La historia de la ciencia ha sido la historia de la digitalización, o dualización, del conocimiento. En la antigüedad, antes de la ciencia, las explicaciones eran análogas, había todo un espectro de posibilidades, un espectro de historias que podrían explicar cada fenómeno. Cada cultura se adueñaba del mundo a travez de sus mitos y cada relato de esos mitos era diferente, cada narrador agregaba de su cosecha o le daba su estilo personal. Los mitos son el conocimiento análogo del mundo.
Cualquier cambio de lo análogo a lo digital es una dualización. Cuando algo se digitaliza crea una clara distinción entre dos puntos. Crea una clara distinción entre lo que es y lo que no es aquello que se está tratando de medir, marcar, etc.
El gran dualista Descartes no se limitó a crear un dualismo epistemológico. Sus matemáticas son una digitalización del espacio mismo. El plano cartesiano es una herramienta para ver al mundo en tanto lo positivo y lo negativo, en tanto posiciones absolutas. Un círculo deja de ser una relación de un punto con su circunferencia y empieza a ser la relación de 2 magnitudes en un lenguaje del que se puede hablar también de cuadrados y elipsis.
El tiempo fue dualizado con la invención del reloj de péndulo en 1656. Pues antes de ese momento no podía medirse con precisión el tiempo. Las herramientas existentes eran el reloj de sol, el de agua y el de arena, ninguno de los cuales podía determinar con precisión el fin de una hora y el inicio de la otra. No se conocía el momento exacto cuando un día terminaba y cuando el siguiente empezaba. Se vivía un tiempo análogo, un tiempo que fluía, un tiempo relativo. El reloj de péndulo permitió conocer el instante preciso en el que el día cambiaba, en el que el hoy se convertía en el ayer y el mañana en el hoy. Y permitió a la ciencia dar un salto. La dualización del tiempo fue el parteaguas que permitió a newton digitalizar las leyes que gobiernan el movimiento. Se podía medir con precisión no solo la distancia recorrida por un objeto, sino también el tiempo que tomó.
Las mismas matemáticas que Newton tuvo que inventar para hacer estas mediciones, el cálculo, es la dualización de LO análogo. El cálculo permite hacer cortes en una gradiente infinita y determinar los límites de aquello que puede ser cortado un número sin fin de veces. Newton es el dador de límites, el real determinador de lo que es y lo que no es.
Y es este gran descubrimiento el que inspira a Kant, la quinta esencia del dualismo, a hacer su tribunal de la razón pura. Que no es más que el dualismo máximo, el divisor entre verdad y falsedad. Lo congoscible y lo incognoscible. Kant pone la última piedra en la filosofía y por cientos de años la condena a una vida dualista, de lo correcto y lo incorrecto, lo moral y lo inmoral, lo bello y lo feo.
Ahora vivimos en la era digital, en la era en la que todo, absolutamente todo se puede expresar en términos dualistas. En términos de 1's y 0's la misma información de la que estás hecho tú no es más que información que es expresada en existencia y ausencia de carga magnética. Se puede determinar lo que eres y lo que no con absoluta precisión numérica y de ese modo determinar quien sí y quien no cometió un crimen determinado, quien sí y quien no es el padre de un niño. La identidad se ha dualizado y ahora también se podrá manipular.
¿Pues no es acaso ese el objetivo máximo del dualismo? La manipulación
Amilcar Paris Mandoki
1 comentario:
1. Es muy buena la observación que haces del dualismo cartesiano, así como de los datos históricos de los que has hecho mención.
2. En general tienes una entrada muy buena, sólo hace falta cuidar la ortografía.
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