viernes, 10 de septiembre de 2010

La religión civilizada de Zarathustra

Raciel Sánchez Rivas
Textos filosóficos III

La religión civilizada de Zarathustra.

La entrada de Zarathustra[1] en la historia de las religiones representa la inclusión de la ética frente a lo sagrado. De igual modo implanta una forma civilizada de la religión. La predicación de su doctrina se conserva en sus gathas[2] métricos, donde se aprecia un culto monoteísta hacia Ahura Mazda y tal parece que por primera vez en la historia religiosa, un dualismo ético que contrapone la verdad (Asha) y la mentira (Druj).
Zarathustra se opone a las costumbres sacras de la antigua Persia, se erige como detractor de la ingesta de carne bóvida, aboga por las bestias usando como instrumento de combate el argumento ético. Ruega a Ahura Mazda le enseñe a labrar los campos y a mantener el cuidado de las bestias, ya que Kine (el alma del ganado) ha llorado por el abuso sacrificial y rapacidad de los malvados; "A vosotros (oh Ahura y Asha) clama el alma de Kine... ¿Para quien me creasteis? ¿ A imágen de quien me modelasteis? Siento que me invade la ira, la violencia, el azote de la desolación, una insolencia audaz y un empuje arrebatador. Vosotros son los únicos que me proporcionaís el pasto. Por mi parte os ruego me enseñeís cómo (labrar) bien los campos (¡mi única esperanza de bienestar y de prosperidad)"[3]. Esta petición tiene de trasfondo la inauguración de un sedentarismo que repercutirá tiempo después en el ejercicio de una vasta producción agricultora en Persia. La comunidad aldeana semi-nómada se vestirá de urbanidad.
El Mazdeísmo propicia con la inyección ético-dualista al sistema de costumbres, un nuevo tipo de organización civil menos propensa a la auto-destrucción. Pues el acto de sacrificar al ganado (favorable como medio de transporte y para la labranza de los campos) con el objeto de expiar las culpas individuales, lo reprueba Zarathustra, considerándolo obra de la “mala inteligencia” en oposición al uso de la “buena inteligencia”.
El efecto de obrar acorde a la buena o mala inteligencia, es o la buena vida o la vida mala. La lógica es simple, quien actúa en relación con el primer ámbito, goza. Por lo contrario, sufre. En los Gathas, ésta doble inteligencia brota de dos espiritus primitivos contrarios entre sí, los cuales habiendo terminado la creación y esencia de la vida bosquejaron sus reinos donde tendría residencia el ser humano dependiendo de sus obras y acciones.
No es descomunal encontrar en religiones posteriores, como el Judaísmo y su desplazamiento en Cristianismo, por mencionar las más cercanas al contexto histórico y cultural del país, analogías a la estructura bipartita del sistema ético mazdeísta. Las nociones de bueno y malo, infierno y cielo, verdad y mentira, orden y caos, bienestar y sufrimiento, demonio frente a divinidad, tienen desde entonces un énfasis distinguido en ésta última doctrina.
Así mismo, el hecho de encontrar con Zarathustra una adoración monoteísta, evadiendo el politeísmo arcaico, permite una expansión en el umbral que tiene como vista el desarrollo de las religiones a través del tiempo, es decir, posibilita una visión más panorámica del desarrollo religioso a través de los siglos, especialmente en cuanto a su arquitectura. Además nos lleva a cuestionarnos si el monoteísmo y sobre todo un sistema simbólico especificamente dual, son condiciones necesarias para el ordenamiento religioso de una sociedad cualquiera. ¿Es acaso el dualismo, un peso que la tradición ha impuesto en la espalda de las generaciones venideras -incluyendo la nuestra- y éstas deben cargar sin objeción alguna? o ¿Resulta ser, dicho sistema simbólico, una especie de liberación del hombre frente al caos?
Sea cual fuere la respuesta, no hay duda de que la aportación ético-dualista como sistema de representación simbólico al campo de las religiones, realizada por el elegido de Ahura Mazda, constituye si no el inicio, puesto que todo origen es contingente, al menos el impulso de toda religión sedentaria, organizada y establecida en la civitas, quiero decir, civilizada.
[1] Forma castellanizada del griego Ζωροάστρης (Zoroastro)
[2] Término sánscrito que significa “verso” o “himno”
[3] Los Gathas, Yasna XXIX, parte 1.

2 comentarios:

atopías dijo...

buen texto, buenas preguntas, pero un poco corto el último párrafo, ojalá puedas mejorar en el segundo avance

Enrique dijo...

Buena aportación. Procura mantener una distancia frente a las ideas del texto que has elegido, pues el meollo del trabajo filosófico es, precisamente, tu propia postura, por supuesto sustentada.