domingo, 13 de diciembre de 2009

Castillos de arena.

¿Nunca has sentido que el piso se te desmorona?
¿Nunca has intentado tomar el agua entre tus manos, sólo para derramarla?

Sobre castillos de arena vivimos,
castillos de arena construimos,
sin fundamento,
sin un sostén,
sin soporte alguno que los destine a trascender.

Conceptos, palabras, ideas,
todo tan cambiante y tan fugaz,
pecamos de inseguros
en cada axioma,
ante el embate de una verdad rapaz.

Todo está tan tambaleante,
como puente que estremece el viento,
tan inestable que en cualquier momento todo podría perder sentido,
condenándonos a volverlo a tener.

Quizás ya no castillos, sino edificios o chozas,
todas con la misma piedra fundante, piedra arenosa, frágil y tibia.

Castillos de arena en la mente, en la tierra,
la arena más fina que puedas hallar.
Castillos de arena de lágrimas llena,
Fundados sin trono, sin rey y sin dios.

Erick Hernández Andrade

2 comentarios:

Enrique dijo...

Estos versos pueden apelar a la cuestión de la identidad. ¿Qué soy "yo"? ¿El reducto de las posibilidades que el medio me impone? Quizá un conglomerado de situaciones pero en las que también me es posible aportar algo más profundo, algo que me señale como único. Pero quizá no.

Enrique dijo...

Muy buena tu entrada. El punto de arranque en torno al dualismo es muy acertado. Quizá hay que trabajar un poco más al autor.