sábado, 12 de diciembre de 2009

Sobre la Filosofía de Ockham

Casi a finales del siglo XIII nace en el pueblo de Ockham (cerca de Londres) Guillermo de Ockham, franciscano y filósofo. Durante el año de 1324 fue acusado de herejía por sus doctrinas antieclesiásticas por lo que tuvo que huir y refugiarse en Munich en la corte del emperador Luis de Baviera. En 1347 muere debido a la peste.

Su obra puede clasificarse en dos grupos: las obras lógico-filosóficas (entre 1317 y 1327) y las obras políticas (de 1333 a 1342). Sus escritos más destacados son Ordinatio, Reportatio, Summa Logicae, y Summule in libros Physicorum.

El pensamiento epistemológico de Ockham era producto de la influencia heredada desde San Agustín y Duns Scoto. Dice que aunque el ser humano nace con la mente libre de conocimientos, viene “equipada” de antemano con un sistema que le permite conocer. Pensaba que hay dos formas de conocimiento: la Intuición Intelectual y el Conocimiento Abstractivo. La primera no se refiere a las intuiciones sensitivas, a través de ella el intelecto contacta con la realidad, advierte la presencia de la cosa, conoce su existencia y posibilita la formulación de un juicio. La intuición es siempre acompañada por el conocimiento abstractivo de la cosa en sí, y por medio de éste se conoce la cosa prescindiendo de su existencia o no existencia.

Hay dos modos de abstracción: del singular (que acompaña a la intuición) y del universal (abstrae la singularidad del objeto conocido y permite conocer una multitud de objetos). Aunque el conocimiento intuitivo no refiere necesariamente acerca de un objeto presente y existente. No es necesaria la existencia, pues la presencia puede suceder sin ésta.

Para Ockham Dios es la causa eficiente de las noticias intuitivas, puesto que Dios puede hacer todo, incluso lo que para nosotros sería contradicción, pues para Él no cabe contradicción posible. Concluye diciendo que el conocimiento de la realidad es cuestionable puesto que el saber de las cosas depende de la información que Dios ofrece de ellas; es decir, el conocimiento depende de su voluntad.

Ockham, aunque seguía siendo católico, se acercó al Fideísmo, doctrina que aseguraba que el camino para llegar a Dios no es el de la razón, sino la fe pura. Esto es porque siguiendo la línea empírica de Ockham, para conocer a Dios se necesita experiencia, pero no puede haber experiencia de Dios sino hasta el momento de la muerte cuando el alma llegué a Dios y lo contemple. Hasta ese momento sólo queda la fe.

Utilizando el principio de No-Contradicción, Ockham desafía al ortodoxismo asegurando que el Misterio de la Trinidad (tres personas en un sólo Dios) es una contradicción. La teología está pues incompleta y falta de lógica, por ello debe ser complementada con la filosofía. Además, a través de la Scala Naturae, él argumenta que siempre existe una jerarquía entre los seres, que no puede haber seres iguales pues necesariamente serán diferentes y uno de ellos tendrá que ser superior al resto. Es así como afirma como imposible la existencia de tres personas dentro de un mismo dios. Dios es la causa eficiente y conservadora del cosmos puesto que la creación necesita una causa primera que lo justifique, de no ser así cada cosa sería su propia causa lo que significaría una infinidad de causas de una infinidad de cosas existentes. La causa primera que sostenga todo esto será Dios.

La “Navaja”, también conocido como Principio de Economía del Pensamiento, se refiere a un tipo de razonamiento basado en la sencillez del pensamiento absolutamente necesario. Aunque éste principio ya era usado durante la Edad Media, principalmente en la lógica, fue Ockham quién lo utilizo como método filosófico. Consideraba a los singulares como las únicas realidades extramentales, y afirma que las explicaciones no deben multiplicarse innecesariamente, por lo general la explicación más simple (completa) es, aunque no necesariamente verdadera, la más probable.

En cuanto a Ética, Ockham no estaba de acuerdo con la teoría del Mandato Divino en la que se proponía que Dios ordenaba al hombre a ser bondadoso porque la bondad es buena. Desde su punto de vista, la bondad es buena porque Dios lo ordena así y nos manda a actuar conforme a ella. Siempre ordena el bien y la bondad, pero es posible para Él ordenar lo contrario puesto que es completamente libre y omnipotente, es Él quien establece los límites del bien y el mal. Por lo tanto, los actos humanos no son intrínsecamente buenos o malos, ya que no actuamos conforme a las nociones de Bien y Mal, sino conforme a la obediencia de los mandatos divinos

Guillermo de Ockham es considerado como un gran precursor de la epistemología moderna, de la lógica y la metafísica. En cuanto a teología, Ockham sentó bases para lo que más tarde sería el Luteranismo, revelándose contra la iglesia ortodoxa y el papel autoritario del papado. Intentó recobrar el significado verdadero de la fe católica dejando a un lado los dogmas establecidos por la institución religiosa. En política, fue el primero en proponer la separación Iglesia-Estado, dando paso a las teorías de Hobbes, Locke y Rousseau. Adelantado a su época, fue defensor de la libertad de expresión y los derechos civiles, incluyendo los del clero. Desgraciadamente no pudo publicar su obra política, por lo que ésta pasa inadvertida al lado de sus teorías de lógica o epistemología.


María Itzel Nava Martínez


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