lunes, 14 de diciembre de 2009

Del dualismo Gáthico al dualismo tomista

Las concepciones dualistas de la realidad se remiten hasta las antiguas culturas humanas. Ya desde los antiguos egipcios, o incluso desde las viejas culturas indio-americanas, se percibe claramente la necesidad de recurrir a una concepción dualista de lo real para explicar la existencia humana, el origen del mundo y de las cosas que en ella hay y habitan, la aparición del día y la noche, el ciclo cósmico, el ciclo vital, etcétera.
Un conjunto de textos que pueden contribuir en la construcción del sistema “Arqueología del dualismo” son, ciertamente, los Gathas. Como el siguiente fragmento que nos muestra la factibilidad o condición de posibilidad de un dualismo divino.
13. Esto aprendí gracias a Tu liberalidad, ¡oh Aura Mazda!, cuando se acercó a mí (Sraosha, la Obediencia), portadora de Tu Buena Mente. (Y por lo mismo me atrevo a pedir a tu generosidad lo que necesito), con objeto de poder dar a conocer a los hombres los fines verdaderamente sagrados de (tus propósitos) y de tus deseos. (Todo para que les sirva de guía a propósito de los ritos que deben practicar). (En cuanto a mí), concédeme también una larga vida (bendición) que ningún osado puede arrancar de Ti por la fuerza. Y, en fin, el (don) de conseguir ese lugar deseado que obtendré (si no me lo niegas) dentro de Tu Reino.

15. Sí, de Ti aprendí, ¡oh Aura Mazda!, cuando se acercó a mí Tu Sraosha (la Obediencia), portadora de la gracia de Tu Buena Mente (es decir, de Tu poderosa Inteligencia, y me dijo): “Permíteme que (te) enseñe y haga comprender cuál es la mente mejor (el estado del espíritu más) sosegado y sufrido. Así como (que es preciso no permitir) que un hombre principal gane a su casa a los malvados (como adulador que busca ayuda), mientras con (mente sosegada por la fe) Tus santos han traído para Ti, ¡oh Aura!, a muchos pecadores (convertidos y dispuestos a hacer penitencia).”

Otro tanto así sucede con Tomás de Aquino. Pero en este caso, el dominico da pauta para pensar en la mutabilidad de la voluntad divina, probando que Dios no es del todo un ser perfecto, o por lo menos un ente que posee todos los atributos posibles. Aquino sostiene lo siguiente:
“Al parecer la voluntad de dios es mutable. Pues el Señor dice (Génesis, VI, 7): me arrepiento de haber creado al hombre. Pero quien se arrepiente de lo que ha hecho, tiene una voluntad mutable. Por lo tanto dios tiene una voluntad mutable”.
[Santo Tomás de Aquino, Summa Theológica, I. pregunta 29, artículo 7].

Otro argumento de Aquino desde el que podemos rastrear las ricas consecuencias teológicas del dualismo sustancial, es el siguiente: “Las leyes humanas son apropiadas para la gran mayoría de los seres humanos. La mayoría de las personas no son perfectamente virtuosas. Por lo tanto, las leyes humanas no prohíben todos los vicios. …los actos viciosos son contrarios a los actos virtuosos. Pero las leyes humanas no prohíben todos los vicios... Por lo tanto, tampoco prescriben todos los actos virtuosos.
[Santo Tomás de Aquino, Summa Theológica I-II, Cuestión 96, Artículo 2 y 3].
El hombre, ser por naturaleza imperfecto, tiende al vicio y a la virtud de maneras dispares. Mientras que las leyes humanas tienden a hacer del hombre un ser sujeto a la necesidad, también lo impulsan hacia la virtud del alma.
En este sentido el alma, por ser más semejante a lo divino, inteligible, inmortal, sabio, uniforme, indisoluble y que siempre se presenta en identidad consigo mismo; por ser más semejante a lo divino que a lo mortal, multiforme, ininteligible, disoluble, y que nunca se presenta en el mismo estado: entonces, por razones parecidas, de la misma manera que es más inteligente y sensata, el alma es, por tanto, más apta para mandar y gobernar al cuerpo. De otra forma sería arrastrada por él, es decir, por sus deseos, pasiones, temores, amores violentos, sensaciones, percepciones, y se extraviaría, tal y como si estuviera ebria, por el mar de posibilidades del ser. Pero cuando un contrario como la muerte se presenta en un cuerpo, inmediatamente, al llegar la vida, ésta se desplaza o perece para ceder su lugar a la vida, su contrario. Evidentemente hay una exclusión total entre los contrarios. No se admiten ni pueden estar juntos. De manera que, cuando se presenta lo frío (por ejemplo) y llega lo caliente, por participar de la Idea de lo frío “en sí”, no admite a su contrario, lo caliente “en sí”, porque se excluyen mutuamente por ser contrarios. En una palabra, no se toleran.

Los dualismos y su arqueología

Podemos pensar que el dualismo, en tanto que se expresa y presenta como una doble corriente, se remite y tiene su origen en las primeras civilizaciones o sociedades humanas. El dualismo se presenta, en este sentido, como algo intrínseco en y a toda cultura, no sólo por cuanto se manifiesta en la lucha de contrarios opuestos (a veces necesarios) sino, sobre todo, por cuanto se expresa en la multiplicidad de dicotomías que configuran y constituyen lo real propio de cada pueblo, cultura o visión del mundo. Sin embargo, en todas las religiones hay dos tipos de espiritualidad: una espiritualidad profética y una espiritualidad mística.
Sin embargo, el hecho de que siempre se tome en cuenta sólo dos alternativas o polos opuestos, deja de lado la posibilidad de pensar en un tercer elemento que haga o bien el enlace entre algo o bien que sea la piedra angular o la base del sistema, es decir, su fundamento. La posibilidad, pues, de disolver cualquier tipo de doctrina con tendencias hacia el monismo filosófico-teológico, panteísta o incluso politeísta es, pues, enteramente plausible. Sobre todo cuando pensamos que el dualismo tiene a su base una concepción doble de la realidad, del conocimiento humano, del proceso vital, entre otras cosas. Dado que del dormirse se origina el estar despierto y del estar despierto el dormirse, evidentemente hay un proceso que va del primero al segundo y a la inversa, del segundo al primero. Se dan, en consecuencia, dos generaciones entre ellas, una el dormirse y otra el despertarse. De la misma manera ha de suceder con la muerte y con la vida. La lógica de esta prueba es la siguiente: todo contrario nace de su contrario en un proceso de doble generación. Vida y muerte son contrarios. Por lo tanto, de la vida nace la muerte y de la muerte nace la vida.
La estructura misma de lo real, del mundo como totalidad, presenta y representa en su base una concepción dual de la Naturaleza y del hombre. En la Naturaleza todo es y sucede o por necesidad o por contingencia; todo está determinado o por leyes de la causalidad o por las leyes físicas. Así sucede con el hombre, pues es tanto una sustancia pensante como una sustancia extenza o corpórea; es alma y cuerpo al mismo tiempo; es uno y múltiple al mismo tiempo; duerme y despierta, sufre y goza, llora y ríe; se entristece y se alegra, razona y siente, vive y muere, etcétera. Porque uno nace y muere, pero no dura por siempre. Aunque, como señala Wittgenstein, “si entendemos la eternidad no en el sentido de duración temporal infinita, sino de intemporalidad, entonces la vida eterna pertenece a los que viven en el presente [Tractatus lógico-philosophicus].
En efecto, también las tesis wittgenstenianas del Tractatus: 1.“El mundo es todo lo que es el caso” y 7. “De lo que no se puede hablar, lo mejor es callar” nos permiten acercarnos, de manera sumamente concreta, a las concepciones dualistas de la cultura y saber humanos. Porque en Wittgentein no hay caso sin hechos, no hay hechos sin cosas y no hay cosas sin mundo; de manera similar, no hay metafísica sin física; no hay pensamiento sin lenguaje; no hay objeto sin sujeto y no hay lógica sin mística.
Wittgenstein solía comparar el pensar con la natación; así como en ésta nuestros cuerpos tienen una tendencia natural a flotar sobre la superficie del agua, de modo que se necesita un gran esfuerzo físico para sumergirse hasta el fondo, de igual modo en el pensar se necesita un gran esfuerzo mental para alejar a nuestras mentes de lo superficial y sumergirse en la profundidad de un problema filosófico.

Hacia una arqueología del dualismo

Una pretendida arqueología del dualismo debe comenzar, si en efecto ha de concebirse como tal, por entender y comprender la totalidad de visiones del mundo, de religiones o concepciones de lo real que tiendan a basar su explicación en cualquier clase de dualismo. Porque, en efecto, puede haber un dualismo de corte ontológico que base su dualidad en la distinción entre ser y ente; o puede ser un dualismo de corte metafísico que señale la diferencia entre esencia y existencia; o bien puede hablarse de un dualismo de corte moral o ético que se base en la esición entre bueno y malo, o entre ser y deber ser; o también lo puede ser de carácter epistémico que haga incapié en la dicotomía entre conocimiento y opinión; o podemos hablar, por otro lado, de un dualismo de corte religioso (o sea, de carácter dogmático) que acentúe la separación dual entre vida-muerte, cielo-infierno, luz-noche, Dios-diablo, bueno-malo, etcétera. Esta última clase de dualismo es la que aquí nos interesa examinar.
Ahora bien, si lo que nos interesa es saber es si ha habido formas de pensamiento, modelos de explicación, conceptos, tradiciones o costumbres sociales, religiones o corrientes filosóficas que contribuyan a configurar y constituir una arqueología del dualismo, entonces es conveniente comenzar por los textos de la tradición judeo-cristiana como la Biblia, la Tora o el Corán. Pero, por otro lado, si lo que nos interesa es comenzar a construir este sistema de la arqueología del dualismo, entonces lo más conveniente es comenzar por analizar los primeros pasajes del Génesis de la Biblia, porque se concentran allí, más que en cualquier otro lado, lo gérmenes de la teoría dualista. “Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber; pues haciendo así amontonarás ascuas de fuego sobre su cabeza”.
[Romanos, 12:20]
Toda religión es producto de una narración. Tal es el caso de la religión judeo-cristiana, cuyo texto principal –la Biblia- es producto de una forma de espiritualidad que llamaremos profética. Los profetas se encargan de narrar lo que sucederá (profesía) o sucedió a traves de visiones o alucinaciones. Algunos de éstos profetas como Job, Juan o Isaias reciben estas visiones porque su forma de vida les permnitió ser del grupo de los elegidos o iniciados. El dualismo remite, por un lado, al principio u origen de todas las cosas y, por otro lado, a su disolución o destrucción.
Lo que esto muestra es que el dualismo se presenta, desde un primer momento, como la única forma o manera de concebir y explicar la existencia humana en su inmediatez, o sea, como un movimiento que va del nacimiento a la muerte, o al revéz; y, por si fuera poco, a partir de una creación ex nihilo, como en la creación del universo. La Biblia dice:
La creación.- 1. Al principio Dios creó el cielo y la tierra. La tierra estaba desierta y sin nada. Las tinieblas cubrían los abismos mientras el espíritu de Dios aleteaba sobre la superficie de las aguas. Dios dijo: “Haya luz”, y hubo luz. Dios vio que la luz era buena y la separó de las tinieblas. Dios llamó a la luz “Día” y a las tinieblas “Noche”. Y atardeció y amaneció el día Primero.
Si en el primer principio, al principio, existe, antes que todo, Dios, entonces, ni antes ni después de Él había nada. Dios es y existe, pues, al principio y al final de todo. Ni la materia, ni la naturaleza, ni el mundo existen independientemente de Dios: él los concibe en-y-por-sí. Él es quien confiere realidad objetiva a todas las cosas, tanto a las animadas como a las inanimadas. Pero si antes de todo Dios es, entonces ¿qué existía antes del principio, antes de Dios, cuando todo era tinieblas y oscuridad? ¿Porqué Dios crea el cielo y la tierrra si sabía de antemano que todo era caos sin orden como hasta hoy?

El dualismo Védico

Los Veda, que en sánscrito significa ”saber”, “ciencia” o “conocimiento”, constituyen el conjunto de textos más antiguos de la literatura india; a éstos se les atribuye un origen suprahumano o Divino. Se piensa que fueron escritos por el propio Âtman. Otros comentan que fueron escritos en sánscrito por sacerdotes instruidos mediante algún trance o contacto con la Divinidad.
Ahora bien, si nuestro objetivo es configurar y constituir una arqueología del dualismo, o por lo menos nos interesa saber desde dónde podemos comenzar a leer o interpretar textos antiguos o modernos para fundamentar dicha arqueología, o cuáles de éstos comentar críticamente a la luz de dicho sistema, entonces los textos Upanisad sí nos sirven para nuestro cometido. Esto es así por la siguiente razón: porque en estos textos se encuentra la piedra angular del sistema de la arqueología del dualismo en tanto y por cuanto que contienen el gérmen de la dicotomía entre uno-múltiple o unidad-pluralidad. Los textos Upanisad en este sentido, más allá de representar un conjunto de textos en sánscrito cuyo lenguaje es muy dificil de comprender, son un conjunto de textos a los que se les atribuye un origen Divino o suprahumano: el sí mismo, es decir, el âtman.
Dentro de la literatura sánscrita, los Upanisad son los textos que contienen las conclusiones filosóficas más importantes derivadas de los Veda. Su significado etimológico es el de “sentarse (sad) abajo (ni) junto a (upa)”, es decir, sentarse a los pies de un maestro para recibir la doctrina secreta o para recibir las enseñanzas ocultas de los sacerdotes o maestros; enseñanzas exclusivamente para iniciados.
Uno de estos textos, el Brhadaranyaka Upanisad, dice lo siguiente:
1. “En el principio este mundo era sólo el âtman [el sí mismo] en la figura de un hombre. Miró en torno a sí y no vio otra cosa que a sí mismo. Entonces primeramente gritó: “Soy yo”. De ahí surgió el nombre Yo. Por eso también hoy en día, si alguien es llamado, dice en primer lugar “¡Soy yo!” y sólo luego menciona los otros nombres que lleva…”.
Tener en cuenta este pasaje de los Upanisad es de vital importancia si se quiere comenzar por tejer, a través de un hilo conductor común a la concepción dual de lo real, la arqueología del dualismo. Porque supone pensar en la posibilidad de concebir la idea de Dios exclusivamente como un ente en unidad, es decir, perfecto, indivisible, inmortal, sapientísimo… [hasta cumplir con las 99 formas de nombrar a Dios] y no, como podría ser el caso, pensar la idead del ente sumamente como producto de sí mismo, esto es, referido y remitido hacia sí mismo. Empero en este caso la tautología que se expresa en la oración “Yo soy” sólo prueba feacientemente lo siguiente: que Dios es una unidad que, en tanto tal, configura y constituye la gama de formas en que se manifiesta el dualismo. “Yo soy”, en ese sentido, más que tratarse de una afirmación meramente egoística, da la pauta para pensar en lo otro, es decir, enfrentarse con lo que está fuera o alrededor mío. Como lo señala el texto Veda:
2. “Entonces tuvo miendo, pues se tiene miedo cuando se está solo. Entonces meditó, “¿qué podría temer yo, si no hay nada fuera de mi?” Con esto se evadió su miedo, pues ¿qué podría temer? Sólo hay miedo de un segundo”.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Dualismo y Religión

¿Por qué las religiones buscan el dualismo?

Lo buscan? O somos nosotros los que lo buscamos y por eso buscamos religiones que nos lo den? El espectro moral, dejado a nuestra propia razón, es infinito. Una gama interminable de posibilidades de acción cuyas consecuencias consecuencias son inconmensurables.

Las religiones simplifican las cosas, las hacen blanco y negro para ayudarnos a vivir cada día sin tener que pensar por nosotros mismos en las consecuencias de nuestros actos y por eso las buscamos. Buscamos 10 mandamientos que nos digan que hacer. 7 pecados que debemos evitar. 5 pilares sobre los que nuestra vida debe girar. Una vez limitado el marco de posibilidades en lo que debemos y no debemos hacer podemos sentirnos más libres. Pues hay libertad en estos límites, libertad en no preocuparnos por las consecuencias de las acciones sino solo por los principios que las determinan.

Las religiones modernas aprovechan también esto. La astrología te dice quien eres y quien no eres. Eres un sagitario, eres optimista, eres jovial, eres honesto e intelectual, no eres un tauro, no eres paciente, no eres persistente, no eres plácido. Y así no tienes que preocuparte por la infinidad de posibilidades de una personalidad. Todo es simple, todo es sencillo. Y esto va más allá de la razón. Cientos de veces se ha comprobado la falsedad de los horóscopos, pero su popularidad se sigue incrementando.

¿Pero realmente la religión está presentando dualismo? Un análisis más cercano nos muestra que no hay opciones, no hay decisiones que tomar. La religón no te está ofreciendo la posibilidad de pecar, de no seguirla. JHWE es un dios celoso, no permite que adores a ningún otro. Ir al infierno a quemarte por toda la eternidad no suena realmente como una alternativa razonable. Y pues bueeno ¿quien rechazaría un montón de vírgenes que se volvieran a virginar constantemente? Jejeje. Y una vez que naces acuario ya valiste, no te puedes convertir, por más que quieras, en capricornio.

Job nos muestra que realmente no hay opción. Dios decide y uno está a su merced. El bien y el mal, no se puede elegir, dentro de la religión hay que aceptar lo que se es dado. La alternativa no es una alternativa, es un castigo. No se puede cuestionar la voluntad, hay que aceptar las cosas tal y como son pues uno no estuvo en el momento de la creación. Sólo Dios (aunque nadie lo vio pues en ese momento todavía no había luz). Entonces ¿es realmente un dualismo lo que nos presenta? No hay alternativa. La religión no permite movimiento ni decisión. Disfraza la inmobilidad moral.

La religión nos lleva de un mundo con infinitas posibilidades en donde parece que no tenemos ninguna opción, a un mundo sin posibilidades donde nos engañan a creer que somos libres. ¿Cómo podemos caer en esta contradicción? ¿Y por que la buscamos tan tenazmente que damos la vida por ella?

Amilcar Paris Mandoki

Dualismo y Ciencia

La historia de la ciencia ha sido la historia de la digitalización, o dualización, del conocimiento. En la antigüedad, antes de la ciencia, las explicaciones eran análogas, había todo un espectro de posibilidades, un espectro de historias que podrían explicar cada fenómeno. Cada cultura se adueñaba del mundo a travez de sus mitos y cada relato de esos mitos era diferente, cada narrador agregaba de su cosecha o le daba su estilo personal. Los mitos son el conocimiento análogo del mundo.

Cualquier cambio de lo análogo a lo digital es una dualización. Cuando algo se digitaliza crea una clara distinción entre dos puntos. Crea una clara distinción entre lo que es y lo que no es aquello que se está tratando de medir, marcar, etc.

El gran dualista Descartes no se limitó a crear un dualismo epistemológico. Sus matemáticas son una digitalización del espacio mismo. El plano cartesiano es una herramienta para ver al mundo en tanto lo positivo y lo negativo, en tanto posiciones absolutas. Un círculo deja de ser una relación de un punto con su circunferencia y empieza a ser la relación de 2 magnitudes en un lenguaje del que se puede hablar también de cuadrados y elipsis.

El tiempo fue dualizado con la invención del reloj de péndulo en 1656. Pues antes de ese momento no podía medirse con precisión el tiempo. Las herramientas existentes eran el reloj de sol, el de agua y el de arena, ninguno de los cuales podía determinar con precisión el fin de una hora y el inicio de la otra. No se conocía el momento exacto cuando un día terminaba y cuando el siguiente empezaba. Se vivía un tiempo análogo, un tiempo que fluía, un tiempo relativo. El reloj de péndulo permitió conocer el instante preciso en el que el día cambiaba, en el que el hoy se convertía en el ayer y el mañana en el hoy. Y permitió a la ciencia dar un salto. La dualización del tiempo fue el parteaguas que permitió a newton digitalizar las leyes que gobiernan el movimiento. Se podía medir con precisión no solo la distancia recorrida por un objeto, sino también el tiempo que tomó.

Las mismas matemáticas que Newton tuvo que inventar para hacer estas mediciones, el cálculo, es la dualización de LO análogo. El cálculo permite hacer cortes en una gradiente infinita y determinar los límites de aquello que puede ser cortado un número sin fin de veces. Newton es el dador de límites, el real determinador de lo que es y lo que no es.

Y es este gran descubrimiento el que inspira a Kant, la quinta esencia del dualismo, a hacer su tribunal de la razón pura. Que no es más que el dualismo máximo, el divisor entre verdad y falsedad. Lo congoscible y lo incognoscible. Kant pone la última piedra en la filosofía y por cientos de años la condena a una vida dualista, de lo correcto y lo incorrecto, lo moral y lo inmoral, lo bello y lo feo.

Ahora vivimos en la era digital, en la era en la que todo, absolutamente todo se puede expresar en términos dualistas. En términos de 1's y 0's la misma información de la que estás hecho tú no es más que información que es expresada en existencia y ausencia de carga magnética. Se puede determinar lo que eres y lo que no con absoluta precisión numérica y de ese modo determinar quien sí y quien no cometió un crimen determinado, quien sí y quien no es el padre de un niño. La identidad se ha dualizado y ahora también se podrá manipular.

¿Pues no es acaso ese el objetivo máximo del dualismo? La manipulación

Amilcar Paris Mandoki

Gilgamesh y el Estado

¿Qué es gilgamesh?¿por qué tiene una historia? ¿por qué esa historia sobrevive hasta nuestros días? ¿Qué demonios?

Creamos historias todo el tiempo, todo mundo conoce varias historias, nos gusta contarlas, y en la era de la información absorbemos historias rápidamente. No parece difícil de creer que cuando se escribió por primera vez la historia de Gilgamesh ésta no era la única historia que había. Sin embargo tenemos muy pocas historias de ese entonces. ¿Qué tiene la historia que ha hecho que varias personas hayan querido reproducirla y mantenerla viva?

Primero que nada, y obviamente. Gilgamesh tiene a un héroe, a un caudillo. Gilgamesh nos da un ejemplo a seguir. Alguien a quien admirar y que sea el protagonista de nuestros sueños. El héroe es algo que nos sirve a nosotros como punto de inicio para la imaginación, como punto de motivación para nuestras aventuras, como modelo a seguir para nuestro crecimiento moral. Y a la civilización le sirve más que nada para justificarse. El Estado necesita demostrarse, necesita justificar por que hay quienes dominan y quienes son dominados. El Estado debe demostrar que hay grandiosos y hay quienes no tanto. Y los grandiosos son los pocos, son los que tienen el poder y los demás somos aquellos quienes miramos en su dirección y esperamos llegar a ello. Es esa esperanza la que mantiene unido al Estado.

No es de sorprender por que Asurbanipal el más grande y último rey del imperio Asirio decidió mantener registro de él, gracias a lo cuál nosotros podemos todavía accesarlo. Asurbanipal fue el primer rey que sabía escribir y el primero que supo del poder de las historias. Mantener viva la historia de Gilgamesh no fue lo único grande que hizo. Asurbanipal sabía que los héroes capturaban la mente de sus súbditos y él mismo se convirtió en uno. En sus tiempos el arco era un símbolo de sabiduría y Asurbanipal decidió crear monedas para su reino con el símbolo de él mismo sosteniendo un arco. Asurbanipal se convirtió en héroe de sus súbditos, esparció su imagen y llenó la imaginación con historias.

Y es por eso que el poema de Gilgamesh llega a nosotros. No es un poema sobre la mortalidad, sino sobre el derecho de superioridad, el derecho de reinar sobre otros. Y es un poema particularmente bueno pues no es monista, ofrece una alternativa, o más bien abarca las alternativas. Pues presenta dos opciones al auditorio. Uno que es grandioso bien puede nacer con sangre divina, nacer a la cabeza del estado y ser apoyado por este, o nacer fuera de él, nacer rebelde, nacer de la tierra y con los animales. Sin embargo el destino es el mismo. Enkidú presenta la alternativa a los imaginadores, a quienes sienten la rebeldía en su sangre. Pues a fin de cuentas el objetivo de aquél que está fuera del Estado, de la sociedad, del reino, no es derrocarlo, sino ser reconocido como grandioso dentro de él. Ser puesto en su lugar correspondiente. Un Estado exitoso, como lo fueron los antiguos imperios que duraban cientos de años, es un estado que asimila a sus rebeldes. Que crea opciones en el imaginario de su pueblo que le convengan. Asimila la rebelión, seduce al rebelde con heriódulas en lugar de destruirlo. Pues el rebelde tiene su propia grandeza, y puede ser utilizada para el bien del estado. El rebelde es pasión, el rebelde es poder, pero el rebelde no tiene principios, es seductible y utilizable. Y el rebelde ha de ser sacrificable, el rebelde una vez usado debe morir. Y no debemos caer en el error en el que cae Gilgamesh de caer enamorados de él, pues es su destino morir por nosotros. El Estado, el héroe original es el que se mantiene, cualquier intento de él por mantener vivo al disidente es un intento fallido. El rebelde se mantendrá a lo mucho como martir.

El héroe deberá siempre ser el Estado, y el Estado es eterno.

Amilcar Paris Mandoki

Creación y saber

En el principio creó Dios los cielos y la tierra. 2 Y la tierra estaba sin orden y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas.

¿Que había en el instante antes del principio?

No había cielos ni tierra, dios no los había creado. Estaba Dios, él existía, no sabemos de dónde salió, pero él estaba en el principio. Cuando dios creó los cielos y la tierra había tinieblas y el abismo. Dios no los creó así que también debieron existir antes del principio. Entonce antes del principio estaba Dios, las tinieblas y el abismo. El abismo es Tehom תְּהוֹם‎ las aguas primordiales que rodean a la tierra el material de la creación. Aquello que Dios no creó. Aquello que estaba antes del principio, antes del tiempo.

Dios separó los cielos y la tierra en la obscuridad. Lo primero que hizo fue separar lo divino y lo profano y aquello quedó para siempre en el misterio. La separación no fue hecha ni con la palabra ni bajo la luz. La separeción es incognoscible, inasequible. La separación es un simple acto de fe, un acto invisible, irracional. No sabemos si quiera si fue dios quien creó esta división. Una versión de las primeras líneas del génesis dios no hace su aparición hasta que habla y crea la luz. Puede ser que el mismo dios es la división entre lo sagrado y lo profano. La tierra definida por el abismo, las aguas primordiales y dios lo divino, aquello que flota por encima de ellas.

La creación en este caso es la creación del mismo Dios. Dios nace al separarse de lo profano y a la vez nace el tiempo. Y sólo en esta separación puede existir la palabra y el conocimiento. La chispa de la creación es entonces dada por la divinidad. Es nuestra búsqueda de subir a lo sagrado lo que nos impulsa a la creación, a la razón, al uso de l apalabra y a la iluminación de este mundo.

La razón es entonces la luz con la que iluminamos las tinieblas y vamos separándolas y convirtiéndolas en lo sagrado, haciéndolo todo bueno. Elevamos la materia primordial al objeto creado. Mediante la palabra nosotros mismos subimos a lo divino y llenamos de luz al mundo y determinamos que es lo bueno. Ponemos la bondad en el mundo mediante nuestro conocimiento de él.

La creación es el ordenamiento de lo caótico, la iluminación de lo obscuro, la elevación a lo sagrado. Y es así como el hombre se vuelve sagrado. Y es el árbol del conocimiento el que nos ha hecho sagrados. En el jardín, el hombre no creaba, no había tiempo, el hombre no dividía. El hombre muerde la fruta y sus ojos se abren. El hombre hace su primera creación, ropa para dividir lo profano de lo sagrado, ocultarlo. Es entonces sacado del jardín y es obligado a crear, es solo con el conocimiento del bien y del mal que el hombre empieza a crear comida para sí mismo y la mujer puede crear vida, dar a luz. Creaciones ambas que implican dolor.

Y es así como el hombre desprecia ser solo un juguete del dios y comienza el doloroso acenso hacia la divinidad.

Amilcar Paris Mandoki

Cantar de los cantares

El cantar de los cantares, poema de la Biblia que sin duda muestra un dualismo intrínseco en esa cultura, en donde se muestran, se asoman y se dejan ver sombras de una conducta legal. El poema, cantar de los cantares es un texto tardío con vocablos griegos, se dice, que el texto es de Salomón; sin embargo, en la introducción al mismo se aclara que éste es solo un nombre prestado a si como ocurrió para otros libros de la Biblia. Se dice en la introducción que su autor fue un un espiritual y sabio y que quizá vivió en el siglo III antes de Cristo.
En Israel, el ritual del matrimonio incluía un canto tanto de la esposa como del esposo. Sin embargo se pueden ver distintos pares a los cuales se puede referiri el cantar de los cantares, a Yavé y a su pueblo judío, a Yavé y el alma, o bien tomando como verdadero a Salomón como autor del poema el otro par que podría interpretarse seía a Salomón y a la sabiduría.
El primer par emncionado; es decir, a Yavé y a su pueblo es un dualismo del cual otros profetas ya habían utilizado para hablar de la alianza que tenía Yavé con su pueblo utilizando la experiencia conyugaldel amor humano para darle una significación importante y privilegiada de la relación que tenía el pueblo de Israel con Dios.
Por otro lado Salomón es la figura de Dios mismo con su mesías cuya venida se aguarda, en tal interpretación.
El judaísmo, como toda religión, es producto de una narración y ésta tiene que construir su revelación ya que es el puelo elegido y de esta manera se venía ejemplificando la relación amante-amado; amado-amante entre Yavé y su pueblo, el pueblo elegido; sin embargo ésta es una de las interpretaciones que se le han dado al misticismo de los personajes del poema. Este dualismo construido con la intención de hacer una representación simbólica.
En el poema además hay pasajes en donde no es muy clara y en cierto sentido hasta difícil la alusión a la tierra prometida, pero esta es precisamente uno de los dos elementos mas importantes que permite, da la posibilidad y deja la puerta abierta a el resto de las interpretaciones; por ejemplo, a uno que se refiere a un amor carnal, a un sujeto activo y uno pasivo.
Un dualismo innerente a la redacción del poema, tanto en el sentido literal como en un sentido metafórico o bien místico.
El poema termina con una promesa de unión eterna entre los personajes; ella, él, del poema, de acuerdo a las interpretaciones, esos cajones negros serán llenados.


Mojica Soto Gisela Jazmín

Separación de fe y razón

En Ockham ya hay una separación entre la razón y la fe. Para Ockham las verdades de fe. Para Ockham las verdades de fe ya no son evidentes, no son principios de demostración como pensaba Anselmo; además de considerarlas falsas para quienes se sirven de una, la razón natural.
Hay una separación total entre el ámbito de las verdades de fe y el del ámbito del conocimiento que es racional.
Para Ockham la filosofía no es ya una servidora de la de, de la teología. Por lo que su pensamiento rechaza las posturas de pensadores como Agustín, Anselmo o Buenaventura ya que para Ockham rechaza totalmente; por ejemplo, el dogma de la Santísima Trinidad, al parecerle inaceptable para toda razón natural el que una esencia sea tres personas distintas.
Ahora la razón human tiene un ámbito muy diferente al ámbito y tarea de la fe. Afirmación que lleva a Ockham a concebir el mundo como un conjunto de electos individuales que no tienen ninguna relación entre sí, a tal punto de que Ockham niega el suarismo interno del individuo de materia-forma, trayendo como consecuencia una irrelevancia de los conceptos también de acto y potencia.
De tal primacía del individuo, resulta que los universales no existen fuera del alma, sino que son formas verbales, a través de las que la mente humana crea ciertas relaciones con un alcance meramente lógico, como consecuencia de una gran fidelidad a lo individual, dentro de la filosofía de Ockham se derrumban los que habían sido pilares de la metafísica tradicional.


Mojica Soto Gisela Jazmín

La hipocresía de la sociedad


"Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor,
pero la violencia se practica a plena luz del día"


John Lennon


A que grado hemos llegado en nuestra sociedad, que nos escondemos con aquellas cosas nos producen felicidad, mostrándonos en la intimidad como realmente somos, personas que siente, temen, sueñan, entre otras cosas que nos caracterizan como gente viva. Mientras en la calle a la vista de todos nos comportamos, como bestias, individualistas, seres horribles, que intentan dar miedo a otras para que no se les ataque.

Acaso nos sentimos tan avergonzados, por nuestros sentimientos, por ello nos ocultamos, viviendo con una doble cara, dos personalidades, que cuando se atraviesa una línea imaginaria dejamos nuestros apasionantes sentimientos, poniéndonos un disfraz ante la sociedad que, constantemente se burla de otros, porque necesita resguardar su vida, bufándose de los demás, para no ser el blanco de atención y que vean su interior (sus sentimientos). Somos hipócritas unos con otros, nadie muestra quien es, y cuando se muestra, se hace con aquellas personas que nos parecen de confianza, nos mostramos tales como somos, no nos limitamos, pero siempre con ese miedo, de que nos traicionen. De ahí que entre nosotros vivamos como carroñeros, lastimando unos y otros, para que no vean quienes somos, personas que nos sentimos inferiores y cuando se nos presenta la oportunidad, atacamos para que no nos dañen antes.

Pero que pasa con aquella gente, que se muestra tal cual es, un hombre que es una bestia, alguien que no siente el mínimo respeto por lo otros, acaso el no hace el amor, en plena luz del día. Gozando, haciéndose uno con el todo, en su estado de anarquía, esta bestia como muchos la denominaríamos, es el que no le importa la demás gente, se muestra en su constante amor, su violencia contra los demás, aunque él no lo concibe así, sino que no nos tiene miedo y se abre ante los ojos de todos. Sin embargo, dependería de mucho el tipo de sistema donde uno viva, pues si éste que vive en una anarquía, ¿dónde estaría la violencia?, sería evidentemente cuando se le obligara a dejar de hacer lo que siente, ese sería su violencia a plena luz del día.

En cambio, cuando se vive en una sociedad donde la misma gente produce sus leyes, reglas o normas, la violencia estaría cuando nuestro anarquista atentara contra la tranquilidad de la sociedad, pero aun así se le esta produciendo violencia en contra de éste, pues se le esta obligando a que censure su amor, mientras pretenda vivir, en aquella comunidad. Pero no pasa lo mismo con las demás personas, pues cada uno de nosotros tiene un anarquista dentro de sí, y que de alguna manera atentamos unos contra otros, y nos estamos sometiendo nuestro amor, esa sensación donde ya no es uno solo, sino que es parte del todo.

En nuestra sociedad actual, se nos esta educando para que consideremos aquellos valores de bienestar de unos con otros, como aquellos que nos van ayudar a llegar a ese amor, mientras que aquellas que producen daño, solo los tomemos como cosas que atentan contra nuestro bienestar, es decir, llegar a nuestro amor. Pero qué pasa cuando se hacen uso de esos valores y leyes, se producen daños a otras personas. Entonces cada cosa que produzcamos y hagamos solo nos llevarán, a que nuestro amor se esconda, en la intimidad, pues es este único lugar donde uno puede ser uno mismo, pues frete a otros de alguna forma causamos daño, o que sentimos tanto miedo que no deseemos admitirlo. Solo humanos que deseamos ser animales, por que ellos no se ocultan, se dejan ver, se muestran tal como son, por que son ellos, mientras nosotros a todo le ponemos máscaras y en especial a nosotros. Somos seres que aman a escondidas, porque la violencia nos daña, porque otros mostraron su amor en público.

Daniel Avila Morales

¿Amor posible o imposible?.

Amor, palabra de mil definiciones todas ellas tan correctas o incorrectas dependiendo del amante, veamos una de las 14 definiciones que nos da la RAE: “Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser”, parece ser bastante clara dicha definición, así que quedémonos con ella por el momento. Y ¿qué tiene que ver el amor con la dualidad?, cualquier persona que alguna vez haya amado podrá contestar a eso: en el amor hay dolor y hay placer, y a su vez le dualidad del bien y el mal pueden disolverse, es claro que tienen una relación (además de que, ya que estamos sumergidos en un mundo de dualismo, prácticamente todo lo que existe [e incluso que no existe] está relacionado con él).
Alguna vez en nuestra vida, todos (o casi todos) nos jactamos de haber tenido un amor imposible, sea bien correspondido, mal correspondido, por lejanía, etc. pero por alguna razón imposible. Pues así pareció haber sido el caso de Raymundo Lulio. Cortesano y juglar, un poeta de vida alegre y no del todo “tranquila”, podríamos decir que es la etapa de la vida en que sólo se busca diversión. Así fue Lulio hasta que tuvo apariciones de Cristo, las cuales lo hicieron cambiar radicalmente. Fue un amor a primera vista. A partir de ese acontecimiento, Raymundo Lulio (también conocido como Ramón Llull) dedicó su vida al servicio de su amado: Dios. Un implacable deseo de convertir a todo el mundo al cristianismo, lo caracterizó y también quizás fue una parte importante de su muerte, este punto, pues no todos querían ser convencidos de la religión verdadera de Llull. Este amante en vez de cortar flores, convertía infieles, y en vez de espinarse con ellas, era apaleado por estos de vez en cuando. A su vez no estaba muy conforme con algunos de los “parientes” de su amado en la tierra, obispos, papas y sacerdotes, pues, entre otras cosas, no le daban su apoyo incondicional para cumplir lo que creía que quería su amado, que era reunir más flores para su jardín (de Dios). Sin embargo ni siquiera eso lo detuvo en sus ansias de amar a Dios, y mediante el uso de una inteligencia notable, por medio de herramientas lógicas (como el Ars Magna) demostraba que el camino al cristianismo era el verdadero. Así fue este amante, Raymundo Lulio, que sin embargo, no parece haber sido del todo correspondido pues primeramente, ¿cómo podía obtener señal de aprobación por parte del amado? Ni un guiño, ni una sonrisa, ni una llamada, lo único que había tenido era ese primer encuentro que jamás olvidaría. Segundo, este amor era un amor de lejos, y eso es de pensarse… mientras Llull vivía en un mundo terrenal, Dios, su amado, se encontraba en el Paraíso, a indefinidos mundos de distancia. Sin embargo había una esperanza que lo mantenía en este amor, la esperanza de un amor eterno, más allá de éste mundo, la esperanza de la inmortalidad del alma en el reino de Dios. Entonces no fue imposible, fue y aún es posible, más no seguro eso es claro. Sin embargo hay que preguntarnos: ¿qué pasaría si el amado no existiera?

Erick Hernández Andrade

Dionisio Aeropagita o Pseudo Dionisio

Dionisio replantea el neoplatonismo en términos cristianos, una de las tesis que mas resalta es que dice que se puede designar a Dios con muchos nombres que proceden de las cosas sensibles. Se le puede designar en términos de las realidades inteligibles pero también se le puede designar negándole todo atributo, en tanto que Dios es un ser totalmente trascendente, él superior a todos, supra-ente, una de las tesis mas significativas de la Teología Mística. Trasciende todo lo que es sensible e inteligible.
Dios es lo completamente otro, separado del mundo, es el que llama al ser a la existencia y lo mantiene unido. Es un Dios creador de la nada, es super-existente y totalmente trascendente. Es causa del ser de todas las cosas y no es entero ente porque trasciende todo ser, no es nada de este mundo; sin embargo se asoma la pregunta ¿Si es super-existente, se le puede conocer?; Una de las respuestas es que sí, ésta es llamada la vía catafática, la vía positiva, que dice que a Dios sí se le puede conocer, en tanto que él llama a todas las cosas, se le puede conocer por medio de ellas, en donde de una u otra forma las cosas tiene una perfección, tienen un algo de Dios. Aunque, hay un dualismo en la respuesta a la pregunta inicial, porque hay otra vía, la apofática; ésta, una vía negativa, porque no se le conoce a la manera de este mundo, sino que es más, no es belleza a la manera de este mundo es super-belleza, no es perfección, es super-perfección.
Pero dado que Dios no es ninguno de las cosas que existe no se le puede conocer, Dios trasciende hasta las proposiciones del ser y del no ser, no puede ser conocido por la mente humana; es ininteligente porque es super-existente, super-belleza. Por otro lado Dios se puede conocer a través de la ignorancia en cierto sentido porque no necesito saber de él para conocerlo, “porque lo ignoro lo conozco y porque lo conozco lo ignoro”Dionisio Aeropagita utiliza de esta manera el método de la analogía, una asunción de la diferencia, de que cada objeto es producto del arbitrio divino, en donde cada quien es llamado de manera singular al ser, de tal manera que la filosofía se propone como actividad del conocimiento de lo divino a través de un ejercicio racional, implicando esto un método distinto de conocimiento al que se había estado utilizando los griegos.

Mojica Soto Gisela Jazmín

Tomás de Aquino; del ente y de la esencia.

La esencia se deriva del primer modo en el que se dice ente; es decir, el que se divide en los 10 géneros.
La esencia es en las sustancias, las cuales unas son simples y otras compuestas, pero en las dos hay esencia; sin embargo, la esencia de las sustancias simples es más verdadera que las de las compuestas ya que de las sustancias simples se derivan las compuestas.
En las sustancias compuestas se presenta un para, la forma y la materia; por ejemplo, el dualismo presente en el propio hombre, el alma y el cuerpo.
Aunque las sustancias están compuestas por la materia y por la forma ninguna de ellas sola es la esencia de las sustancias, sino que “la esencia es aquello que es significado por la definición de una cosa”[1] ya que la definición contiene tanto a la materia como a la forma.
La forma es acto de la materia, la materia es ente en acto, por lo que la esencia en las sustancias compuestas significa aquello que es un compuesto de materia y forma y es pues la esencia por la que una cosa es denominada ente.
El principio de individuación es la materia, pero no la materia de cualquier modo sino nada mas la materia signada; determinada para algo, la materia comprende al mismo tiempo la forma, ésta solo de manera particular; por lo que los universales no tendrían definición al ser la esencia lo que se significa por la definición. Por lo que la esencia del género y la de la especie difieren según lo signado y lo no signado, ya que lo mismo que está en la esencia de la especie también lo está en la del género pero en esta última no se encuentra determinada.
De aquí que el género, la especie y la diferencia estén en proporción con la materia, la forma y el compuesto, aunque, claro está, no son lo mismo. “De la materia se toma para significar el todo… de la forma se toma para significar el todo” [2]
Ahora pues, hay también esencia en las sustancias separadas; es decir, en el alma, en las inteligencias (ángeles), en la causa primera, en éstas hay un compuesto de forma y existencia.
La forma no tiene dependencia de la materia, hay formas que no pueden ser más que con la materia, pero hay otras que si son subsistentes sin materia, esto es seguir su proximidad con el primer principio. Por lo que la esencia de la sustancia simple solamente es la forma y solo puede significarse como un todo y podría decirse que la esencia de la cosa simple es lo mismo que el ente simple. Otra diferencia con respecto a las sustancias compuestas, que en las simples algo que sea su existencia solo pueden ser una, no puede haber la misma multiplicación que en las compuestas.
Por lo que además de forma, en las inteligencias debe haber existencia; sin embargo, la existencia no puede ser causada por la forma porque sino entonces se estaría produciendo a sí misma, debe tener su existencia de otra, debe haber una cosa que sea causa de la existencia de las demás cosas y que ella sea existencia solamente; sino sería una regresión al infinito de causas, debe haber una causa que sea la primera, la cual es Dios.
De modo entonces que las inteligencias tienen acto y potencia. Entre mas cerca estén de la causa primera tendrán mas de acto que de potencia. Los accidentes también tiene esencia, pero ésta es por analogía así como es ente por analogía.

[1] Aquino, Tomás. Del ente y de la esencia. Ed. Losada. Buenos Aires, 2003. Pag.18
[2] Ibid. Pag.24
Mojica Soto Gisela Jazmín

LA FE COMO PUNTO DE PARTIDA EN SAN ANSELMO

Las reflexiones de San Anselmo giran alrededor del binomio compuesto por Dios y el hombre. En el Proslogion se ve claramente cómo la razón se encuentra en el seno de la fe. “No busco comprenderte para creer sino que creo para poder comprenderte” decía San Anselmo, uno de los programas mas importantes era aclarar mediante la razón humana lo que ya se posee a través de la fe. No solo se impusiese por la autoridad que tenía la escritura sino que se iluminará por medio del razonamiento. Gracias a este propósito Anselmo escribe las pruebas de la existencia de Dios, tanto a posteriori en el Monologion y con el argumento ontológico en el Proslogion. Otra de las cosas importantes en San Anselmo es la posibilidad simultánea de la predestinación y la libertad humana.
Anselmo cree firmemente que la razón puede demostrar la coherencia además de la necesidad de la fe cristiana, una fe que busca la inteligencia. Sin embargo las verdades ya son dadas, no son el resultado del ejercicio racional, sino que la fe las da para que puedan ser indagadas racionalmente por lo que claramente se ve que la fe es el punto de partida y la razón solo serviría para dar una argumentación dialéctica a las verdades de la fe. Por lo que surge un acuerdo entre el dualismo de fe y razón, por lo que las indagaciones que la razón hace tomando como material las verdades de fe se hacen respetando el movimiento lógico que inicia la fe, por lo que resulta que San Anselmo solo se dirigía a quienes ya poseían sus verdades de fe y que intentaban demostrar por medio de la razón, no se dirigía ni al necio ni al ateo.


Mojica Soto Gisela Jazmín

El gran temor

Nosotros los humanos, entes que nos sentimos superiores a todo aquello que se encuentra a nuestro alrededor, hemos llegado a la peor cosa, cosa que ningún otro ser viviente a llegado a hacer, hemos creado a un Dios, porque nos sentimos tan indefensos que necesitamos de éste para ocultarnos bajo sus sombra, para poder seguir viviendo en nuestra sociedad basada en un sistema hueco, lleno de oscuridad tenebrosa, que ni nosotros somos capaces de entender, siendo que nosotros mismos lo hemos creado. Nuestra pequeña creación ya nos maneja, en su momento nosotros lo manejábamos, pero ¿cuándo El se nos salio de las manos?, lo más probablemente fue cuando le empezamos a sentir miedo. Pero no se supone que lo creamos para sentirnos más seguros y hacer nuestras actividades (tanto las viles como las de virtud); Dios se nos ha salido de las manos, y ahora es otro de los miedos, pero ya nos estamos con antes, pues ahora si nos portamos como según nuestro Dios, dijo que lo hiciéramos, estaremos dentro de su gloria.

Eso nos sirve en su mundo de Dios, un mundo creado, una ilusión. Pero aquí en la tierra solo estamos a merced de las demás personas que nos producen daño, no importándoles si alguien sale lastimado. Somos algo muy vil, necesitamos de ayuda para no tener ese miedo a todas las cosas, fenómenos, objetos, acciones de la naturaleza; y cuando pareciese que hemos encontrado la salvación, éste cobra vida y hace otra cosa que no deseamos, nos ha desamparado. El hombre tiene tanto miedo que ya no se da cuenta de las cosas, porque ahora para intentar superar a Dios y a otros miedos (la vida y la muerte); pues ha creado de nuevo, algo que exacto le ayudo a superar sus miedos, pero no a todos, ya no sabe si vive en su realidad o en una irrealidad. Expliquémoslo, el ser humano ha inventado la televisión y el film, productos que en un momento parecieron buenos, mostrando a todo el mundo que aquellas cosas antes temidas, son cosas tan insignificantes y nos han llevado a experimentar cosas que creíamos lejanas, en especial el cine, pues con tantos efectos especiales que nos muestra diariamente, que se nos es difícil distinguir si lo que estoy viendo es una cinta o algo que ocurre en la realidad; todo es tan confuso que ya no podemos distinguir una de la otra, se han vuelto una, pues el cine nos a quitado poco a poco la ilusión, nuestras fuerzas motivadoras de seguir, pues qué cosa no se ha producido en el cine, que si lo viéramos, nos produzca algún sentimiento nuevo ese contacto con la magia (la fe, la fantasía). Todo lo que tenemos es un mundo que no es real y no es irreal, pues se han mezclado homogéneamente; teniendo como resultado un mundo hiperreal.

Este nuevo lugar, le tenemos miedo porque no lo conocemos, no podemos acudir a nuestro Dios que estaba en le mundo real, ya que se supone que se le superó a Dios con ayuda del film. Entonces solo lo que tenemos es una máscara vacía de alguien llamado Dios. Este ha dejado de sorprendernos, su magia se esfumo, Disneylandia y otros lugares como este, y con ayuda del cine, han sobrepasado a nuestra creación, al que denominamos Padre o Creador. Huimos de todo, porque nos produce miedo, pavor, entre emociones que detestamos, ya que se nos hacen sentir terribles.

Nuestros miedos no nos han dejado, nos han seguido hasta aquí. Toda cosa que inventemos solo nos consume, nos maneja, ya nos somos nosotros mismos, también mutamos, somos entes que dejamos que nuestro miedos nos acaben por destruir, o que nos terminen de enviar a mundos que desconocemos, y nos aten hasta que hayamos muerto, pero la muerte otra cosa terrible que desconocemos, el único consuelo que tenemos es que éste como no se puede conocer, es algo que aun mantiene un poco de esa ilusión, porque lo mismo que le ha pasado a Dios y a la vida, los hemos acabado y mutado. Y por ello también intentamos quitarle el sabor a la muerte, nuestra desesperación, produjo nuestros mayores males, no saber si existo o no, si lo que siento es real o falso, ya nada es como parece, soy solo alguien que ya no sabe, duda, me he vuelto uno más de esos entes, que son hiperreales.

Daniel Avila Morales

Maister Eckhart

Eckhart escribió un Opus tripartitum, de Quaestiones, de Sermones y de Tratados.
Se considera que su obra es una importante investigación sobre la justificación de la fe que se habrá privado de la razón. Su pensamiento gira alrededor de la idea de la unidad entre Dios y el hombre, lo natural y lo sobrenatural; de tal manera que el mundo natural y el hombre no tendrían sentido sin Dios. Cosa que muestra que en su pensamiento hay una gran exigencia por el Principio metafísico de unidad, y que su vez éste se debe concebir como vida. Para Eckhart el ser y el conocer coincide en Dios; por eso en él siempre está la idea de las criaturas y de la voluntad de crear. Dice que Dios es intelecto y conocimiento, y el conocer es el fundamento del ser mismo; por lo que éste (el conocer), se encuentra en primer lugar, incluso antes que el ser, en la jerarquía de las perfecciones.
Dios además es caridad, porque el amor es unificante y difusivo, es caridad y es uno, por lo que no puede haber dos infinitos.
Es uno, incorrupto, Dios está en todas las criaturas, las cuales sin él no son nada, está además encima de ellas porque es uno.
Él está en todas las criaturas porque poseen una esencia, la cual no existiría si Dios no la hubiese pensado.
Todo lo que es, es gracias al ser divino, el cual ama porque esto es necesario. Las cosas y el hombre sin Dios n son nada, es por eso que el hombre debe de regresar a Dios y así se encontrará así mismo otra vez. El hombre se debe convertir en un espíritu libre, que no se afane ni se ata a nada, que no se vincule a su propio interés, no piensa en ninguno momento en sí mismo, renuncia a su propia voluntad y se sumerge en la de Dios.
Dice Eckhart que el hombre recto es aquél que tiene de verdad a Dios en sí mismo y en todo lugar. Lo importante es estar libre de deseos y abandonarse en Dios.
Es importante aprender a ser libres y serlo ante la muerte también.
Dice Eckhart que quien es un hombre perfecto se familiariza con la muerte y que su única felicidad es no saber nada ni de sí mismo ni de las demás cosas sino solo de Dios, no conocer otro querer mas que el de Dios.
Para que el hombre pueda regresar Dios el alma debe estar libre y sin una sola cosa creada, solo así estará con Dios, de esta manera Dios será quien soportará su dolor, ya que cuando el hombre sufre por sí mismo es insoportable; sin embargo si es Dios quien sufre por él entonces no suele su padecimiento.
En 1329 fue publicada la bula In agro domino decretada por el papa Juan XXII en la cual condenada 28 de sus proposiciones, 17 fueron declaradas heréticas y 11 consideradas peligrosas y sospechosas de herejía.

Mojica Soto Gisela Jazmín

San Agustín, La ciudad de Dios: libro XIX capítulo X. Análisis de dos párrafos, comparados desde una perspectiva dualista.

En el libro décimo noveno de La ciudad de Dios, san Agustín habla de las dos ciudades, la ciudad de Dios y la ciudad terrenal, haciendo así una dicotomía entre ambas ciudades. Aquí hay dos párrafos de dicho libro, de los cuales, uno hace énfasis en ejemplificar la situación de la ciudad de los hombres, y el otro la ciudad de Dios.

Primer párrafo:
Ni los santos ni los fieles que adoran a un solo, verdadero y sumo Dios están seguros de los engaños y varias tentaciones, porque en este lugar propio de la flaqueza humana, y en estos días malignos, aun este cuidado y solicitud no es sin provecho, para que busquemos con más fervorosos deseos el lugar donde hay plenísima v cierta paz. Pues en él los dones de la naturaleza, esto es los que da a nuestra naturaleza el Creador de todas las naturalezas, no sólo serán buenos, sino eternos, no sólo en el alma, la cual se ha de reparar con la sabiduría sino también en el cuerpo, el cual se ha de renovar con la resurrección”.

En este párrafo se hace énfasis en la ciudad de los hombres, en la tierra, donde pareciera que la naturaleza humana en vez de ser corruptible, se volviera corruptible: “…en este lugar propio de la flaqueza humana…” es decir el entorno lo vuelve así, y muy probable es que a ese entorno al que nos referimos sea el cuerpo, pues el cuerpo apresa al alma condenándola a estar junto a él hasta que éste perezca y el alma quede en libertad, por eso ésta buscará “con más fervorosos deseos el lugar donde hay plenísima y cierta paz” y tal, por supuesto, no puede encontrarse en la tierra sino que se encuentra en la ciudad de Dios. Entonces los hombres, por más buenos y fieles que sean, mientras sigan en este mundo, son tan susceptibles al pecado como cualquier otro hombre. Esto desemboca en un dualismo de mal y bien, cuerpo y alma, vida y muerte, que si separamos esas dicotomías como propiedades o características de ambas ciudades o ambos mundos, podremos decir que la ciudad de los hombres es la ciudad del mal (en tanto que lo posibilita), del cuerpo (pues aunque el alma esté unida a él es el cuerpo el que tiene el poder de desplazarse en este mundo, por lo tanto es el que tiene más control del individuo, por eso es que muchas veces se hace énfasis en que el alma debe superponerse a él, porque el alma no siempre tiene control de él) y de la vida (ya que mientras se esté vivo se estará atado a este mundo).

Segundo párrafo:
Allí las virtudes no trabajarán, ni sostendrán continuas luchas contra los vicios ni contra cualquier género de males, sino que gozarán de la eterna paz por premio de su victoria; de modo que no la inquiete ni perturbe enemigo alguno, porque ella es la bienaventuranza final, ella el fin de la perfección, que no tiene fin que lo consuma. Pero en la tierra, aunque nos llamamos bienaventurados cuando tenemos paz (cualquiera que sea la que pueda tenerse en la buena vida), esta bienaventuranza, comparada con aquella que llamamos final, es en todas sus partes miseria”.

En este otro párrafo, el énfasis está en la ciudad de Dios, la cual pareciera acabar con el dualismo ya que no habría bien y mal, sino sólo bien, no se “sostendrán continuas luchas contra los vicios ni contra cualquier género de males, sino que gozarán de la eterna paz por premio de su victoria”, victoria ante el mal, ante las tentaciones, ante el pecado. Incluso aquello que llamamos bienestar y paz en la ciudad terrenal es nada comparada con la de la ciudad de Dios, pues ésta, al carecer de margen de error y de posibilidad de mal, se encuentra en el máximo y único esplendor posible de ella. Sin embargo por el simple hecho de ser una ciudad de propiedades contrarias a la terrenal, sigue habiendo dualismo. La ciudad de Dios es la ciudad del bien (de la perfección, no hay siquiera la posibilidad de que el mal se manifieste), del alma (pues al ya no estar atada al cuerpo ésta puede llegar a dicha ciudad) y de la muerte (vista ésta como un renacimiento uno que será eterno, pues el cuerpo morirá pero nacerá el alma aunque más que nacer, se liberará del cuerpo, y por lo tanto del mundo en el que la retenía).
Así es pues, que hay un dualismo muy marcado es estos fragmentos.

Erick Hernández Andrade

Castillos de arena.

¿Nunca has sentido que el piso se te desmorona?
¿Nunca has intentado tomar el agua entre tus manos, sólo para derramarla?

Sobre castillos de arena vivimos,
castillos de arena construimos,
sin fundamento,
sin un sostén,
sin soporte alguno que los destine a trascender.

Conceptos, palabras, ideas,
todo tan cambiante y tan fugaz,
pecamos de inseguros
en cada axioma,
ante el embate de una verdad rapaz.

Todo está tan tambaleante,
como puente que estremece el viento,
tan inestable que en cualquier momento todo podría perder sentido,
condenándonos a volverlo a tener.

Quizás ya no castillos, sino edificios o chozas,
todas con la misma piedra fundante, piedra arenosa, frágil y tibia.

Castillos de arena en la mente, en la tierra,
la arena más fina que puedas hallar.
Castillos de arena de lágrimas llena,
Fundados sin trono, sin rey y sin dios.

Erick Hernández Andrade

Averroes y los intelectos.


Siguiendo los textos de a Aristóteles, Averroes, uno de los filósofos árabes más conocidos en nuestro tiempo, desarrollo una teoría llena de dualismo. Hablo del intelecto agente y el intelecto material o posible.
Antes que nada hay que señalar a qué se refería Averroes con “intelecto”, sin embargo me parece que se refería a lo mismo que señala el diccionario de la RAE: “Entendimiento, potencia cognoscitiva del alma humana”. No nos metamos en discusiones sobre el alma, y quedémonos con ésta definición donde intelecto es “potencia cognoscitiva”.
Ahora bien, cabe señalar que el problema del intelecto agente de Aristóteles en su texto De Anima, no fue tratado sólo por Averroes, sino que varios filósofos lo precedieron, y una gran parte de ellos, neoplatónicos, por lo que en un principio, la visión de Averroes tenía tintes neoplatónicos, sin embargo después estos se fueron desvaneciendo, e incluso apareció un nuevo intelecto, el intelecto material o intelecto posible. Éste es el intelecto en el que, como su nombre lo dice, posibilita a el conocimiento, es decir, recibe lo inteligible, los conceptos abstractos. Es de mencionarse también que otro par de intelectos entran en función con esto, dichos intelectos son el intelecto pasivo que es el que se encarga de recibir lo sensible, y el intelecto habitual, que es el que permite conocer, a ultima instancia, las cosas (podríamos decir que es el que por medio de los demás intelectos conoce). Ya definidos estos aún no hago lo mismo con el intelecto agente y me parece prudente y justo hacerlo de la misma manera que José Angel García Cuadrado “el intelecto agente es una sustancia incorpórea, que trasciende el alma humana, cuya misión consiste en iluminar las imágenes sensibles que son recibidas por el intelecto posible”.
Ahora llevemos esto a nuestro punto, aunque me parece más que evidente dónde está el dualismo de esta teoría.
En el momento en que se introduce al intelecto posible en la teoría de Averroes surge esta dicotomía entre el intelecto agente y el posible, parecía que era necesaria la inclusión de este último para que el primero tuviera más sentido, o lo que es lo mismo, parecía que se necesitaba de un dualismo que le diera sentido. El intelecto pasivo y el intelecto habitual también forman parte de esta dualidad, e incluso la fortalecen más, le dan más sentido al dualismo manejado por Averroes.

Erick Hernández Andrade

Pseudo-Dionisio y el conocimiento de lo no cognoscible.

Si bien es cierto que escapar al dualismo es, de una u otra forma, imposible, se le puede dar un giro radical a la manera de sumergirse en él, tal como lo hace Pseudo-Dionisio, también conocido como Dionisio Areopagita (debido a que éste último nombre correspondía a un discípulo griego de San Pablo, sin embargo, se cree que éste no es el verdadero Dionisio Areopagita, aunque se refiriera a sí mismo como tal, por lo que se le dio el nombre de Pseudo-Dionisio).
Este autor de alrededor del siglo V después de Cristo sostenía que había que rebasar los límites de lo cognoscible para “llegar” a Dios. Se puede notar cómo se va vislumbrando el camino desde que describe a la santísima trinidad: “supraesencial, supradivina y suprabuena” lo que significa que sobrepasan lo esencial, lo divino y lo bueno. Quizás todo sea más claro con la próxima frase suya (a pesar de que la frase por sí sola no es tan clara) “la más alta cima más que incognoscible y más que luminosa de los Oráculos místicos, allí donde los misterios, absolutos e inmutables de la teología han sido envueltos en la Tiniebla más que luminosa del silencio iniciador del secreto, haciendo resplandecer en la oscuridad la más profunda luz, la más brillante”. Y si acaso ésta no bastó, podemos también citar el consejo que da a Timoteo “Y tú, querido Timoteo, ejercítate intensamente en las contemplaciones místicas, abandona las sensaciones y las actividades intelectuales, todo lo sensible y lo inteligible, todo lo que es y todo lo que no es, y elévate, tanto como es posible, por vía de no conocimiento, a la unión con Aquel que trasciende toda esencia y conocimiento”. Es una especie de ascetismo el que maneja Pseudo-Dionisio, en el que no conociendo “conozcas” lo incognoscible, es decir, moverse en su campo de estudio, estar al mismo nivel. Es increíble incluso que haya disuelto las dicotomías de lo sensible y lo inteligible, ahí el problema del dualismo desapareció, sin embargo no basta con eso para escapar de él (dualismo) totalmente, y de cualquier forma, ¿para qué querer escapar? Pero eso es una pregunta que nunca acabaría de responderse quizá, así que será mejor dejarla al aire. En nuestra sociedad actual sería interesante que se rescatara más a Pseudo-Dionisio Areopagita pues da una visión completamente distinta de las cosas, que aceptándola o no haciéndolo, es un honor conocerlo.

Erick Hernández Andrade

¿Sin bien ni mal?


¿Por qué siempre el bien sobre el mal? ¿Es acaso necesaria esa superioridad de lo que es correcto?
Definamos “bien” como lo hace el diccionario de la Real Academia Española: “Aquello que en sí mismo tiene el complemento de la perfección en su propio género, o lo que es objeto de la voluntad, la cual ni se mueve ni puede moverse sino por el bien, sea verdadero o aprehendido falsamente como tal.”
Ahora definamos “mal” desde la misma fuente: “Lo contrario al bien, lo que se aparta de lo lícito y honesto.”
Entonces, “El bien” incluye la perfección (independientemente de las objeciones que se tengan contra esta definición, tomémosla como un dogma de fe, por el momento, para los fines de este escrito, una vez entendido, pueden desfundamentarlo desde las definiciones dadas) lo que nos da que si “el bien” es perfecto, entonces “el mal” es todo lo contrario, podríamos decir que lo “imperfecto” pero seamos más extremistas y hablemos de “El mal” como lo “anti-perfecto” (tal y como lo ha hecho la cultura occidental), he aquí una explicación: si se toma como lo imperfecto, corremos el riesgo de que todo lo que hagamos, si no es perfecto, se convierta en algo malo. Para no caer en esto se llega a que hay distintos grados de perfección, pero si esto es así, entonces debe haber una “perfección perfecta” que sería el más alto grado de perfección y es a ésta a la que llamaré “El bien”. Ahora bien, si hay distintos grados de perfección, a su vez hay distintos grados de imperfección y de estos debe haber una que esté en su grado más alto, ésta será “El mal”. Es por ello que será mejor si tomamos a “El mal” como lo anti-perfecto, y a “El bien” como lo perfecto. Una vez aclarado esto, prosigamos con las preguntas en un principio planteadas, El bien siempre triunfa sobre El mal, o al menos así pareciera que debe de ser, ¿si invirtieran papeles qué pasaría? Simple, pasaría prácticamente lo mismo sólo que de manera simétrica, tal como el reflejo de uno mismo frente al espejo. “El mal” sería superior dejando a su contraparte “El bien” como algo que o no se debe de hacer, o no se suele hacer, tal y como lo es “El mal” normalmente, sería el mismo mundo pero visto desde diferentes perspectivas. Es por ello que lo que es bueno para algunos es malo para otros. Siendo esto así ¿cómo librarnos de esas perspectivas parcializantes? quizá la respuesta sea que no tomando partido ni de “El bien” ni de “El mal”, pero ¿qué tan posible es eso? Al no actuar de buena forma estás actuando de mala forma y viceversa, puesto que los términos medios son también algo bueno o malo pero en diferente grado, es decir, no se libran de una valoración. Entonces “el bien” y “El mal” deberían dejar de existir, para que no se pudiera hacer una valoración (de las cosas) que parta de ellos y eso es imposible. Es por eso que creo que la superioridad de una de las partes es necesaria, pero porque no puede no serlo, y que sea “El bien” esta parte superior, no me parece ni extraño ni que deba ser de otra forma, pues es la que más le ajusta al ser humano para poder existir y sobrevivir.


Erick Hernández Andrade

Sentimiento oculto de dos amantes

Que bellas palabras se dicen en El Cantar de los cantares, esa forma en que dos personas se aman. El cual ha tenido varias interpretaciones y se ha oscurecido más y más lo que en un primer momento trato de decirnos, talvez lo que yo explique aquí, sea una mera especulación, pues como pasa con la gran mayoría de las cosas es imposible saber su verdad (intención).

Pues una de esas interpretaciones, es que es un simple poema erótico, donde muestra la desesperación, esa fuerza, el amor, la atracción que tienen dos enamorados, que han sido separados por las infortunas del destino, he intentan estar de nuevo juntos, haciendo que sus amigos digan a la amada(o) el cuanto se extrañan. Otra intenta decirnos, que por cierto algunos pensadores de la iglesia cristiana antigua siguieron este camino, pues la interpretación anterior se les hacía demasiada ofensiva en contra de Dios; esta versión intenta convencernos de que el amado es Dios y nosotros somos la amada (pero este se refiere al pueblo de Israel, que es de donde seguramente proviene este poema), pues evidentemente, quien muestra más desesperación dentro de estos versos tan apasionantes, es la mujer, lo que intenta hacernos pensar es que, nosotros estamos tan desesperados de regresar con él, estar junto a nuestro Salvador o Padre, forma en que lo ha manejado a lo largo toda la tradición cristiana, ser perdonados y regresar junto al Sumo Bien. La última, que es una derivación de lo anterior, la cual se expresa de la siguiente manera, donde el amado es Cristo y la amada es la iglesia, fue este precisamente como muchos católicos lo han leído o aún leen este romance incontrolable de los deseos; pues en esta versión, Jesús intenta mostrarle todo el amor que siente hacia la iglesia (esta figura podría ser cambiada a la vez por Dios), pero como sabemos todas las penas que sufrió este hombre-dios, por causa de la misma iglesia, ya que por alguna razón él y ella estaban separados.

En estás versiones, se muestra el amor que hay por parte de dos personas, o si se desease de Dios y el hombre. Pero que hay más allá de este poema. A mi parecer, no se puede relacionar con Dios en su totalidad los versos, pues como dicen muchos influye demasiado la traducción que uno esté utilizando, sin embargo, he leído algunas traducciones y aún así se me ha parecido que es la de dos enamorados que se extrañan y desean, y tratan de mostrarlo a través de todas esas bellas líneas. Si solo nos apegamos a los versos literalmente podemos hallarle los varios sentidos; pero si nos vamos a su contexto histórico, sabríamos muchas más cosas de este hermoso poema (en varias líneas tiene algunos analogías de ciertas costumbres o eventos), pues si se habla del rey Salomón y que este lo escribió, dataría desde el 1020 a. C. aproximadamente, y que el autor sea realmente Salomón, pues también es algo dudoso, ya que en varias partes, tiene esa magia que solo la mujer pudiera utilizar cuando escribe. Entonces de ¿quién es el texto? Si fuese de una mujer, que según mi opinión es lo más probable; muestra esa pasión con la cual se desenvuelve una mujer que esta deseosa de su amado, con esas palabras que describen, tan seductoramente sus emociones, pasiones, entre otros sentimientos que despierta el poema; mientras que si fuese un hombre (Salomón) el que lo escribió, es alguien que muestra ese lado femenino, esa pasión tan descontrolada que, como algunas personas dicen, los hombres muestran cuando están deseosos de la amada.

Entonces lo que nos muestra el poema, es un total lago de abismos, donde podemos encontrar varias cosas que quizás para alguno, vayan por un camino de salvación o de amor espiritual con Dios, o como otros, que nos vamos más por el sendero del amor entre dos personas que se aman y se extrañan. Ya sea una mujer o un hombre, el autor(a) de tan bellos versos, trae consigo demasiados problemas. Lo tomemos como algo religioso o como una literatura. Cualquier cosa que escojamos nos llevara ha experimentar cosas tan bellas, pues es este poema, una de las mejores formas de expresión del dualismo: el hombre y la mujer, Dios y el pueblo, o Cristo e iglesia (Dios); los sentimientos escritos de: una mujer o un hombre; entre un montón de cosas que oculta este texto erótico.

Daniel Avila Morales

El mismo pero diferente

A diario vemos como la gente habla constantemente de un Dios, pero el Dios que cada uno habla ¿es deferente de otro? Es algo difícil de discutir si el creador de uno es igual que uno que para el otro, quizás unos aceptan ciertos atributos de éste, pero en su totalidad no se puede decir que acepten todo, es decir, si decimos que alguien pensó (o tiene la idea) de igual manera que otro, sería porque estas dos personas son idénticas, pero no se supone que cada persona percibe de diferente manera la misma cosa, y lo mismo pasa con Dios, aunque éste sea único, todos nosotros lo percibimos de distinta forma y en ocasiones ocurre que puede se contradiga.

Cuando uno percibe y forma a Dios en su pensamiento, lo hace en la manera de que éste, nos ayude en los problemas y nos proteja, pero además le atribuimos cosas que deseamos alcanzar, o lo que le nos es grato. Pero también tenemos cuidado de que nuestro Padre no tenga antivalores, cosa perversas, sino que lo dejamos fuera de toda todo mal que nosotros consideremos. Cuando se constituye la idea del Salvador lo hacemos, porque necesitamos algo que nos ampare, para seguir adelante en un mar de abismos, que en ocasiones, nosotros mismos hemos provocados. Por entera de la construcción que hacemos todos en conjunto, los unos unidos con los otros, para poder establecer las características de nuestro Todo, lo que estamos haciendo es resguardarnos, de aquellas personas que en un momento atenten contra nuestra sociedad. Por eso necesario un Dios, que nos ayude a resguardarnos, como lo hace San Anselmo, en el Proslogio, se la pasa preguntando el lugar donde se haya o su morada. Llegando a la conclusión, acerca de que para Dios “no busco comprenderte para creer, sino que creo para llegar a comprenderte. Creo, en efecto, porque, si no creyere, no llegaría a comprender”, en otras palabras, si intenta cambiar el mundo donde se haya, necesita creer en algo que le permita cambiar las cosas. Con lo que dijo San Anselmo es que nuestro Dios, se encuentra en nosotros mismos, en nuestra mente, pues posteriormente, nos comenta que cuando uno escucha hablar de Dios, es porque uno tiene dentro de él la idea de El. Si alguien dijese que no cree, pero entiende a lo que se le llama Dios, es que de alguna manera tiene presente a Dios, aunque diga que no cree en él, sabiendo que existe en su interior algo llamado Dios (en su mente).

En nuestra búsqueda constante, hemos llegado acontradecirnos, eso nos muestra la decadencia de los intentos que tenemos producimos acerca de la idea de Dios, pero siempre va a ser preferible creer que no creer. Ya que aquella persona que no cree, no sigue el mismo camino que la sociedad lleva, siendo que ésta acarrea una culpa, y trata de salir de ese abismo de oscuridades, es decir, pues aquel individuo que no comparte las mismas ideologías, llevando al atentado en contra de la sociedad. Pero acaso nosotros no nos movemos por causa de algo mayor, algún fin en nuestra vida, Dios es nuestro vehiculo que nos ayuda a llegar al paraíso o a él. Entonces cuando alguien atenta contra la comunidad, es porque ese sujeto ve de diferenta manera a Dios, ya sea que se dejó bombardean en su vehiculo por comentarios de otras personas, y cambio a éste por otro que se le parecio mejor, pero el mismo Dios o fin único sigue ahí. O simplemente, encontró otra forma de ver al todopoderoso.

Pero siempre necesitamos de algo, cualquier motivo que nos ayude a seguir adelante, cuando nuestros principios (formas de llegar a nuestro “fin único”) están en peligro, intentamos de mil maneras protegerlos, pues no deseamos que nos saquen de nuestro medio de transporte (ya que es el único que conocemos, y tememos de lo que no conocemos), que nos lleva a encontrar ese felicidad ofrecida. Sea como sea estamos utilizando a alguien o algo, como un modo de traslado, a un sitio mejor.

Daniel Avila Morales

La Verdad: Concepto Divino

La verdad, un concepto que está lleno de misterio, un concepto aparentemente vacío, pero también un concepto que posee un significado tan profundo e importante, que parece no tener fin, por lo que nos parece vacío.
¿Qué podríamos decir que es la verdad? es una pregunta demasiado grande, ¿como poder describir la verdad? ¿Qué es lo verdadero? o ¿Qué es verdadero?, Complicado, muy complicado saberlo, pero sin embargo, tenemos cierta noción de lo que es verdadero, puesto que podemos afirmar que ciertas cosas son verdaderas, como que estamos vivos, como que algo tiene vida, como que algo se mueve, como que algo come, y demás, aunque ciertamente todas estas sensaciones, se pueden afirmar como verdaderas, gracias a nuestros sentidos, que son precisamente, los que nos hacen sentir, y por tanto, difícilmente podemos negar que sea verdadero lo que sentimos.
Pero sería un tanto pobre ponernos a pensar que solamente los sentidos son los portadores de verdad, puesto que nosotros no tenemos la certeza de que haya algo más allá de nuestros sentidos, pero es precisamente la ideología platónica, la que nos hace pensar de diferente forma, diciéndonos que la verdad no se encuentra en los sentidos, lo que vemos y sentimos no es lo verdadero, sino un simple intento del concepto verdadero, es decir del concepto "en sí", y estos conceptos "en sí", que son los verdaderos absolutos, se encuentran en el mundo inteligible, el mundo al que sólo podemos acceder mediante la inteligencia y la filosofía, un mundo donde se encuentran los conceptos verdaderos a los que nunca podremos acceder, a menos que reflexionemos y nos nutramos con conocimiento.
Esa es una ideología, pero también existen más, por supuesto, y sin duda tenemos que volver a tomar el tema del cristianismo, y todos esos conceptos divinos, que tienen en el lugar de la verdad, al mismo Dios, y no es de sorprenderse, ya que la verdad es un concepto absoluto, un concepto que todo el mundo quiere conocer y por que no, también poseer. La verdad es un concepto que bien puede tener cualidades divinas, y darle forma mediante Dios, que por supuesto, es la máxima verdad y el máximo dador de verdad, el que ilumina y al que todos queremos aspirar, pero jamás podremos alcanzar.
Así pues la verdad se convierte en el concepto máximo al que aspira la humanidad, tomando diferentes matices dependiendo de la ideología, pero aún así, con tantos significados que se le ha dado a la verdad, tal vez el máximo enigma sobre ella, siga siendo su existencia, y por eso es prudente seguirnos preguntando ¿Que es la verdad?

San Agustín, dualista por excelencia

El dualismo en San Agustín es totalmente evidente, un texto claro es el libro VIII de sus Confesiones. En este texto, muestra muchos ejemplos de dicotomías que a la vez unas se siguen de otras. Dicotomías en las cuales una de las dos opciones siempre es la preferida, la que considera mejor y que introduce dentro de una categoría mas grande que no deja de formar parte del dualismo, como lo es lo bueno, lo verdadero.

En muchas visiones dualistas de pensadores cristianos, al igual que en el dualismo agustiniano, una de las dicotomías principales, más evidentes y fundamentales es la de cuerpo-alma. Muchas otras dicotomías se asocian con la anterior y entre sí, por ejemplo, la corrupción está total y absolutamente asociada con el cuerpo y en especial a los genitales, ya que en Agustín aquél que estaba limitado genitalmente no era libre; otra de las dicotomías muy fuertes es la vida material contra la vida espiritual; el amor carnal, pasional hacia la mujer como algo vano contrapuesto a lo mejor y lo perfecto, la libertad, es no estar atado genitalmente contra lo que es erróneo, un mal camino.

La carne contrapuesta al espíritu, donde cada uno tiene sus propios deseos contrarios entre ellos. Además menciona Agustín que tanto en el alma como en el cuerpo, en específico en los miembros genitales hay una ley, y éstas se contradicen entre ellas. Al repugnarse las leyes, la de los miembros corporales lo llevaba cautivo del pecado, ligado en especial a los genitales, la ley que arrastra a el alma por haber caído en la costumbre.

Se muestra un gran desprecio por la vanidad, lo terrenal, lo corporal, cuando Agustín en este libro VIII de las Confesiones relata el por qué no desde hacia tiempo iba en el camino correcto, en pos de Dios a pesar de que sus facultades le persuadían que lo ejecutara en donde Agustín se pregunta, si e alma manda a el cuerpo de inmediato le obedece, por qué cuando se manda a sí misma se resiste y él habla de que la voluntad es la que manda que haya una voluntad de lo que el alma manda, de esta manera habrá dos voluntades al no ser ninguna de las dos ni entera ni perfecta. Y Agustín arremete contra los maniqueos al confundir las dos voluntades con el que ellos dicen que el hombre tiene dos naturalezas y éstas entre sí contrarias.

Luego Agustín narra lo que experimentaba, una lucha nuevamente entre el dualismo de espíritu-cuerpo , u se deja ver un tormento por encontrarse de un lado del dúo, y por el cual ejercía un represión hacia él mismo, por ser preso del cuerpo, de lo carnal, estar atado por estas cadenas de las que no se puede desprender, no puede salir de ellas mas que nada por la fuerza de la costumbre. Agustín se refiere continuamente a lo vanal, y lo corporal como cosas que no lo dejaban ir por el buen camino, que lo detenían y en un momento específico del texto menciona que, además, le proponían acciones sucias e indecentes relacionadas con el cuerpo. Pone esta lado en oposición con el camino al que se dirigía, el bueno y el correcto, pero no lo podía hacer de manera total, por lo que la solución para dejar completamente las vanidades, sus antiguas amistades es la continencia, quien entonces acabaría con la concupiscencia. Nuevamente se presenta una situación en la que una de las opciones es por demás preferible, mejor, tenida en mayor estima que la otra y por supuesto la que debe de ser. Es así como Agustín, mientras sus lágrimas corrían escuchó las voces de unos niños que decían toma y lee haciendo caso de esto, por considerarlo como un llamado, una luz divina, fue hacia la biblia y leyó el pasaje que finalmente fue el que completó y dirigió su voluntad hacia donde tenía que ser.


Mojica Soto Gisela Jazmín

El Dualismo en Gilgamesh


Mojica Soto Gisela Jazmín

Durante todo el poema de Gilgamesh se presenta un dualismo tomando, éste, diferentes formas. En primera instancia se dibuja a Gilgamesh siendo dos tercios divino y un tercio humano, lo cual nos da la primera dicotomía entre lo divino y lo humano en una sola persona, Gilgamesh.

Luego es presentado un personaje que se opone a Gilgamesh, una criatura que se le opone a Gilgamesh, con el fin de recobrar la paz en Uruk, esto nos muestra de nuevo un dualismo. Se muestra el dualismo como condición cultural de la existencia humana, como el resultado de encontrar un sentido en la cultura. Siguiendo el poema, cundo la hieródula va hacia donde se encontraba Enkidu nuevamente hay una confrontación de conceptos, dos condiciones que hacen visible una nueva dicotomía entre lo salvaje, lo bestial y lo, como menciona el mismo texto, lo maduro e inteligente. Cambiando de un estado a otro, Enkidu pasa de lo salvaje a lo civilizado por un acto de su virilidad, ejerciendo su sexualidad. Ahora ya no come ni bebe lo mismo que las bestias, dice el poema “parecía ya un hombre” y ahora come pan y bebe cerveza. Después en el poema vienen todas las pruebas que realizaron juntos, la lucha contra Humbaba hasta obtener su muerte al igual que el del toro del cielo. De nuevo llega a presentarse un dualismo muy común, un ejemplo de una dicotomía muy abordada, comentada y a mi parecer no desgastada; ésta es la vida y la muerte, Enkidu, apunto de morir, en medio de los extremos de la vida y de la muerte, luego Gilgamesh honra con sus palabras a su amigo Enkidu que está a apunto de morir; sin embargo, enfrentando un sentimiento de ansiedad y terror por la muerte, en busca de la inmortalidad. Camino durante el cual Gilgamesh vive una terrible angustia porque le sucederá lo mismo que a su amigo. Este sentimiento es el que lo hace llegar hasta Utanapishtim quien le reveló el secreto de los dioses. Le dijo que había una planta que tiene la raíz como púas y si lograba apoderarse de la planta entonces podrá rejuvenecerse. Luego, Gilgamesh, de conseguir la planta, bajó a una poza de aguas y una serpiente percibió el aroma de la planta y se la llevó. Por lo que Gilgamesh en esta ocasión vio frustrado su deseo de que no le sucederá lo mismo que a su amigo Enkidu.

Todo el poema babilónico Gilgamesh, o la angustia por la muerte, está repleto de dicotomías ejemplificadas en distintas formas, luz-oscuridad; bestial-inteligencia; vida-muerte, fuente importante para darse cuenta que el dualismo es una forma de pensar la realidad.

Mojica Soto Gisela Jazmín
































Diálogo interreligioso. Parte II

Karen Hernández Peralta

Parte II

Gracias a los cinco árboles mencionados en la primera parte, se conocen los atributos de Dios, sus virtudes y claramente su existencia. Además la posible alternativa de la resurrección. Justamente lo que requiere saber el gentil, “…y quien pueda mostrarme a mí la resurrección con razones vivas y concluyentes, podrá arrancar de mi lama el dolor que sufre.”

Continuando con el esbozo del relato, el gentil llega al mismo sitio donde están los sabios y les informa de sus preocupaciones.

Amigo, ¿no creéis en Dios padre y creador de todas las cosas ni esperáis que en el futuro se produzca la resurrección?
El gentil respondió: «No, señor. Y si existe cualquier cosa por la que me podáis mostrar algo con cuya demostración mi alma se pueda inclinar a hacia la resurrección, os ruego que lo hagáis. Que os conste firmemente que no podría expresaros con palabras que la gran tristeza y el dolor que sufro son porque cada día me voy aproximando a la muerte y pienso que no habría nada después de la muerte»
Los tres sabios se compadecen del gentil. Están dispuestos a ensañarle lo que necesite. Ellos unen sus fuerzas para resolver un problema en común. Así es como se dan a la faena de demostrarle al gentil, siempre de manera racional, la existencia de Dios, los atributos de éste y la posibilidad de la resurrección.
Una vez que los sabios le explicaron al gentil el conocimiento de los cinco árboles él no era más un infiel. Las problemáticas que causaron su desolación se difuminaron. Sin embargo aún tenía una pregunta ¿qué religión debe practicar para estar de acuerdo con los designios de Dios? Tal pregunta desató el caos. Los sabios comenzaron a pelear entre sí. El gentil se sintió aún peor que en el principio, ya no le preocupaba morir definitivamente, sino condenar su alma por la eternidad al profesar una religión inadecuada.

¡Ah señores, a qué gran esperanza y alegría ,me habéis conducido y con cuán gran tristeza la arrojasteis de mi corazón! Ahora habéis reducido mi corazón a mucha más ira, dolor y tristeza de la que solía tener. Pues yo antes no temía soportar penalidades y angustias infinitas después de mi muerte, pero ahora tengo la certeza de que, si no permanezco en el camino verdadero, afligirán mi alma eternamente todas las penas y tribulaciones después de mi muerte.”

Los sabios al presenciar las consecuencias de sus diputas convinieron descubrir la ley verdadera siguiendo el método de los cinco árboles. Lo anterior se llevará a cabo en un discurso individual de cada sabio sobre su religión, donde nadie puede interrumpir más que el gentil. Esto para dialogar en una esfera de armonía y respeto.

Ya superadas las discusiones los sabios terminan por exponer sus argumentos. Y el gentil ya no es un infiel, ha optado por una de las tres religiones. Con un tanto de teatralidad Lulio lo cuenta con estas palabras: “y su mente del gentil fue iluminada en el camino de la salvación por la doctrina de su suprema gracia, y su corazón comienza a amar a Dios y a derramar abundantes lágrimas de sus ojos” Y más adelante:

Muy tranquila y devotamente, el gentil llora durante largo tiempo hablando de este modo:
¡Dios, Rey de gloria y de virtud! Qué gran diferencia hay entre las lágrimas y el llanto en el que solía estar y estos llantos en los que ahora estoy. Aquellos llantos producían largas fatigas y graves tormentos a mi corazón y a mi alma, pero estos llantos son tan agradables y placenteros y vivifican mi alma con tanta felicidad, que no quisiera tener en este mundo ningún otro bien, sino que mi alma persistiera en el amor todo el tiempo de mi vida en este inhabitable desierto y mis ojos en esta dulzura de lágrimas.

El Libro del gentil y los tres sabios no deja de hacer una recurrente referencia a la necesidad de la razón para un diálogo interreligioso. Los conflictos religiosos en este texto se buscan resolver a través de ella. Las representaciones que Lulio hace nos los dicen. En primer lugar, la charla es entre sabios. En segundo, quien les muestra la vía de demostración de la existencia de Dios, sus atributos y la posibilidad de la resurrección es la Inteligencia. Por último se asume que se habla con un ser racional “y los tres sabios a una dijeron al gentil que sabían perfectamente que no habían hablado a un hombre que no oyese o que no tuviese un entendimiento razonable.” , dispuesto a cambiar sus falsas opiniones si se le demuestran las certeras.
Según la exposición, una de las intenciones de Lulio en este texto es demostrar que sí es posible la conversión de los infieles sólo usando explicaciones racionales. De esta manera se deshace de cualquier dualismo entre fe y razón.

sábado, 12 de diciembre de 2009

El Sexo: Concepto Satanizado

Todos los seres humanos, y tal vez también los no humanos, como por ejemplo los animales, tenemos necesidades, pero es tal vez por ésto último que el sexo como un placer carnal no es para nada bien visto por la mayoría de las ideologías que buscan la excelencia.
El cristianismo es la ideología que tal vez más desprecia el concepto del sexo "mal orientado" o el sexo con la única finalidad de provocar placer de quien lo busca, y peor aún, lo sataniza, haciéndolo ver como algo malévolo y que solo el diablo practicaría, haciéndonos imaginar grandes orgías de demonios babeantes y sedientos de más, pero ciertamente ¿Cuántos pueden creerse algo así?
El sexo es una necesidad humana, como lo sería el comer o dormir o hidratarse, ¿Por que satanizar algo que es plenamente natural? No parece tener sentido, pero lo cierto es que también tiene que ver mucho el exceso, ya que si de por si el exceso en cualquier cosa es malo, bueno, el sexo podría convertirse en una adicción y ser algo que no se controle tan fácilmente, tal vez por eso, es que religiones como el cristianismo lo han satanizado tanto, fuera de la opinión de que el concepto del cuerpo humano, sobre todo de las mujeres, era tomado desde un punto de vista y un horizonte muy pobre.
¿Por que siempre menospreciar a la mujer?, ¿Por que hacerla ver como la distracción, como la serpiente que insitó probar la fruta prohibida? Si me lo preguntan, parecen conceptos muy medievales, valga la redundancia.
Ahora, por otro lado, tenemos la versión griega, con pensamientos como el platonismo, que tenía la idea de que el cuerpo era algo que hacía mal al alma, es decir, mientras más enfocáramos
nuestro cuidado al alma, mejor, no así al cuerpo, o mas bien a sus placeres, ya que esos placeres no nos llevaban a la filosofía que nosotros debíamos de buscar para llevar una vida sabia y llena de conocimiento.
Volviendo al cristianismo, el mismo concepto puede contradecirse, ya que el sexo por preservar la especie, es decir, el reproductivo, no es mal visto, es más, es bien visto y totalmente natural, como en un principio debía ser, pero yo me pregunto ¿Y si en el sexo reproductivo hubiera placer de por medio?, ¿Seguiría siendo natural? es un cuestionamiento interesante, ya que lo que no perdona el cristianismo es tener sexo por simple placer, pero pues el placer es algo que puedes tener en una relación reproductiva y más si es con algún ser que amas, así pues, considero que el sexo es un concepto, que no se con qué finalidad, se ha satanizado en algunas ideologías como el platonismo o el cristianismo, más marcado en este último, ya que en el platonismo es más el concepto del cuerpo que del sexo en sí, y ya ni hablar del tema de los cínicos que son el otro lado de la moneda, personas totalmente sin pudor y haciendo las necesidades enfrente de todos como si no pasara nada, claro, todo esto según nos lo han hecho ver.
Tal vez el hecho de que dejarnos llevar por tales placeres y pasiones, pueda llevarnos a actuar sin razón, es lo que hace que un concepto como el sexo, sea tan satanizado, pero pues cualquiera tiene la necesidad, el mismo San Agustín lo ha afirmado, que tiene necesidades carnales como las tendría cualquier otro, pero que no es bueno llevarlas al exceso, ni por el lado de la abstinencia, ni por el lado de la lujuria, así pues, no queda mas que reflexionar acerca del por que este concepto que es totalmente natural, se satanice tanto, incluso en nuestros días presentes.

Gerardo Santos Pérez.

El hombre que se repudia

Uno de los hombres que se ha dejado enviciar por el cristianismo, es San Agustín, pues este personaje, acepta que es un hombre que ha sido tan vil, se ha dejado llevar por la carne, el deseo, entre otras cosas que en ese momento se consideraban como algo indigno por la sociedad y la religión.

Él nos comenta, en sus Confesiones, las cosas que hizo, y que gracias a Dios su camino se ha reivindicado. Posteriormente nos habla de que no tolera las cosas que los otros hombres hacen. Pero porque ese repudio contra ellos, pues seguramente es porque le recuerdan así mismo, cuando el vivía sobre sus propias leyes, haciendo y deshaciendo lo que deseaba. En este personaje se ve claramente ese dualismo en mayor medida, el enfrentamiento consigo mismo, y Dios en medio. Agustín es un hombre, que ha aprendido a seguir adelante sin tratar de olvidar las cosas que antes hacía, es un hombre como muy pocos, pues intenta lidiar sus problemas acordándose de su pasado, y no como otros que han llegado a Dios y, olvidan todo, pues aseguran ser hombres o personas nuevas.

Pero detrás de todo, San Agustín se repudia a si mismo, por ser hombre, alguien que siente esas pulsaciones del cuerpo, que no le dejan vivir en paz. Es difícil, hablar de los cristianos sin que le tengan un mínimo repudio a las sensaciones carnales y pasionales. Este cristiano no podría se la excepción, donde ha dejado sus emociones, antes le atraía las cosas carnales y materiales, pero ese vicio lo ha cambiado por otro. Ese nuevo vicio al que cedió, todo su ser, se le puede llamar Dios. Pues cuando habla de él, acaso no siente esas sensaciones que le recorren por el cuerpo, ese orgasmo porque sabe y siente de lo que habla, es decir de Dios.

Una persona religiosa como él, que asegura todas las cosas, cuando habla del creador, y intenta mostrarnos el camino de la verdad y la salvación, pues necesariamente debe sentir todo aquello de lo que habla, ya que si quiere convencer necesita primero convencerse, pues si San Agustín no siente nada de satisfacción, orgullo, esa embriagues que lo consume a uno, cuando esta lleno de placer, por lo que acaba de hacer, si esto no es así pues entonces él no es un verdadera cristiano.

Entonces lo que hizo, nuestro pensador cristiano, fue cambiar de vicio, de los enfermizos que degeneran el cuerpo, cambio a uno que degenera la mente y lo lleva a no sentir nada; que esta totalmente en contra de los sentimientos que deberían hacer sentir Dios, pues su presencia te llena de felicidad y tranquilidad, y cuando se lleva la palabra de Dios a otros pues te causaría efecto más placenteros, puesto que estás ayudando a otras personas, quizás Dios no te recompense por ello, pero solo hablar de lo que te gusta, lo que te deleita, te hace sentir uno de las mejores sensaciones, es decir, un orgasmo. Pues como competir con lo que uno mismo siente, en ese caso deja todo y estate quieto y cada vez que algo te produzca algún sentimiento aléjate de ello.

Pues si Dios, que es supuestamente el mayor de todos los bienes, te ha producido sensaciones, de las cuales has huido, y te han prohibido sentir, estas pues en el lugar de la mayor contradicción del mundo, sentir o no sentir a Dios, en su mayor expresión en ti, la felicidad,

Daniel Avila Morales

Teología en la Filosofía Arabe: Averroes y Avicena

Ibn Roshd e Ibn Sina, mejor conocidos como Averroes y Avicena, son los filósofos árabes más influyentes para la cultura occidental. Habiendo ambos vivido en una época donde la religión era la base de la educación, la mayor parte de sus respectivas cosmovisiones están dirigidas hacia la teología y el misticismo, utilizando la filosofía como punto de partida para alcanzar las verdades trascendentes.
Averroes fue siempre defensor de la filosofía, pese a las críticas que recibía por ello. Escribió su obra La Incoherencia de la Incoherencia como respuesta a quienes opinaban que la filosofía era una rebelión contra los mandatos impuestos por Dios. Averroes pensaba que mientras que la filosofía expresa la verdad, la teología lo consigue también pero de manera alegórica. En algunos textos del Libro Sagrado se hallan revelaciones que tienen dos sentidos, el literal y el sentido oculto. Esto se debe a la naturaleza diferente de los hombres, los hombres sabios son capaces de comprender las alegorías mientras que el vulgo se conforma con el sentido literal. Pero se debe ser cuidadoso, pues no todos los textos están dispuestos de esa forma y hacer alegorías acerca de verdades absolutas sería una herejía.
Puede decirse que Averroes subordinó la teología a la filosofía, pues afirmaba que es el filósofo el que determina cuales son los textos que tienen margen de interpretación y cuales son los que deben tomarse de manera literal. Por lo tanto está mal prohibir el estudio de la filosofía. Además, afirma que el sabio no debe intentar comunicar las razones ocultas al hombre vulgar, pues este tiene prohibido el acceso a la teología y la filosofía y sólo debe conformarse con la fe.
Averroes demuestra la existencia de Dios a través de un argumento de “providencia”: todo en el mundo está dispuesto para el beneficio del hombre, el benefactor debe de ser Dios. Su segundo argumento es de “invención”: todo en el mundo parece haber sido diseñado y creado, por lo tanto el diseñador debe ser Dios. Al admitir la existencia de Dios, Averroes afirma también que es imposible la existencia de múltiples dioses pues la razón demanda una unidad divina.
Dios posee siete atributos divinos, entre ellos el conocimiento. Éste conocimiento se caracteriza en que es eterno, es inmutable. Él no conoce con el tiempo pues conoce desde siempre lo que hace y lo que causa. Dios es perfecto de cuatro maneras: carece de toda imperfección, nada le es intrínseco, lo externo no lo disminuye, y sobre todo, que posee todas las características de perfección de cualquier género y especie.
Avicena, por su parte, es considerado por muchos como un místico. Consideraba, contrario a los teólogos de su época, que la creación no provenía de la nada puesto que no tiene principio, es tan sólo un producto lógico de la mente del Ser Supremo. Dios, siendo sobreabundante y omnipotente tiene la capacidad de crear un cosmos que lo sobrepase en sentido lógico.
Una de las pruebas de la existencia de Dios dadas por Avicena es la siguiente: hay existencia, o nuestra experiencia sensible nos confirma que las cosas existen, pero ésta existencia no es necesaria porque podemos ver que las cosas existen y dejan de existir. La existencia contingente no puede ser creada sin una causa. Su cadena causal debe culminar en una causa sin causa (no puede haber una infinidad de causas). Por lo tanto la cadena causal debe culminar en una causa principal y necesaria es decir, Dios.
Dios es la fundamentación de la ontología para Avicena.
Averroes y Avicena contribuyeron con teorías teológicas importantes que permitirían construir la base para los siguientes teólogos, sin importar la religión a la que pertenecieran. Ellos no se refieren a Dios como el dios de una religión, sino como la Causa Divina que permite la existencia de lo contingente.

María Itzel Nava Martínez