Juárez Soltero José Roberto
Al considerar la ética como producto de un periodo dualista, firmemente enlazado con la constitución de la civilización, podemos preguntarnos sobre otras culturas no dualista y ver si realmente no hay ética. Sin tener una verdadera respuesta, podemos partir considerando al dualismo no como un momento histórico, sino como un acompañante a lo largo de todos los periodos humanos. Paul Ricoeur considera al hombre entre lo finito y lo infinito, su argumento, que pone al hombre de mediador entre este dualismo se basa en el hecho de que el hombre sólo tiene un punto de vista, como punto individual y finito, y después un intento de superación en el nombramiento de lo que aparece, rompiendo lo finito . Sin ir más lejos, es posible ver al hombre como constituido dualistamente, que no es una interpretación de un dualismo ontológicamente real, ni mera proyección psíquica, sería en todo caso un aspecto ontico.
Sí consideramos un dualismo intrínseco, la diferencia entre los mitos y las sociedades que describen, radica en la forma en la que se enfrenta al dualismo. En la caverna de Lascaux un chaman que tiene cabeza de pájaro está tendido en el suelo con una erección, a su lado un bisonte con una lanza atravesada en el vientre deja ver sus viseras, el bisonte y el chaman están muriendo. Esta pintura que data del paleolítico tiene cierta idea de la justicia, no en el sentido moral, sino en el de ordenamiento, equilibrio, justo pago, la vida se paga con vida, y una noción “lúdica” de lo sagrado, la muerte asumida con una erección. Existe un gozo macabro en el ordenamiento del cosmos, y de cierta forma pone a la luz la noción de un ordenamiento cíclico. Este rito, que se puede interpretar como un rito para la caza, ya tiene la concepción de un dualismo de la vida y de la muerte, y una concepción cíclica de la misma.
El dualismo de vida y muerte no es cultural, la forma en como se le da sentido a esta dualidad es lo cultural. De una o de otra forma, esta dualidad tiene que tomar algún sentido y esto es un aspecto ético.
Ricoeur Paul, Finitud y culpabilidad. Versión descargable de internet, http://www.libroos.es/ Pág. 11, 29.
Hacia el año de 13.500. Georges Bataille. Las lágrimas de Eros. Tusquets. Barcelona 2002 Pág. 55
Lo ético en los mitos cíclicos es lo correspondiente en lo profano del ordenamiento universal, lo ético como aquí se toma, es la buena vida, que desde cualquier cosmogonía sería no resistirse a este orden. La diferencia entre lo moral y lo ético, desde este punto de vista, es la elección frente a la aceptación. En los mitos de la aceptación del orden, el orden también contempla lo sagrado y terrible. Estos mitos tienen la característica de ser cíclicos y en parte trágicos, todo acabara destruyéndose para repetirse, es trágico por inevitable pero el sentido de renovación redime lo trágico del mito . En el “Canto del Señor” hin¬dú, el Bhagavad Gita, el Dios se revela como completo, con sus miles de caras, el héroe Arjuna se espanta al ver sus caras de muerte, de guerra y de caos. El viaje iniciático de Arjuna es el descubrimiento de la otra parte, de la parte oscura que puede complementar el cosmos. En el Dios no hay dualismo, hay dualismo desde la perspectiva del héroe, el viaje iniciático desde cierta interpretación es el de superar el dualismo, el cual rompe el viejo esquema y puede crear uno nuevo.
En este tipo de mitos existe un orden completo no dependiente de mis acciones, el viaje iniciático es en todo caso el aceptar la muerte , y en el mismo momento la apertura para una vida inmortal, no del lado del individuo, pero si del ciclo. No hay moral, tanto no hay bueno ni malo, porque todo es parte del ciclo, por lo que mis acciones no tienen ninguna importancia. El viaje iniciático a la parte oscura revela esta apertura. “El mito es sólo lo penúltimo, lo último es esa amplitud, ese vacío o ser, por encima de las categorías, en el cual la mente debe sumergirse sola y ser disuelta” . Esto es la negación a la verdad inmediata, en todo caso, la aceptación del ciclo completo, lo único verdadero es el ciclo, lo demás son verdades históricas, transitorias y en devenir, la verdad es este silencio.
En la epopeya de Gilgamesh, no guio mi interpretación de que el viaje iniciático sea una aceptación de la muerte. Puede más bien parecer la renuncia a esta otra parte de Gilgamesh, la parte salvaje que es rechazada por la civilización. Lo que necesita la civilización como proyecto es una finalidad. El orden no existe, el orden se construye y se gana, en este sentido hay que tomar partido. Sí la epopeya de Gilgamesh habla sobre como mantener la civilización o incluso de su fundación, es evidentemente amargo el paso que olvida la parte sagrada, salvaje, oscura y caótica del mundo, llorar siete días la muerte de
Campbell Joseph. El héroe de las mil caras. Fondo de cultura, México DF. 1959 Pág. 152
Ídem Pág. 15
Ídem Pág. 146
Enkidu , y saber que solamente puedes existir dentro del mundo civilizado bajo la renuncia del orden completo, y que sólo puedes vivir en una pequeña parte, en lo humano, lo civilizado.
En cierto sentido la epopeya de Gimbladech es muy poco ética, (sí se mira con los ojos de los mitos cíclicos) a comparación de los mitos en donde la finalidad es la complementación del ciclo, sólo se puede ser ético sí estás unido con el mundo, es decir, sí tu eres parte del mundo completo. Sí estas dividido con el mundo, hay moral, existe el otro y la justificación para dañarlo, para mantener o alcanzar un orden que no se encuentra en este mundo, un orden que es construido o ganado, en un dualismo moral hay elección .
Un mito chino dice que Dios caminaba, y que en su camino creaba; montañas, ríos, animales, etc. Un día decidió crear a una mujer y su hijo del barro, el Dios les dio vida y la mujer pregunto – mi destino será vivir para siempre o desaparecer- el Dios contesto que no lo había pensado y tomando un pedazo de hueso dijo – sí el hueso flota en el agua morirás por tres días y al cuarto renacerás, sí se hunde morirás para siempre. Aventó el hueso y floto, pero la mujer tomó una piedra y repitió lo que dijo el Dios – si flota moriré por tres días y al cuarto renaceré, sí se hunde moriré para siempre. Así (dice el mito) el hombre quedo condenado a ser mortal y a quererse entre ellos. Lo curioso del mito es la sentencia ética, quererse entre ellos por ser mortales, posiblemente contra el terrible azar y a falta de sentido en mundo. La pregunta sigue en cuestión ¿La ética sólo existe en el dualismo o cada consideración del cosmos contiene un sentido ético? Al depender en gran medida del significado que le demos a la palabra ética, y considerando tal significado como un producto histórico, lo que conlleva es negar cualquier ética como trascendente o incluso trascendental, y desfragmentar la cosmogonía y cualquier sentido de verdad sobre la que se levanta descubriéndola como histórica, siendo incluso nuestra actitud una acción ética sustentada sobre alguna ontología, aunque no sea fuerte. Para escapar de esto (acaso) sería prudente verlo desde una perspectiva materialista.
Sí el paso de lo nómada a lo sedentario es un posible inicio de la moral dualista, la moral dualista no estaría sustentada en una cosmogonía, por el contraría las necesidades
• Epopeya de Gildamesh. Versión descargable www.historiaantigua.es/descargas/files/La%20Epopeya%20de%20Gilgamesh.pdf • Pág. 16
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Ricoeur Paul, Finitud y culpabilidad. Versión descargable de internet, http://www.libroos.es/ Pág.8,9
estarían modelando el orden. El orden especifico del trabajo y su mantenimiento no es único de la civilización que conocemos, es constante en cualquier cultura, sin embargo y sin justificación documentada, puedo pensar en la posibilidad de la necesidad de la defensa del territorio (al poseerlo) y con ello la guerra y un estado fuertemente jerárquico. Se necesita una justificación por parte el sistema simbólico- mítico para la guerra, un porque arriesgar la vida que tenga sentido. La justificación podría ser la separación, la elección dentro de está y los ritos que garantizan la existencia del mal y del bien. Un sistema cíclico de ética no dualista, no condenaría la guerra pero tampoco la justificaría, lo ético de esta clase de mitos es la aceptación del mundo, aun con sus partes dolorosas y oscuras. Concluyendo, lo que intenta ver este ensayo, es la posibilidad de enlazar la ontología propia de cada pueblo a su ética, y de poner en cuestión la ética del dualismo con otras éticas y no sólo descubriendo su formación cultural-histórica y su carácter contingente, ya que en esta corriente lo sagrado se queda fuera del proyecto de civilización, lo cual puede ponerse en duda, al revisar otras construcciones éticas.
Bibliografía.
Ricoeur Paul, Finitud y culpabilidad. Versión descargable de internet, http://www.libroos.es/
Georges Bataille. Las lágrimas de Eros. Tusquets. Barcelona 2002
Campbell Joseph. El héroe de las mil caras. Fondo de cultura, México DF. 1959
Epopeya de Gildamesh. Versión descargable internet. www.historiaantigua.es/descargas/files/La%20Epopeya%20de%20Gilgamesh.pdf
Un libro: El evangelio de la depresión
Hace 3 años
2 comentarios:
buenos textos, buenas ideas, pero ¿por qué intercalar las fichas de referencia bibliográfica entre ellos?
En general es buena tu entrada. No tengo mucho qué decir sobre tu texto, salvo la precisión que el profesor Edgar te hace en su comentario.
Tu trabajo va muy bien.
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