domingo, 13 de diciembre de 2009

Gilgamesh y el Estado

¿Qué es gilgamesh?¿por qué tiene una historia? ¿por qué esa historia sobrevive hasta nuestros días? ¿Qué demonios?

Creamos historias todo el tiempo, todo mundo conoce varias historias, nos gusta contarlas, y en la era de la información absorbemos historias rápidamente. No parece difícil de creer que cuando se escribió por primera vez la historia de Gilgamesh ésta no era la única historia que había. Sin embargo tenemos muy pocas historias de ese entonces. ¿Qué tiene la historia que ha hecho que varias personas hayan querido reproducirla y mantenerla viva?

Primero que nada, y obviamente. Gilgamesh tiene a un héroe, a un caudillo. Gilgamesh nos da un ejemplo a seguir. Alguien a quien admirar y que sea el protagonista de nuestros sueños. El héroe es algo que nos sirve a nosotros como punto de inicio para la imaginación, como punto de motivación para nuestras aventuras, como modelo a seguir para nuestro crecimiento moral. Y a la civilización le sirve más que nada para justificarse. El Estado necesita demostrarse, necesita justificar por que hay quienes dominan y quienes son dominados. El Estado debe demostrar que hay grandiosos y hay quienes no tanto. Y los grandiosos son los pocos, son los que tienen el poder y los demás somos aquellos quienes miramos en su dirección y esperamos llegar a ello. Es esa esperanza la que mantiene unido al Estado.

No es de sorprender por que Asurbanipal el más grande y último rey del imperio Asirio decidió mantener registro de él, gracias a lo cuál nosotros podemos todavía accesarlo. Asurbanipal fue el primer rey que sabía escribir y el primero que supo del poder de las historias. Mantener viva la historia de Gilgamesh no fue lo único grande que hizo. Asurbanipal sabía que los héroes capturaban la mente de sus súbditos y él mismo se convirtió en uno. En sus tiempos el arco era un símbolo de sabiduría y Asurbanipal decidió crear monedas para su reino con el símbolo de él mismo sosteniendo un arco. Asurbanipal se convirtió en héroe de sus súbditos, esparció su imagen y llenó la imaginación con historias.

Y es por eso que el poema de Gilgamesh llega a nosotros. No es un poema sobre la mortalidad, sino sobre el derecho de superioridad, el derecho de reinar sobre otros. Y es un poema particularmente bueno pues no es monista, ofrece una alternativa, o más bien abarca las alternativas. Pues presenta dos opciones al auditorio. Uno que es grandioso bien puede nacer con sangre divina, nacer a la cabeza del estado y ser apoyado por este, o nacer fuera de él, nacer rebelde, nacer de la tierra y con los animales. Sin embargo el destino es el mismo. Enkidú presenta la alternativa a los imaginadores, a quienes sienten la rebeldía en su sangre. Pues a fin de cuentas el objetivo de aquél que está fuera del Estado, de la sociedad, del reino, no es derrocarlo, sino ser reconocido como grandioso dentro de él. Ser puesto en su lugar correspondiente. Un Estado exitoso, como lo fueron los antiguos imperios que duraban cientos de años, es un estado que asimila a sus rebeldes. Que crea opciones en el imaginario de su pueblo que le convengan. Asimila la rebelión, seduce al rebelde con heriódulas en lugar de destruirlo. Pues el rebelde tiene su propia grandeza, y puede ser utilizada para el bien del estado. El rebelde es pasión, el rebelde es poder, pero el rebelde no tiene principios, es seductible y utilizable. Y el rebelde ha de ser sacrificable, el rebelde una vez usado debe morir. Y no debemos caer en el error en el que cae Gilgamesh de caer enamorados de él, pues es su destino morir por nosotros. El Estado, el héroe original es el que se mantiene, cualquier intento de él por mantener vivo al disidente es un intento fallido. El rebelde se mantendrá a lo mucho como martir.

El héroe deberá siempre ser el Estado, y el Estado es eterno.

Amilcar Paris Mandoki

1 comentario:

Enrique dijo...

1. No siempre es un héroe nuestro modelo moral, por decirlo de algún modo y tampoco el punto de arranque de nuestra imaginación. Esto es un tema más complejo.
2. Efectivamente, el poema de Gilgamesh no es solamente un poema sobre la inmortalidad pero tampoco un poema en donde sólo se muestre el derecho de superioridad. En esto que mencionas, sería bueno que confrontaras alguna cita que sustente lo que estás diciendo.
3. La idea sobre el Estado necesita más desarrollo.