domingo, 13 de diciembre de 2009

Averroes y los intelectos.


Siguiendo los textos de a Aristóteles, Averroes, uno de los filósofos árabes más conocidos en nuestro tiempo, desarrollo una teoría llena de dualismo. Hablo del intelecto agente y el intelecto material o posible.
Antes que nada hay que señalar a qué se refería Averroes con “intelecto”, sin embargo me parece que se refería a lo mismo que señala el diccionario de la RAE: “Entendimiento, potencia cognoscitiva del alma humana”. No nos metamos en discusiones sobre el alma, y quedémonos con ésta definición donde intelecto es “potencia cognoscitiva”.
Ahora bien, cabe señalar que el problema del intelecto agente de Aristóteles en su texto De Anima, no fue tratado sólo por Averroes, sino que varios filósofos lo precedieron, y una gran parte de ellos, neoplatónicos, por lo que en un principio, la visión de Averroes tenía tintes neoplatónicos, sin embargo después estos se fueron desvaneciendo, e incluso apareció un nuevo intelecto, el intelecto material o intelecto posible. Éste es el intelecto en el que, como su nombre lo dice, posibilita a el conocimiento, es decir, recibe lo inteligible, los conceptos abstractos. Es de mencionarse también que otro par de intelectos entran en función con esto, dichos intelectos son el intelecto pasivo que es el que se encarga de recibir lo sensible, y el intelecto habitual, que es el que permite conocer, a ultima instancia, las cosas (podríamos decir que es el que por medio de los demás intelectos conoce). Ya definidos estos aún no hago lo mismo con el intelecto agente y me parece prudente y justo hacerlo de la misma manera que José Angel García Cuadrado “el intelecto agente es una sustancia incorpórea, que trasciende el alma humana, cuya misión consiste en iluminar las imágenes sensibles que son recibidas por el intelecto posible”.
Ahora llevemos esto a nuestro punto, aunque me parece más que evidente dónde está el dualismo de esta teoría.
En el momento en que se introduce al intelecto posible en la teoría de Averroes surge esta dicotomía entre el intelecto agente y el posible, parecía que era necesaria la inclusión de este último para que el primero tuviera más sentido, o lo que es lo mismo, parecía que se necesitaba de un dualismo que le diera sentido. El intelecto pasivo y el intelecto habitual también forman parte de esta dualidad, e incluso la fortalecen más, le dan más sentido al dualismo manejado por Averroes.

Erick Hernández Andrade

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