del mazdeísmo, es la igualdad entre seres humanos y la no opresión.
La importancia de los mitos reside en que están hechos para educar a la sociedad, para mostrarles la conformción del universo dualista y del ser humano mismo. Gilgamesh deseaba ser inmortal, pero la inmortalidad elimina la vida, y se destruye el dualismo Vida-Muerte, pues al haber vida necesariemente debe haber muerte, sólo los dioses son inmortales, la excepción es el sabio Utnapishtim, pero él es una excepción que, por un azar en la decisión de los dioses adquiere la inmortalidad, y según el mito, es el único hombre mortal, o mejor dicho el único hombre que se ha ganado la inmortalidad.
La ciudad de Uruk representa la civilización, Enkidú no está civilizado, esá en estado natural, sin cultura, es prostituta sagrada Shamhat quien lo vuelve un hombre a través del acto sexual. Nuevament se reafirma la importancia de los mitos en la educación de la sociedad y los valores morales.
En cuanto al dualismo, el mismo Ahura Mazda, el dios supremo, es una dualidad, pues es el comienzo y el fin de todo. La vida es un aprendizaje, un constante alejamiento y acercamiento al bien.
Parece ser que la planta que dará nuevamente juventud a Gilgamesh es la efedra, o el llamado "soma" o "haoma", la bebida de los dioses. Cuando Gilgamesh está bañándose se la roba una serpiente, pero gracias a ello se resigna a la vejez como parte inseparable de la vida.
Aquí los opuestos no son totalmente contrarios, sino que son opuestos que van unidos siempre, se complementan, y el universo no está completo sin la existencia de uno de los dos opuestos. Hay dependencia del uno con el otro, pues es el uno el que da origen al otro, y viceversa.

Gilgamesh

Tomaré como punto de partida que todos los lectores conocen el esquema del Poema de Gilgamesh. Dado que lo que se espera es una “reacción a la lectura”, solamente haré un comentario acerca de los episodios que me parecieron más sugerentes.

Al principio fue el sexo
Toda la problemática que nos introduce al relato -los abusos del rey Gilgamesh y las quejas del pueblo- está relacionada con el sexo. Comienza con el sexo como problema de la civilización (derecho de pernada) y como mecanismo de introducción del sujeto a la misma (el sexo como rito de pasaje a esa misma civilización). Ahora bien, si el hombre sólo es hombre en la civilización (como parece sugerir el relato), podemos inferir que el hombre nunca es hombre por naturaleza; es un animal que se humaniza. El viviente humano no posee, pues, una naturaleza humana desde su nacimiento. Sólo a posteriori y por el contacto con sus semejantes y lo que implican (lenguaje, sexo, cultura) adquiere su naturaleza. El conflicto entre animalidad y humanidad es resuelto por un rito de pasaje: el sexo. No deja de ser sugerente que el rito de pasaje sea el sexo; un acto que -a primera vista- parecería acercarnos antes que alejarnos de nuestra animalidad.
También es importante recalcar el increíble poder que tiene la mujer en este relato: es ella la que posee la clave para entrar en lo humano; efectúa con su sexo el violento arrancamiento de lo animal a lo humano. Un valioso insight acerca del íntimo (y para muchos incómodo) parentesco entre sexo y violencia.
También da mucho qué pensar la idea del encuentro homosexual que podemos extraer del relato. No necesariamente es el encuentro de dos hombres “feminizados”, sino que el mismo aliciente está en una de las manifestaciones más tradicionalmente asociada a la virilidad y al vigor: la batalla y la lucha violenta. El sexo, de nuevo, es un acto que tiene la capacidad de introducir fuertes efectos subjetivos. En el caso de Enkidu y Gilgamesh representa el tránsito hacia la amistad y la fraternidad.

La amistad y el trabajo en conjunto
La fraternidad, la amistad y el trabajo en conjunto pueden lograr cosas sorprendentes como el dominio de la agricultura y el establecimiento de una ciudad. Recalquemos lo increíblemente novedoso que debío haber sido para los sumerios el hecho mismo de establecerse y dejar de vagar como animales en búsqueda de alimento. Me parece que no se puede entender plenamente el orgullo que Gilgamesh reflejará en la conclusión de la tablilla XI si no tenemos en claro lo que debió haber sido para los sumerios la maravilla de la civilización.
Un tema recurrente durante las aventuras de Gilgamesh y Enkidu es el apoyo mutuo en momentos de duda y miedo. Las oscilaciones que a lo largo del relato se dan entre el actuar y el no actuar y la necesidad de un aliciente, un permiso y una concesión de los otros para actuar, me parece que acentúan todavía más esta necesidad de emprender las aventuras en conjunto.

El afán de gloria y la soberbia son el principio del fin.
Recordemos que el motivo por el que Enkidu y Gilgamesh se internan en el bosque para matar a Humbaba es únicamente el afán de gloria. No conformes con matar a Humbaba, humillan a Ishtar con su rechazo, matan al “Toro del cielo” lo desmiembran y lastiman -de nuevo- a Ishtar. ¿Hay acaso algo más soberbio que herir a un dios? Tales empresas son las que acaban por darle muerte a Enkidu.
Por otra parte, la reacción de Ishtar no pudo sino recordarme lo que decía Nietzsche en su aforismo 414 (Las mujeres en el odio) de Humano, demasiado humano...
Tras la muerte y el duelo de Enkidu, Gilgamesh emprende la búsqueda de la inmortalidad. No puede concebir que también él tenga que pasar por el mismo y espantoso tránsito. Sin embargo Utnapishtim le demostrará con una simple prueba que no posee ninguna característica especial para librarse de la muerte.
El reto de Utnapishtim (no dormir durante 7 días) a primera vista puede parecer un poco absurdo. Es una manera de mostrar que Gilgamesh no tiene ninguna facultad especial para merecer el don de la inmortalidad. No resiste estar despierto 7 días completos, ¿cómo podría resistir una eternidad viviendo? Sin embargo, aún no convencido de su condición finita, va en busca de una planta mágica que le concederá la inmortalidad sólo para que le sea hurtada por una serpiente.
Desconsolado regresa a la ciudad “donde la contemplación de sus grandes muros le hace alabar el trabajo duradero”. Se podría decir que ahí cae en cuenta de que aunque la vida de un individuo sea pequeña y finita es, a la vez, infinita en su potencia generadora y destructora. Los “grandes muros del trabajo duradero” sólo adquieren su grandeza cuando están insertos en una esfera en la que la mortalidad, el sufrimiento y los límites son los soberanos.

Acerca del dualismo o “no seréis como dioses”
Es posible ver todo el relato como una especie de advertencia a los hombres. Sin importar las fuerzas y las capacidades que los hombres unidos en comunidad puedan tener, por ningún motivo deben franquear la esfera que los separa de los dioses. Si los dioses fueron los responsables de fundarlos como pueblo y son el sustento común de todos los valores que los mantienen unidos, matar a los dioses es una especie de suicidio. La problemática actual del nihilismo no se aleja ni un pelo de la moraleja que esta historia deja. Si se deja de tener un sustento común al cual suscribamos nuestras más profundas creencias, adviene un relativismo paralizador y estéril. La aseveración heideggeriana “solamente un Dios puede salvarnos” resuena profundamente tras leer el Poema de Gilgamesh.

Sobre la Providencia.

Es evidente que algunas religiones como el Cristianismo han recogido algunas doctrinas antiguas de otras culturas, y específicamente de la filosofía. Podemos apreciar el paralelismo que hay entre la filosofía estoica y la doctrina cristiana, la preocupación por los temas del ámbito ético-moral, así como el origen del cosmos y su ordenación divina. Estas preocupaciones son abordadas por el Cristianismo y la Filosofía estoica de un modo muy similar, esto nos haría pensar que tal similitud no podría ser una casualidad.
Específicamente encontramos este parentesco en el "Libro de Job" y "Sobre la providencia" de Séneca: "Por qué, aunque hay providencia acaecen algunas desgracias a los hombres buenos".

El texto de Séneca tiene como tema principal la providencia, y en dicho escrito trata de justificar por qué a los hombres buenos les pasan cosas malas , ya que puede sonar contradictorio que esto suceda así, pues sólo a los hombres malos deberían de sucederles cosas malas. Teniendo esto en mente, Séneca argumenta que Dios manda al hombre buenos y malos acontecimientos, pues las adversidades deben ser recibidas por el hombre como un bien, la vida es una camino de sabiduría del cual debemos aprender. "Dios tiene corazón de padre para los hombres buenos y los ama fuerte: que se ejerciten - dice - en trabajos, en dolores, en infortunios para que alcancen la verdadera fuerza".

Dios no manda pruebas difíciles a los débiles, sólo los hombres fuertes son capases de levantarse ante el más duro de los golpes, pues no resiste golpe alguno la felicidad que jamás fue azotada; sin embargo, la felicidad de un hombre que ha luchado constantemente con el infortunio se ha fortificado y no se rinde ante el ningún mal. Siendo esto así, el mal es la causa del bien para el hombre. Sin embargo nunca podrás compadecer al hombre bueno ante sus desgracias, pues aunque parezca desgraciado, no puede serlo: "Cuanto mayor es el tomento, tanto mayor será su gloria."

Sólo puede ser desgraciado, aquel al que nunca le sucedió nada adverso, pues nunca pudo probar su fuerza, ya que, desde antes Dios lo considero débil. Dios busca sólo a los hombres fuertes, ninca a los débiles. Dios prueba a los que ama; endurece y ejercita con obstáculos, Mientras que a los que pareciera complacer, los conserva blandos para choques futuros, pues nadie esta exceptuado, tambien le llegara el momento a quien por tanto tiempo fue feliz.
Por ello, habremos de tener confianza en todo lo que le pasa al hombre, como un acto de fortaleza, Dios tiene voluntad de mandar los buenos y malos acontecimientos para el hombre, todo tiene un por qué. En Séneca se encuentra una relación con el destino como orden natural "Divino" y necesario cuya modificación no es posible: "¿Por qué, sin embargo, fue Dios tan inocuo en la distribución del destino, pues asignó a los buenos la pobreza, las heridas y las acerbas muertes? No puede el artificio cambiar la materia: a su manera esta sometido".

En el libro de Job podemos apreciar este orden Divino "Dios" que pone a prueba la virtud del hombre bueno y justo. Job, vive una vida feliz y recta.
En la corte celestial, ante el trono de Dios se encuentra Satán, quien plantea el problema: pone en duda que la virtud de Job sea sincera y desinteresada, exige una prueba. Una serie de calamidades aquejan a Job, privándolo de sus bienes y de sus hijos. Resignado, acepta de Dios los males como antes aceptó los bienes. Es un elemento nuevo este que se aporta al diálogo, el sufrimiento como forma de purificación del hombre. Al final es exaltada la sabiduría de Dios como aquella que pone orden a todo el universo: "Job no sabe que responder. ¿Cómo puede aventurarse, por tanto, a prejuzgar el orden moral de la providencia?"

Es evindente que en la historia de Job, el problema es el dolor: ¿Por qué sufre el justo?El dolor, que es propiciado por las desgracias en el hombre, cae dentro de los misterisos planes de Dios.

Job es un hombre justo, de vida irreprochable, temeroso de Dios y equivoco del mal. Pero un día en que todos los hijos de Dios fueron a comparecer ante el señor, entre ellos estaba Satán a quien Dios preguntó: ¿Haz observado a mi siervo Job? No hay hombre igual en la tierra: justo, temeroso de Dios y aborrecedor del mal. A lo que Satán respondió: No sin razón teme Job a Dios, pues ¿acaso no has echado bendiciones a sus negocios, no has protegido su casa y sus propiedades? Pero sólo manda una pequeña desgracia en su vida y verás si no te maldice.
Dios aceptó poner a prueba a Job y mandó desgracia a su vida; destruyendo su casa, matando a sus hijos y quitandole sus propiedades.
Una vez caido en desgracia Job dijo: "Del seno materno salí desnudo, al seno de la madre tierra volveré desnudo . El señor me quito lo que el mismo me había dado; el nombre del señor bendito sea, En todo esto no cometió Job ningun pecado, no se atrevió a culpar a Dios".

Es evidente que en estas doctrinas hay un Dualismo que afirma la existencia de dos principios supremos; uno del bien y otro del mal, por cuya acción se da el origen y evlución del mundo.





El cantar de cantares.

El cantar de cantares.

Este es un magnifico texto que se encuentra en la biblia, escrito poéticamente por Salomon. Para comenzar, en el texto se expresa en metáfora, el amor que dos amantes de una forma muy erótica y sensible se entregan, esto a la vez aunado a lo místico que conlleva por ser un escrito bíblico, dado que en lo religioso siempre existe este misticismo, El cantar de Cantares también se puede interpretar de manera espiritual debido a que esta dualidad que existe de lo real y la fe es inseparable, por lo que este texto entendido desde el punto religioso nos da la pauta a entender que es un sendero a matrimoniarse con su divinidad por siempre, entregarse a ella, es decir comprometerse a esta divinidad y por lo tanto, servir a ella.
Pero el texto por sí solo, no nos da a entender esta comunión que existe entre dios y su iglesia de estar unida, sino que se nos es trazado este camino por medio de notas o pies de páginas que existen y son condicionadas, ya que si no fuera por este medio el texto por si solo nos demuestra en todo su esplendor que es una obra poética dualista de hombre- mujer, por lo tanto, que solo en manera metafórica se entendería esta divinidad llamada dios; si se quisiera dar a entender esta relación que existe entre hombre y divinidad desde un principio se haría mención de dios pero este no es el caso.
También en el texto se puede ver la unión y separación de estos amados, siempre con la profunda esperanza de volver a estar juntos para siempre y ver que el amor que se profesan es el que siempre sale adelante, es decir que tiene que ser fiel su amor al amado.
Dicho esto de este modo, trae a colación la comparativa del Banquete de Platón ya que en este texto hace alegoría a Eros el dios del amor, pero en realidad se habla del amor al conocimiento y a la sabiduría.
Si ponemos esto como lo entiende la metafísica, se puede decir que este dualismo siempre existe ya que uno no existe sin el otro, vida y muerte, hombre y mujer, bien y mal, dios y mundo, materia y espíritu, es decir que sin el amado no se puede amar o bien dicho la iglesia y dios no existiría el uno sin el otro. Este dualismo que el texto nos refiere de lo humano y lo divino da la impresión de representación de lo irreal a lo real siendo solo una forma más de presentarse al hombre para su entendimiento.
En conclusión se le puede dar estas dos interpretaciones, la interpretación real o mística, pero en los dos casos nos encontraremos con estas dualidades tanto hombre-mujer u hombre-divinidad siendo que al caso este bello poema dirigido a un dios o al propio hombre es una interpretación de la realidad que bellamente se crea en un poema.

Acercamiento a "La construcción social de la realidad" (Berger & Luckmann)

Para Peter. L. Berger y Thomas Luckmann la sociología del conocimiento debe ocuparse de la construcción social de la realidad. Esto quiere decir que este tipo de sociología debe “ante todo, ocuparse de lo que la gente ‘conoce’ como ‘realidad’ en su vida cotidiana, no-teórica o pre-teórica. Dicho de otra manera, el ‘conocimiento’ del sentido común más que las ‘ideas’ debe constituir el tema central de la sociología del conocimiento. Pues precisamente este ‘conocimiento’ constituye el edificio de significados sin el cual ninguna sociedad podría existir”.(1) Éste es el sentido principal de la obra citada. En estas participaciones intentaremos ante todo la exposición de un primer acercamiento al texto y nada más, lo cual no quiere decir que no se pretenda a la vez una postura crítica desde el primer momento. No queremos tampoco posicionarnos desde la filosofía, pero tampoco podremos evitarlo del todo. Esperamos que esta ambigüedad no sea un defecto; aspiramos a un momento interdisciplinario.

Sobre los fundamentos del conocimiento en la vida cotidiana(2)

A pesar de que la obra que nos ocupa es propiamente sociológica, en su interior yacen nociones cuya historia ha sido casi exclusivamente filosófica. La principal es la de realidad. Berger y Luckmann (“ByL” a partir de aquí) no soslayan este hecho. Su propósito es el análisis objetivo de la realidad como “sentido común”, realidad que además se toma como dada. Pero el tránsito de la vida cotidiana al establecimiento de una realidad interpretada socialmente y con significado subjetivo de un mundo coherente es complejo en sí mismo. Y aunque la sociología no tendría en un principio por qué preguntarse sobre los fundamentos de la realidad –le bastaría con aceptarla como datos fenómenos particulares- para este tema en particular es necesario aclarar el sentido de la “realidad” que se analizará. ¿Esta aclaración es filosófica? Veamos, ellos mismos dicen: “solamente podemos esbozar los rasgos principales de la que creemos es una solución adecuada al problema filosófico; pero entendámonos, adecuada sólo en el sentido de que puede servir de punto de partida para el análisis sociológico”. ¿Qué quiere decir esto? ¿La solución de un auténtico problema filosófico -como el de la fundamentación de la realidad- puede adecuarse a un punto de partida para el análisis científico? Ciertamente, pero entonces la positividad de esta solución se vierte toda en el terreno de la sociología. La aclaración filosófica adecuada de la realidad como sentido común no implica ningún progreso estrictamente filosófico. No es este el momento en que la filosofía sacaría provecho del análisis sociológico.(3) Entonces, ¿podemos ser pacientes? ¿Podemos callarnos durante un momento la boca filosófica y asimilar conceptos extraños a nuestra vida cotidiana de hombre que se dedica a la filosofía? ByL responden que sí, o por lo menos lo suponen. Pues la vida cotidiana del filósofo no es nunca filosófica. Precisamente porque se dedica a la filosofía no vive filosóficamente. Su vida cotidiana es de trabajo, de rutina, de academia, etc. Y dado que la vida cotidiana nunca se muestra como es, sino que se presenta como realidad, cualquier otra esfera de la vida menos cotidiana –como el acto de filosofar- se subordina siempre a la realidad por excelencia, la realidad privilegiada y masiva que es el sentido común.

Ahora bien, ByL no hablarán nunca de la vida cotidiana propiamente. Pues para decir algo propio de ella hay que decirlo desde ella y para esto se requiere un esfuerzo ontológico, se requiere de un Heidegger, por ejemplo. Esto no es pedantería, nos parece importante señalarlo dado que nuestros autores consideran la fenomenología como el método más conveniente para esta etapa de la investigación que es meramente “descriptiva”… “El sentido común encierra innumerables interpretaciones pre-científicas y cuasi-científicas sobre la realidad cotidiana, a la que da por establecida, tendremos que referirnos a estas interpretaciones, así como también tendremos que tomar en cuenta su carácter de presupuesto; pero lo hacemos colocándolo entre paréntesis fenomenológicos”.(4) En este sentido se asemeja al proceder metódico aristotélico en tanto que el campo de lo fenoménico incluye lo que se dice, pero aquí no es para encontrar contradicciones lógicas en ello -como nos parece que hacía Aristóteles-, sino para mostrarlo como una unidad-totalidad. Se trata de un esfuerzo descriptivo que acumula las experiencias que tendría toda “auto-conciencia ordinaria”, como ellos llaman al sujeto imaginario. Pero, ¿el hecho de que sea un sujeto imaginario –ByL en realidad- no implica ya un exceso de subjetividad en la descripción objetiva del sentido común? Es decir, ¿no tendría que sustentarse la descripción teórica –que necesariamente es una construcción también- en la realidad empírica de la sociedad? No es que se tenga que demostrar empíricamente que cada una de las cosas de las que estamos conscientes las compartimos efectivamente con los demás hombres. Pero seguramente un estudio empírico de la población mundial respecto a su sentido común daría algo distinto a lo que nos muestran ByL. Ya vimos que ellos no pretenden hablar desde la sociedad, pero aún así consideramos que su “auto-conciencia ordinaria” es demasiado compleja. Ciertamente no es lo suficientemente ordinaria ni común para considerarse universal. La realidad-sentido común sí tiene orden y tiene coherencia, pero eso no quiere decir que se experimente ordenada y coherentemente. Un hombre sabe por su sentido común que es “malo” tomar Coca-Cola y sin embargo la toma. Una mujer sabe que es “bueno” hacer ejercicio y sin embargo prefiere quedarse a ver televisión. Claro que encontramos “razones” del sentido común para tomar Coca-cola, hay una frase común que va: “de algo me voy a morir”; y a la mujer “le consta” que mañana siempre vendrá otro día y así pospone siempre el ejercicio. Pero entonces encontramos un sentido común fracturado. En ocasiones débil. Y es que pareciera que a pesar de que la realidad-sentido común es fáctica, eficaz, ordenada y coherente, la vida cotidiana en su materialidad guarda contradicciones internas (el inconsciente, la irracionalidad del capitalismo, determinaciones genéticas, etc.) que hacen que los individuos que conforman las sociedades, a lo largo y ancho del planeta, no dejen de sentirse perdidos constantemente. ¿O es que precisamente por dichas contradicciones es que se proyecta una realidad-sentido común ordenada y coherente?



(1) Berger P. & Luckmann T., La construcción social de la realidad, Amorrortu editores, Buenos Aires, 1986, p. 31.
(2)Cf. pp. 36-65
(3)Ibíd., p. 37
(4)Ibíd., p. 38

Por Neil Mauricio Andrade Ruiz

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Gilgamesh, una interpretación

GILGAMESH

La historia de Gilgamesh nos cuenta sobre la preocupación y la resignación humana ante la muerte, aunque además de tratar este tema nos habla a través de muchos simbolismos otros temas de interés humano como lo es la amistad, el poder y la ira divina. El poema de Gilgamesh, a grandes rasgos, cuenta como este al ser un rey tirano, hace que su pueblo pida a los dioses un hombre igual de poderoso para que le haga frente, cabe destacar que Gilgamesh era fuerte como ningún hombre y ningún hombre le podía hacer frente. Los dioses escuchan a las plegarias y crean a Enkidú, hombre que vive en vida salvaje con los animales y que en el rito erótico de la relación sexual es civilizado por la hieródula (prostituta sagrada) Shámhat (nótese la importancia de la hieródula y el papel civilizador que tiene el sexo). Enkidú al escuchar las acciones que lleva acabo Gilgamesh palidece, las aborrece y busca confrontarlo. Al enfrentarse contra Gilgamesh, Enkidú lo vence y de ahí nace una inquebrantable amistad. Cierto día tras una depresión que sufre Enkidú(1) , su amigo Gilgamesh le propone enfrentar al demonio del bosque Humwawa y así traer prosperidad a la ciudad, este acepta y se enfrascan en una aventura a través de el gran bosque. Tras vencer al demonio y en el regreso de la travesía, mientras Gilgamesh y Enkidú se bañan en un rio, la diosa Ishtar(2) , al ver el “ímpetu” que Gilgamesh posee, se le ofrece y como este la rechaza, ahogada en llanto, se dirige a los cielos y pide a su padre Anu que haga un Toro del cielo para castigar a Gilgamesh y a Enkidú, después de negociar años de prosperidad para el pueblo, Anu accede y le concede a Ishtar su deseo. El toro del cielo es vencido por Gilgamesh y por Enkidú, sin embargo al desatar la furia divina por el asesinato del toro del cielo, el destino de Enkidú, por decisión de los dioses, es morir. Gilgamesh sufre por la muerte de su amigo y al entrar en pánico por su futura muerte, decide ir a través de las aguas saladas de la muerte en busca de Utanapíshtim, que es el único ser humano que ha alcanzado la inmortalidad, recompensa que los dioses, al salvar al hombre de el gran diluvio, le entregan . Utanapíshtim revela después de un tiempo a Gilgamesh la fuente de la eterna juventud, la cual es una planta que crece en el fondo del Apsú(3) . Al conseguirla Gilgamesh e ir de regreso a su ciudad, mientras se bañaba en un lago, una serpiente aprovecha su descuido para robarle la planta y huir, Gilgamesh al darse cuenta de que su esfuerzo a sido en vano, cae en total resignación y regresa a su ciudad comprendiendo que su destino, al ser un semidiós, es morir, y perecer al igual que el resto de los hombres.
El poema de Gilgamesh posee una inmensa riqueza tanto histórica como literaria pues forma parte de los primeros textos poéticos, este texto mesopotámico data en sus primeras versiones aproximadamente del siglo XXV a.C., cabe además mencionar que la epopeya fue creándose y nutriéndose de varias leyendas a través del tiempo hasta conformarse de las 12 tablillas, de las cuales once tablillas que ocupan la línea del poema y una agregada donde Enkidú narra su visión del infierno.
El protagonista de esta epopeya, Gilgamesh, es un personaje histórico real que aparece en registros babilónicos, y es mencionado como rey, pues aparece en un listado de la primera dinastía de Uruk, ciudad babilónica. Gilgamesh hijo de la diosa Nisun, sacerdotisa de Shamash dios del sol, y Lillu, un demonio, es un semidiós, esta ultima parte de su biografía es ya parte del mito.
La epopeya de Gilgamesh, muestra la búsqueda de la inmortalidad, idea contemplada por muchos hombres además de reflejar la incertidumbre que aqueja a la humanidad, el miedo y la desesperación ante la muerte, la desaparición, su inminente e inevitable destino, el destino de perecer es sin duda un tema por el cual se ha preguntado el hombre a través del tiempo y ha dado lugar a fabulosos relatos, mitos e historias sobre la inmortalidad, Gilgamesh entra en gran desesperación al ver, con la muerte de su amigo Enkidú, la finitud de la vida y lo hermoso y frágil que es esta.
Gilgamesh es de los textos, tanto babilónicos como de la cultura en general, de gran riqueza, tanto mitológica como filosófica y cultural. De todo el simbolismo que hay detrás de tan maravillosa historia, de la cual da para comentar y analizar y filosofar, se puede hablar y hablar por largo tiempo. El poema de Gilgamesh es una obra que sobrevivió a través de los tiempos, gracias, en gran parte, a las distintas versiones que existen algunas aunque conservadas e incompletas permitieron una reconstrucción más completa del poema.
Gilgamesh también nos ofrece una cosmovisión de trasfondo, algunos comentaristas de el poema de Gilgamesh la consideran como la Odisea (4) de los babilonios por su contenido tanto heroico como mitológico. El poema de Gilgamesh es sin duda una obra que puede ofrecernos más información a medida que la estudiamos y releemos. Obra que a mi parecer no goza de la popularidad que debería tener. Estudiosos babilónicos piensan que la epopeya de Gilgamesh es una evolución de un mito solar, por relación al número de tablillas sin embargo no ha sido demostrado y posee muy poca verosimilitud.
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(1)Hay muchas interpretaciones sobre la depresión que sufre Enkidú, sobre el tema cfr. Gilgamesh o la angustia por la muerte: poema babilonio. Trad. directa del acadio introducción. y notas de Jorge Silva Castillo. México: el Colegio de México. 2003. También La Epopeya de Gilgamesh. vers. y prólogo Agustín Bartra. México : Consejo Nacional para la Cultura y las Artes 1993 83 p.

(2)Diosa babilónica de la fertilidad, de la guerra del amor y de la vida.

(3)El apsú es el abismo de aguas subterráneas, donde mora Ea, dios de la sabiduría

(4)Cfr. Heidel, Alexander. The Gilgamesh epic and old testament parallels. Toronto: the university of Chicago press. 1967, p. 1.


Pablo Hernández Rosas

Sumario del Génesis.

Como bien lo dice su nombre, el primer libro de la Biblia narra el comienzo del universo, de las distintas especies que lo habitan (entre ellas el humano), de la civilización y del origen de Israel. En ese espacio de la historia (siglo V a.C) existía toda una tradición religiosa la cual involucraba la existencia de distintos dioses, por ejemplo la sumeria (con la que tendrá muchas cosas semejantes el judaísmo) que cuenta con una variedad de dioses, de distintos niveles o clases “los mayores”, y los “patronos o protectores” de determinada ciudad, asimismo consideraban las cosas creadas como potencias divinas; a diferencia de la Biblia que crea una ruptura con toda esta concepción, pues el Génesis proclama un solo Dios único y eterno, creador de todo cuanto existe.

Este libro establece desde el primer capítulo la relación de Dios con el hombre creado por él, a quien confía el dominio del mundo y para quien anhela el bien y la felicidad a cambio de obediencia y fidelidad “Gn. 1.26 – 1.27 ─Ahora hagamos al hombre. Se parecerá a nosotros, y tendrá poder sobre los peces, las aves, los animales domésticos y los salvajes, y sobre los que se arrastran por el suelo. Cuando Dios creó al hombre, lo creó parecido al Dios mismo; hombre y mujer los creó, y les dio su bendición.”.
También relata el origen del pecado y el sufrimiento del hombre cuando éste prefiere su propia voluntad a la voluntad de Dios “Gn. 2.16 ─Puedes comer del fruto de todos los árboles del jardín, menos del árbol del bien y del mal. No comas del fruto de ese árbol, porque si lo comes, ciertamente morirás”, “Gn. 3.5 - 3.6 La mujer vio que el fruto del árbol era hermoso y le dieron ganas… de llegar a tener entendimiento”. Narra además cómo, ante la rebelión y el pecado del hombre Dios comienza a actuar en la historia con el propósito de redimirle, por ejemplo con de la sedición del árbol de la sabiduría Dios castigo a los involucrados (hombre, mujer, serpiente), a la mujer le aumenta los dolores del parto, al hombre le puso la ardua tarea de producir sus alimentos con mucho esfuerzo y trabajo, y a la serpiente la maldijo con el castigo de arrastrarse. A Caín lo condeno y expulso por haber matado a su hermano Abel. El diluvio fue un castigo porque existía demasiada maldad en la tierra; pero al mismo tiempo se hace presente la conmiseración de Dios al darle una oportunidad al hombre que sigue estrictamente su voluntad, es decir le da la salvación a Noé y a su familia. A Abraham también lo bendice con hijos gracias a que cumple todos los mandamientos determinados por Dios; a lo largo de la narración, el génesis da múltiples ejemplos; acabando con la muerte de José en donde se pone en evidencia una vez más la bondad y compasión de Dios “Gn. 50.24 ─Me falta poco para morir, pero Dios vendrá a ayudarlos, y los sacará de este país para llevarlos a la tierra que les prometió Abraham, Isaac y Jacob.” .
En toda esta crónica el protagonista es Dios, que juzga y castiga a quienes hacen lo malo “GN. 19.12 ─ ¿Tienes más familiares aquí? Toma a tus hijos, hijas y yernos, y todo lo que tengas en esta ciudad; sácalos y llévatelos lejos de aquí, porque vamos a destruir este lugar. Ya son muchas las quejas que el Señor (Dios) ha tenido contra la gente de esta ciudad, y por eso nos ha enviado a destruirla.”, pero protege, guía y ayuda a quienes lo aman y obedecen “Gn. 35.11 – 35.12 ─Yo soy el Dios todopoderoso; ten muchos hijos y descendientes. De ti saldrá una nación y muchos pueblos, y entre tus descendientes habrá reyes. La tierra que les di a Abraham y a Isaac, también te la doy a ti, y después de ti se la daré a tus descendientes.”.

Al inicio de esta crónica se afirma que Dios creó el universo “Gn. 1.3 ─Que haya luz.”, y Dios finaliza con la promesa de que no dejara de proteger a su pueblo.

Akatzin Galicia.

El vacío del alma y la paradoja en la mística de Eckhart.

El maestro Eckhart nació aproximadamente en 1260. Estudió en el convento dominico donde obtuvo el grado de maestro en Teología. A lo largo de su vida se dedicó a la predicación, además de ocupar algunos otros cargos dentro de la orden dominicana. Su programa de predicación se encuentra desarrollado a lo largo de sus tratados y sermones, por lo que éstos constituyen la fuente principal para el estudio de la mística de Eckhart.
El punto de partida de la mística en Eckhart es, por un lado, el deseo intenso de lograr la absoluta identificación entre el alma y Dios y, por otro, el sufrimiento y dolor experimentados por el hombre que se ha vuelto consciente de su fragilidad y su carencia. El camino que ha de elevar al espíritu desde su mortalidad, desde su indigencia e insuficiencia y que culminará con su superación, constituye el proceso místico. El sufrimiento es trascendido cuando gracias a la experiencia extática descubrimos que el dolor causado por nuestra finitud es sólo una apariencia, pues aparente es también el tiempo y sólo “lo que toca el tiempo es mortal”.
Su obra desarrolla nociones fundamentales para el misticismo tales como la humildad, el desapego, el vaciamiento del alma y la pobreza espiritual; todas éstas son virtudes que deben ser cultivadas si realmente se quiere lograr una auténtica vivencia de Dios.

El vacío del alma.

La lectura de los textos nos va mostrando que el vacío del que habla Eckhart es un vacío absoluto pues se refiere a la aniquilación de cualquier cualidad o atributo personal, imagen, concepto, obra e imagen; se busca ser libre incluso de cualquier intención, no ha de pretenderse absolutamente nada, se ha de estar “vacío de sí mismo” Este vacío al que son invitados los oyentes (lectores) del predicador pretende que el alma logre una libertad absoluta, tan absoluta como el Dios deseado pues estar vacío es estar lleno del Creador.
Será gracias a la total desapropiación como el hombre logrará trascender toda idea de espacio y tiempo, es decir, trascender la temporalidad: “Si quieres vaciarte absolutamente de toda mercancía, de forma que Dios te deje estar en el templo, todo lo que hagas en tus obras debes cumplirlo únicamente por el amor de Dios y mantenerte tan vacío de todo como vacía es las nada que no está aquí ni allí” (Eckhart, El fruto de la nada, edición y traducción de Amador Vega Esquerra, Madrid, Ediciones Siruela, 2003, pp. 36-37).
De lo que se trata es de alejarnos de cualquier obstáculo para alcanzar “la verdad suprema” que es Dios. Por lo tanto, habrá que eliminar cualquier imagen preconcebida de Dios: “Precisamente allí donde dicha imagen penetra en ti, allí Dios y toda su deidad deben retirarse. Allí donde esa imagen sale, allí entra Dios”(Ibíd., p. 50).
Esta superación trae consigo la supresión de cualquier distinción o diferencia, pues el proceso místico concluye en una unidad completamente simple. Se logra la superación de las cosas; distinciones como amor-odio tampoco tienen cabida para quien ha alcanzado la “virginidad del alma” de la que nos habla Eckhart.
Finalmente, gracias al vacío total se logra la identificación del alma con Dios. Sólo el hombre que está unido a Dios “está vacío y libre de todas las obras y sólo actúa para agradar a Dios y no busca lo suyo, y Dios obra en él” ( Ibíd., p. 36). El alma es el lugar donde criatura y Creador han de llegar a la unión, pues sólo el alma ha sido hecha a imagen y semejanza de Dios y “sólo lo semejante tiene motivo de unión con los semejante”.
Finalizo este trabajo con algunas breves observaciones acerca del lenguaje empleado en los escritos místicos.

La paradoja.

Las paradojas y contradicciones abundan en los sermones eckhartianos tanto como en cualquier otra obra fruto del misticismo. Para el místico, la verdad que habita en el misterio sólo puede sernos mostrada mediante la fuerza de la paradoja. Respecto a ella me interesa señalar dos cosas. En primer lugar, debemos recordar que el llamado misticismo especulativo alemán, cuyo principal representante es el autor que aquí nos ocupa, surge en una época en la que la razón se muestra insuficiente para dar cuenta de la relación del ser humano con su creador: el hombre, entendido como ser racional, no puede ocuparse más de Dios, pues la razón es una ley y Dios no puede estar sometido a ley alguna (Ockham). Sin embargo esto no basta para arrancar del ser del hombre la necesidad vital de hablar de su relación con lo divino. En este sentido podemos afirmar que la mística será el camino que, luego de la crisis de la razón con respecto a Dios, reaparezca para darle satisfacción al ser religioso del hombre (entendido en el sentido más amplio).
La mística se aleja de todo razonamiento lógico al tiempo que abraza una forma de expresión donde lo primordial es el sentimiento, no el pensamiento; donde se indica más que se demuestra, esto es, la paradoja. En segundo lugar, aquello que busca el místico no puede ser conocido mediante concepto alguno; su objeto es inaccesible al lenguaje ordinario. Dios no puede ser definido ni delimitado, por ello no hay nombre alguno con el que pueda ser mentado: “Si Dios quiere asomarse alguna vez en su interior, le costará necesariamente todos sus nombres divinos” (Ibíd., p. 46). El Dios de Eckhart es un dios profundo y misterioso, es lo inefable. Ya que la comprensión o mejor dicho la experiencia del abismo y del absoluto que es Dios, resulta incomunicable, podemos decir que los escritos místicos tienen por objeto ante todo guiar al iniciado en el camino que ha de recorrer para lograr su propia “divinización” más que describir la experiencia extática, por ser ésta inaccesible al lenguaje: “El bien que conocieron y vieron en Dios fue tan grande y estaba tan oculto que no se podía reflejar en su entendimiento, pues todo lo que se podía reflejar en él era tan desigual a lo que ellos veían en Dios y tan fabuloso frente a la verdad que callaron y no quisieron mentir […] Todo lo que vieron en Dios fue tan grande y tan noble que no obtuvieron ni imagen ni forma para hablar de ello […] Miraron en la verdad oculta y encontraron en Dios el secreto inefable” (Ibíd., p. 71).
Ninguna palabra, ningún concepto es apto para expresar toda la plenitud de Dios. Dentro de la corriente llamada mística, aceptar los límites de nuestro lenguaje y de nuestra razón resulta indispensable para poder ir, posteriormente, más allá de ellos. Finalmente, es en el silencio más que en las palabras donde Dios se manifiesta; cuando el silencio emerge la divinidad se muestra tal y como es: “Para que Jesús hable en el alma, debe estar sola y callada, si quiere oír a Jesús”(Ibíd., pp. 38-39).

martes, 7 de septiembre de 2010

LA JERARQUIA CELESTE DE PSEUDO DIONISIO AREOPAGITA

Dionisio Areopagita muestra a Dios como el bien, a mi parecer lo identifica con la imagen del Sol (o también podría identificarse con la metáfora heracliteana del rayo que todo lo ilumina repentinamente como una especie de revelación, esta metáfora con todo lo que implica: el rayo llega, como lo mencioné, repentinamente y se tiene que estar listo para verlo y no asustarse con la luz que de él emana, es decir, esta luz solo se muestra al que está preparado y en realidad desea verla ) que irradia su luz a todo lo que está debajo de Él, como tal se entiende que está muy por encima de nosotros y no podemos acceder tan fácil como pareciera a su infinita bondad “extiende los rayos de su plena bondad a todos los seres que, según su capacidad la reciben” (Pseudo-Dionisio, Los nombres divinos, PG 3, 693; Obras completas. p.296). Es así como gracias a esta bondad todos los seres subsisten; y todos se configuran según esa imagen del bien de una forma jerarquizada: ángeles, hombres, seres irracionales plantas y cosas inanimadas, y como tales componen el cosmos de una manera ordenada. Estos seres vienen directamente del Bien sumo; no pueden provenir los superiores de los inferiores (obvio). “todo ha sido creado por Él y para Él” (CH I, 1 7, 3-8: 120B-121A), aquí abría que agregar: y hacia Él se dirigen.

De aquí que el Areopagita tenga una concepción jerárquica del universo, que es una consecuencia de la causalidad universal. Para efecto de las jerarquías a Dionisio solo le interesan los ángeles y los hombres porque solo ellos son (de alguna manera) conscientes de su origen y vocación divina. Ya aquí podemos comenzar a hablar de jerarquías ya que ellas (como se dijo) solo implican importancia respecto a los ángeles y los hombres, hacia ellos van dirigidas principalmente, ya que aquí es en donde comienza a hablarse como unos y otros reciben los dones de dios y retornan a Él.

La epopeya de Gilgamesh

La escritura que usaban los pueblos que habitaron en la región de la Mesopotamia era la cuneiforme. La naturaleza de estos signos hacia difícil que los pobladores de la región la manejaran, de ahí que la mayor parte de los mesopotámicos no supieran leer ni escribir.

Es por ello que las producciones literarias, a semejanza de lo que va a ocurrir en la edad media europea, se repitiera en forma oral por el llamado narrador público. Ciertas historias eran más populares que otras y al repetirse de generación en generación sufrieron alteraciones antes de ser escritas en las tablillas.

Éste es el caso de la llamada epopeya de Gilgamesh, la cual se basa en la vida y las obras de un monarca de la ciudad de Uruk, de la época protodinástica del siglo XXVI a C., pasando de la época sumeria a la arcadia y de ahí a la babilónica. En este recorrido la historia original sufre alteraciones y se mezcla con otras leyendas, como la del diluvio. Así es como los sumerios conocieron una serie de poemas sueltos que narraban, los cuales eran las aventuras de Gilgamesh y Khuwawa que narraban la expedición al país de los cedros, la muerte de Khuwawa y la destrucción del cedro sagrado de Enlil; la narración de Gilgamesh, Enkidú y el infierno en la que Gigamesh se enfrenta con la muerte y hace un viaje al más allá; después se narra el encuentro de Gigamesh con el toro celeste y el combate entre Gilgamesh y el rey Aka de Kish; posteriormente los arcadios recibieron estos poemas sumerios y los organizaron alrededor del tema de la búsqueda de la vida eterna; y finalmente los babilónicos reunieron en doce tablas los poemas sumerios y arcadios y dieron forma definitiva de la epopeya tal como se presenta en nuestros días.

Gilgamesh presentado como el rey de Uruk, se destaca como constructor de palacios, templos y murallas, sin embargo no es amado por sus súbditos ni por su familia pues su yugo resulta duro. Todos los que viven bajo sus órdenes ruegan a la diosa de la fecundidad Aruru que de alguna manera distraiga al rey, quien crea un ser salvaje melenudo que es ignorante de la civilización y que está dotado de una fuerza extraordinaria, el cual recibe el nombre de Enkidú.

Enkidú es iniciado por las sacerdordotizas de Isthar, quienes le enseñan las tradiciones de la civilización, incluso la embriaguez. Cuando los dos héroes se conocen, Gilgamesh y Enkidu, luchan entre sí resultando vencedor el primero. Entonces se convierten en amigos y emprenden juntos una serie de aventuras: la primera los lleva al país de los cedros que

luchan con Humbaba, quien era un gigante que vomita fuego, el cual es inmovilizado por Gilgamesh quien le corta la cabeza a pesar de la clemencia que el gigante pedía.

Isthar que es la diosa que habita en su templo rodeado de cortesanas se enamora de Gilgamesh, pero al no ser correspondida sube al cielo y pide a Anu, su padre, la muerte de Gilgamesh quien la desdeño; así es como se crea un toro celeste de fuerza sobrenatural al cual se enfrenta él venciéndolo, sin embargo la diosa enojada lo maldice alcanzando dicha maldición a Enkidú quien muere acusado por los dioses por las hazañas realizadas por Gilgamesh: la muerte de gigante Unbaba y la del toro celeste.

Cuando Enkidú fallece, Gilgamesh le llora seis días y seis noches y decide irlo a buscar al país de los muertos. Así es como recuerda que un antepasado lejano suyo, Um-napishti y su mujer son los únicos sobrevivientes del diluvio y viven en los confines del mundo, es entonces que va a buscarlos para pedirles la fórmula mágica de la inmortalidad. Antes de llegar a su morada vive numerosas aventuras: llega el monte Mashu, donde el sol se oculta durante la noche, allí los hombres escorpiones le indican el camino a seguir; ve el árbol negro cuyos frutos son de lapizlázul, lo que es Siria; tropieza con Siduri que es la tabernera que representa el comercio de vino, atraviesa las aguas de la muerte y llega por fin a donde esta Um-napishti, En donde su antecesor lo somete a una serie de pruebas en la que fracasa, pero aún así le regala las provisiones necesarias para el viaje y un vestido mágico con el que no envejecerá la nunca. Es entonces que vuelve a ver a Enkidú y éste le hace ver que todo se convierte en polvo y que no hay manera de escapar a la muerte.

La epopeya de Gilgamesh refleja elementos mágicos y fantásticos, tales como la intervención de los dioses que brindan al poema cierto carácter divino, reflejándose así mismo la ideología y carga histórica de los pueblos que lo crearon (sumerios, arcaicos y babilónicos).

Lizbeth Trueba Galván