¿Por qué las religiones buscan el dualismo?
Lo buscan? O somos nosotros los que lo buscamos y por eso buscamos religiones que nos lo den? El espectro moral, dejado a nuestra propia razón, es infinito. Una gama interminable de posibilidades de acción cuyas consecuencias consecuencias son inconmensurables.
Las religiones simplifican las cosas, las hacen blanco y negro para ayudarnos a vivir cada día sin tener que pensar por nosotros mismos en las consecuencias de nuestros actos y por eso las buscamos. Buscamos 10 mandamientos que nos digan que hacer. 7 pecados que debemos evitar. 5 pilares sobre los que nuestra vida debe girar. Una vez limitado el marco de posibilidades en lo que debemos y no debemos hacer podemos sentirnos más libres. Pues hay libertad en estos límites, libertad en no preocuparnos por las consecuencias de las acciones sino solo por los principios que las determinan.
Las religiones modernas aprovechan también esto. La astrología te dice quien eres y quien no eres. Eres un sagitario, eres optimista, eres jovial, eres honesto e intelectual, no eres un tauro, no eres paciente, no eres persistente, no eres plácido. Y así no tienes que preocuparte por la infinidad de posibilidades de una personalidad. Todo es simple, todo es sencillo. Y esto va más allá de la razón. Cientos de veces se ha comprobado la falsedad de los horóscopos, pero su popularidad se sigue incrementando.
¿Pero realmente la religión está presentando dualismo? Un análisis más cercano nos muestra que no hay opciones, no hay decisiones que tomar. La religón no te está ofreciendo la posibilidad de pecar, de no seguirla. JHWE es un dios celoso, no permite que adores a ningún otro. Ir al infierno a quemarte por toda la eternidad no suena realmente como una alternativa razonable. Y pues bueeno ¿quien rechazaría un montón de vírgenes que se volvieran a virginar constantemente? Jejeje. Y una vez que naces acuario ya valiste, no te puedes convertir, por más que quieras, en capricornio.
Job nos muestra que realmente no hay opción. Dios decide y uno está a su merced. El bien y el mal, no se puede elegir, dentro de la religión hay que aceptar lo que se es dado. La alternativa no es una alternativa, es un castigo. No se puede cuestionar la voluntad, hay que aceptar las cosas tal y como son pues uno no estuvo en el momento de la creación. Sólo Dios (aunque nadie lo vio pues en ese momento todavía no había luz). Entonces ¿es realmente un dualismo lo que nos presenta? No hay alternativa. La religión no permite movimiento ni decisión. Disfraza la inmobilidad moral.
La religión nos lleva de un mundo con infinitas posibilidades en donde parece que no tenemos ninguna opción, a un mundo sin posibilidades donde nos engañan a creer que somos libres. ¿Cómo podemos caer en esta contradicción? ¿Y por que la buscamos tan tenazmente que damos la vida por ella?
Amilcar Paris Mandoki
3 comentarios:
1. El segundo párrafo de tu texto es mucho muy discutible, pues no todas las religiones procuran lo que mencionas. Sin embargo, la cuestión de los principios, que señalas, es muy pertinente y puede abrir la posibilidad de indagar más sobre el asunto.
4. La elección dentro de las religiones sí suele estar presente. Podrías leerlo con Kierkegaard y más lejos con el personaje de Arjuna en la Bhagavad gita (texto hindú). Por tal razón este párrafo también es cuestionable. ¿Por qué elegir el "infierno" no es una alternativa "razonable"? ¿En la religión siempre debe regir la razón? Aparentemente no.
Si hay un gran crítico de la voluntad divina es Job, precisamente. Por ello, lo que manifiestas en el quinto párrafo de tu texto es equivocado.
Las preguntas que expones al final de tu texto son importantes y se han enfrentado a ellas muchos intelectuales, teólogos, filósofos, etc. Una respuesta ante la contradicción puede ser a través de la paradoja kierkegaardiana. O también a lo que leyendo a San Agust´n te puedes dar cuenta: El elemento sagrado NO cabe en la lógica y tampoco tiene por qué hacerlo.
La entrada presenta muchas confusiones.
Algunos párrafos, como el segundo y el quinto presentan lecturas erróneas de los textos. Pues uno de los más grandes críticos de la divinidad es, precisamente, Job, por lo que ese texto presenta algo muy distinto de lo que has entendido.
Por otra parte, la religión no tiene por qué ser "razonable".
Las preguntas a las que te enfrentas al final son buenas. Kierkegaard se da cuenta de esas contradicciones y habla de vivir una paradoja. Quizá su lectura te brinde otra perspectiva muy interesante, por cierto, a considerar. Y lo mismo pasa con el asunto de la libertad. Al menos desde las enseñanzas de la Bhagavad gita (libro hindú) y desde la tradición judeocristiana, cabe muy bien hablar de libertad.
Lo que ocurre, siguiendo un poco a San Agustín, es que el elemnto sagrado NO cabe en la lógica y tampoco tiene por qué hacerlo.
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