Es un escrito que muestra a la forma de Kafka una explicación, y mas que una explicación, la búsqueda de la creencia, de la fe o de una religión como forma de de vida, en tal forma que llene su vida, o porque no decirlo le de significado a su vida.
En estos se muestra otro lado de Kafka, se muestra al hombre totalmente diferente al autor de innumerables historias de horror y ficción, se muestra realmente al hombre como ser humano, al que sufre, al perturbado por su fe en pocas palabras al hombre en un completo extravió, extravió que dará como resultado estos aforismos, en los que buscará plasmar, como a causa de esa desesperación de buscar el sentido de la vida, atribuyéndole a esta el móvil de la fe y la creencia, sirviéndose de la conciencia y el dualismo. Sus aforismos no son mas que el resultado de una crisis tan extrema, crisis que fue la refutación, donde creía como base y justificación de su existencia la de escribir, ya que escribir para el “significaba representar su vida interior hecha de sueños”. Desboronada esta base, empezó en busca de una razón y justificación de lo que era, consternado por lo que había creído era su razón y más decepcionado al saber que todo lo considerado anterior desierta manera era un error. Es así donde Kafka buscara el apoyo de una religión, la cual será, la judía, en la cual buscará por todos los medios formar parte de ella, sin obtener mucho resultado, llega a tal búsqueda de su justificación tanto propia como de Dios, que considera que tal todo se tornara más fácil si resuelve casarse, pero esta decisión, le revela a Kafka el asco y el desprecio que las mujeres le provocan, mas especifico el acto sexual, es así como al no encontrar lo que busca en el mundo social, opta por aislarse y dedicarse de lleno a eso que considera y tal vez no de manera tan errada, la acción de escribir, ya que lo hará de manera completa, donde vera al fin que esta será su justificación, puesto que dejó todo por su arte, antepuso todo incluso hasta el amor de una mujer. Todo por expresar su lado interior.
Ericka García Solís
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